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Preocupaciones ciudadanas


Tres son las mayores preocupaciones de la ciudadanía: el paro, la crisis económica y la clase política, según el Barómetro de Septiembre del CIS. La encuesta también nos dice que el PP sufre un cierto y rápido desgaste desde las elecciones del 20-N y que el PSOE experimenta una tibia recuperación. Es lamentable la situación de crisis económica y como repercute ésta al empleo; pero que los políticos sean vistos como un problema, en lugar de cómo la solución, es una catástrofe para la democracia.

Izquierda Unida recupera cerca de dos puntos, premio por su posición sobre la salida social a la crisis. Los conservadores quitan hierro a la estimación a la baja y resaltan el apoyo del 40,6% que obtendrían si hoy se celebrasen comicios generales. Desde el PSOE recuerdan que su distancia con el PP se ha recortado en cinco puntos desde las generales y que la tendencia es al alza desde enero. Contrasta el optimismo de los partidos políticos, con la mala opinión que la calle tiene de ellos. Mal presagio.

El Juez Santiago Pedraz, en el auto sobre los detenidos del movimiento “Ocupa el Congreso” del 25-S, parece que conocía la encuesta del CIS, cuando decía que “el hecho de convocar bajo los lemas de rodear, permanecer de forma indefinida …, exigir un proceso de destitución y ruptura del régimen vigente, mediante la dimisión del Gobierno en pleno, disolución de las Cortes y de la Jefatura v del Estado, abolición de la actual Constitución e iniciar un proceso de constitución de un nuevo sistema de organización política, económica o social, en modo alguno puede ser constitutivo de delito, …, máxime ante la convenida decadencia de la denominada clase política”.

Estamos peor que nunca hemos estado en los últimos treinta años; y lo peor es que no vamos a recuperarnos en los diez o quince próximos, siendo optimistas. La percepción de la mayoría de los encuestados es que un 67,4 %, considera que la economía está "peor" que hace un año y el 46,3% dice que será dentro de un año; y dicen bien, porque el poder económico no está por la labor de mejorar la situación para la mayoría de los ciudadanos; son otros sus intereses. Sus beneficios son mayores invirtiendo en otras latitudes del planeta o especulando en los mercados bursátiles. Los trabajadores de siempre a la miseria y la clase media al paro; los pequeños empresarios y comerciantes a la ruina y las grandes fortunas a vivir, que son dos o tres días; y los políticos, o no se oponen frontalmente contra esa fuerza, o la apoyan descaradamente, o no se acercan a los problemas reales de la calle, y esa es parte de la percepción general.

La concepción de la clase política como un problema sigue una línea ascendente. Un 73,2 % cree que la situación política es "mala" o "muy mala" y sólo un 3,1 % la ve como "buena" o "muy buena". De hecho, el 41,4 % de los españoles consideran que la situación política está peor que hace un año y el 41,0 % cree que dentro de un año seguirá igual y peor un 35,3%. Poco optimismo y poca confianza en la política, los partidos y sus líderes, en cuanto que los políticos, o bien no han asumido la crisis, o asumida ésta, la han gestionado haciendo propuestas en beneficio propio (o el de su formación política) y cuando eso ha ocurrido se ha visto como un oportunismo indeseable, cuando no pura corrupción. Es vergonzoso ver como algunos políticos se lucran a costa de la buena voluntad de la gente, que pone su confianza en ellos y en las ideas que enarbolan.

La situación económica negativa va a tardar en ver signos de recuperación; pero no creo que la exigencia y valoración negativa hacia los políticos sea puntual y relacionada exclusivamente con la crisis. Viene de largo y puede permanecer en el tiempo. La derecha política y sus “voceros” se encargan de transmitir lo negativo que tiene el modelo de partidos y de representación y esto cae en terrero propicio (aunque aparentemente parezca que tiran piedras contra su propio tejado). Volver al estado cuasi totalitario, forma parte de la idea del Partido Popular: cuanto peor la política, peor para la democracia y mejor para nuestro proyecto, parece que dicen; y el Partido Socialista, junto con algunos otros partidos de la izquierda, sin ofrecer una clara y real alternativa. Esta es una razón por la que las encuestas no valoran positivamente a los políticos.

Siempre he defendido, y hoy mantengo, la nobleza de la política y de las personas que dedican su tiempo y su vida a defender ideas e ideologías, en la organización de un partido político. La política debe ser dignidad y nobleza y quienes están de buena fe en ella también. ¿Pero qué es más noble que trabajar en pos de defender la libertad, la democracia, la justicia social, la solidaridad y el bienestar de la ciudadanía? No para gestionar mejor el capitalismo, que nos conduce a la miseria; sino para superarlo.

 

Se publicó en Diario Progresista el 15 de octubre de 2012

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Víctor Arrogante
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