Europa

Guerra Fría y política de bloques

Breve historia de Europa

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Primera Guerra Mundial

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 Segunda Guerra Mundial

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9 de mayo, día de Europa


Guerra fría y
política de bloques

El enfrentamiento entre la Unión Soviética y las potencias occidentales, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, se había iniciado en 1917 con el triunfo de la revolución bolchevique. La agresión de las potencias del Eje en 1941 posibilitó una alianza efímera entre países con sistemas políticos y económicos radicalmente distintos y enfrentados.

 

 

La Gran Alianza consiguió derrotar a los fascismos europeos y el expansionismo japonés, pero empezó a resquebrajarse antes incluso de que las tropas aliadas ocuparan Berlín. Dos años más tarde, los aliados habían roto.

Se iniciaba la Guerra Fría, un largo período de rivalidad (1947-1991) que enfrentó a EEUU y la Unión Soviética y sus respectivos aliados y que determinó las relaciones internacionales durante casi medio siglo.

La guerra fría se libró en los frentes político, económico y propagandístico. No hubo un enfrentamiento directo militar entre las dos superpotencias nucleares, EEUU y la URSS. Ese conflicto hubiera llevado a un verdadero holocausto nuclear en el planeta. Sin embargo, múltiples guerras en otros escenarios jalonaron el período. En prácticamente todos estos conflictos, las dos superpotencias y sus aliados apoyaron diplomáticamente y armaron a los contendientes.

La guerra fría concluyó con el derrumbamiento del bloque soviético. No fueron las armas las que derrotaron a la URSS, sino la ineficacia de su sistema económico y la ausencia de libertades políticas.


 

El mundo se divide en bloques: 1945-1955


Los orígenes de la guerra fría 1945-1947


La 
Gran Alianza que había derrotado al Eje en una cruenta guerra de casi seis años se rompió en el corto plazo de unos meses. El desencuentro entre soviéticos y occidentales había aflorado ya en las últimas fases de la guerra. El fin del conflicto abrió el proceso hacia la ruptura definitiva. 

 

El año 1946 fue escenario de una creciente desconfianza entre los vencedores. Por un lado, el fin de la guerra mundial había desencadenado en Grecia y China, sendas guerras civiles donde se enfrentaban pro-comunistas y pro-occidentales; por otro, la creciente tensión entre soviéticos y norteamericanos se reflejaba en las comunicaciones diplomáticas: ambas potencias se acusaban mutuamente de pretender dominar el mundo.

Churchill, que había perdido las elecciones británicas en 1945, se sintió con libertad para proclamar lo que cada vez era más evidente. En un célebre discurso en Fulton, EEUU, denunció que un “telón de acero” estaba separando la Europa bajo control soviético del resto del continente.

Mientras tanto, la tensión entre las autoridades de ocupación occidentales y soviéticas en Alemania era cada día más palpable.

1947 se inició con una flagrante violación de los 
acuerdos de Yalta en lo referido a Polonia. En enero, los candidatos comunistas vencieron en unas elecciones claramente adulteradas por las autoridades de ocupación. 

El evidente afán soviético de extender el sistema comunista en Europa desencadenó la reacción norteamericana. Esta se articuló en el terreno político y en el económico.

La Doctrina Truman

En febrero de 1947 una alarmante nota del gobierno británico llegó a Washington. En ella se informaba que Londres era incapaz de continuar apoyando al gobierno conservador de Atenas en su lucha contra las guerrillas comunistas griegas. La nota también indicaba que Gran Bretaña era incapaz de seguir ayudando financieramente a Turquía.

La administración norteamericana reaccionó rápidamente. En un discurso pronunciado el 12 de marzo ante el Congreso, el presidente 
Truman demandó la aprobación de una ayuda de 400 millones de dólares para Grecia y Turquía. En este discurso, el presidente enunció lo que se vino a denominar  la Doctrina Truman: EEUU anunciaba su intención de ayudar a cualquier gobierno que hiciera frente a la amenaza comunista. Trumanproclamaba la voluntad de su país de aplicar una política de “contención del comunismo”. 

El Plan Marshall 

La segunda medida adoptada en Washington trataba de responder al peligro que suponía que la población europea, empobrecida y hambrienta, abrazara las ideas revolucionarias. Para contener al comunismo era necesario crear condiciones económicas que impidieran su expansión. El 5 de junio de 1947, el secretario de estado norteamericano, 
George Marshall, anunció el Programa de Recuperación Europeo (European Recovery Program), conocido popularmente como el Plan Marshall. 

Se trataba de un masivo programa de ayuda económica a Europa. Aunque el plan servía claramente a los intereses diplomáticos y geoestratégicos de EEUU (las empresas y productos norteamericanos inundaron el continente), supuso una extraordinaria inyección de ayuda económica que favoreció la acelerada recuperación de Europa occidental.

La negativa de Stalin a que los países de su órbita aceptaran la ayuda hizo que Plan Marshall dividiera a Europa en dos. La Europa occidental que en pocos años inició un rápido crecimiento económico, y Europa oriental, sometida a la URSS y con grandes dificultades de desarrollo. La excepción a esta regla fue la España de Franco, a la que Washington negó su ayuda por el carácter fascista de su régimen político y su colaboración con las potencias del Eje.

La respuesta soviética

La URSS reaccionó, en septiembre de 1947, creando la 
Kominform (Oficina de Información de los Partidos Comunistas y Obreros) para coordinar y armonizar las políticas de los partidos comunistas europeos.

En su reunión constitutiva, el representante soviético, 
Andrei Jdanov, líder de la Kominform, proclamó que el mundo se había dividido en dos bloques y que los países del "campo antifascista y democrático", es decir, el de la URSS y sus aliados, debían seguir fielmente el liderazgo de Moscú. 

En sólo dos años, la ruptura se había consumado. En adelante, las relaciones internacionales mundiales estarán determinadas por el enfrentamiento entre las dos superpotencias surgidas de la guerra mundial.


Las grandes tensiones 1948-1955

Los acontecimientos de 1947 generaron una creciente tensión internacional en todo el mundo. Dos zonas geográficas fueron el escenario de los principales conflictos. En Europa Central y Oriental se estableció una larga serie de dictaduras comunistas y Alemania se vio dividida en dos estados antagónicos. En el Extremo Oriente, el gigante chino basculó hacia el bando comunista y la guerra de Corea constituyó el primer conflicto armado de la “guerra fría”. 

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La guerra fría comienza en Europa 

El continente europeo, que apenas había comenzado a restañar las heridas de la guerra, y, más en concreto, Alemania, la gran derrotada de la segunda guerra mundial, fueron el escenario del nacimiento de la guerra fría.

Uno tras otro, los países ocupados por el Ejército Rojo (Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria) fueron constituyéndose en lo que lo que las autoridades comunistas denominaron "democracias populares". Esto es, dictaduras donde se aplicó el modelo soviético: colectivización de la tierra, planificación económica centralizada, prioridad a la industria de base, partido único y persecución de cualquier tipo de disidencia. El 
golpe comunista en Praga
, en febrero de 1948, fue el momento clave de ese proceso.

Berlín y la partición de Alemania

 

La antigua capital del Reich estaba situada en el corazón de la zona de ocupación soviética y había sido dividida en cuatro sectores asignados a cada una de las cuatro potencias vencedoras: EEUU, Gran Bretaña, Francia y la URSS. Berlín se convirtió rápidamente en el punto clave de la guerra fría.

La partición de Alemania se veía como irremediable. EEUU, Gran Bretaña y Francia decidieron iniciar un proceso constituyente en sus zonas de ocupación. La primera medida fue crear una nueva moneda en sus zonas de ocupación: el Deutschemark. 

La respuesta soviética fue inmediata: el Bloqueo de Berlín. El ejército soviético interrumpió cualquier comunicación terrestre entre las zonas de ocupación occidental y Berlín occidental.
Stalin
 confiaba en que Berlín oeste caería como una fruta madura en sus manos.

La reacción occidental sorprendió a Moscú. Un enorme puente aéreo consiguió abastecer a la población sitiada. Stalin había subestimado las posibilidades del transporte aéreo y la resolución occidental a hacerle frente. Finalmente, el 12 de mayo de 1949 los soviéticos levantaron el bloqueo de la ciudad. 

La crisis de Berlín aceleró la partición de Alemania. Las tres zonas occidentales se constituyeron en la República Federal de Alemania el 8 de mayo de 1949. Su constitución establecía un sistema liberal democrático que contaba con el visto bueno de las potencias occidentales. 

La URSS reaccionó en octubre con el establecimiento en su zona de ocupación de la República Democrática de Alemania, un estado creado siguiendo el modelo de las "democracias populares".

La partición de Alemania concretaba en el corazón de Europa la división bipolar del mundo. 

Unos pocos meses después, el equilibrio estratégico mundial cambiaba. El 29 de agosto de 1949, la URSS experimentó su primera bomba atómica. El monopolio atómico norteamericano había desaparecido mucho antes de lo que la mayoría de los expertos habían pronosticado.

- La guerra fría se extiende a Asia

 

En Asia, la derrota del imperialismo japonés había dejado una situación de gran inestabilidad. China y Corea fueron los grandes escenarios de enfrentamiento.

La revolución comunista china 

Tras dos años de renovada guerra civil, el primero de octubre de 1949 las tropas comunistas de 
Mao Zedong
entraban victoriosas en Beijing (Pekín), proclamando la República Popular China. Las tropas nacionalistas de Chiang Kai Chek (Jiang Jieshi) huyeron a la isla de Taiwan donde establecieron un régimen dictatorial pro-occidental protegido por EEUU.

En 1950, 
Mao viajó a Moscú donde firmó diversos acuerdos con la URSS. Entre ellos una alianza militar por treinta años "contra Japón o cualquier agresor unido a Japón". El paso del país más poblado del mundo al campo comunista traumatizó al mundo occidental, especialmente a la opinión norteamericana. 

La guerra de Corea 1950-1953

La primera víctima de la guerra fría fue el pueblo coreano. Por primera vez, el enfrentamiento entre el bloque occidental y el bloque comunista vino a concretarse en un conflicto armada a gran escala.

 

La guerra de Corea tiene sus orígenes en el reparto en dos zonas de ocupación de este antiguo protectorado nipón tras la derrota japonesa en 1945. Corea del Norte, una dictadura comunista pro-soviética bajo la mano de hierro de Kim il Sung, y Corea del Sur, una dictadura de derechas pro-norteamericana bajo la dirección de Syngman Rhee. Cuando las potencias ocupantes se retiraron en 1948-1949, dos estados antagónicos quedaron frente a frente.

El conflicto se inició con la agresión norcoreana en junio de 1950. Corea del Norte, recibió la ayuda militar soviética y contó con la intervención de unidades del ejército comunista chino. En ayuda de Corea del Sur acudió un ejército expedicionario norteamericano con la ayuda de otros países occidentales. Tras una cruenta guerra, la situación acabó en un empate táctico. En julio de 1953, se firmó el Armisticio en Panmunjong. En él se acordó una nueva línea de demarcación que serpentea en torno al paralelo 38º N. Una frontera similar a la que había antes.

La 
guerra de Corea mostró claramente la dimensión mundial a la guerra fría. En adelante, Asia se convirtió en uno de sus escenarios principales.


 

El Mundo Bipolar 1948-1955

La partición de Alemania y la guerra de Corea mostraron al mundo una nueva realidad: la división en dos grandes bloques liderados por EEUU y la URSS. En adelante, cada bloque defendió su zona de influencia frente al avance del bloque contrario. Washington y Moscú utilizaron diferentes mecanismos para conseguir estos objetivos. Mientras tanto, los nuevos países que nacían del proceso de descolonización trataron infructuosamente de crear un movimiento que escapara de esta lógica bipolar.

El bloque occidental 
 

Estados Unidos, para afianzar el desarrollo de su política mundial, desplegó una amplia política de alianzas.

En primer lugar, reforzó los lazos trasatlánticos con Europa Occidental. La crisis de Berlín precipitó la constitución en 1949 de la 
OTAN, la gran alianza militar del bloque occidental hasta nuestros días. 

En segundo lugar, Washington contribuyó de manera decisiva a iniciar el proceso de la integración europea que culminó en 1957 con la firma de los 
Tratados de Roma y el nacimiento de la Comunidad Económica Europea.

En tercer lugar, empezó a tejer una amplia red de alianzas antisoviéticas por todo el mundo. La OEA; el ANZUS; la SEATO; el CENTO y el Tratado de Seguridad con Japón fueron los principales elementos de esa red de alianzas. 

El bloque comunista 

 

El primer paso en la formación del bloque soviético fue la creación de la Kominform (Oficina de Información de los Partidos Comunistas y Obreros) en 1947. 

En 1949, nacía el COMECON (Consejo de Ayuda Mutua Económica), organismo que agrupaba a la URSS y a las “democracias populares” europeas. Esta asociación tenía como objetivo la coordinación económico y no funcionó con plenitud hasta 1960. 

Tras la victoria de 
Mao Zedong en 1949, la URSS firmó acuerdos militares y de cooperación con la China comunista. 

Finalmente, como respuesta al ingreso de la RFA en la 
OTAN, en 1955 nació el Pacto de Varsovia, alianza militar que unió a la URSS con todos los países europeos del bloque comunista con la excepción de Yugoslavia. 

El Movimiento de los Países No Alineados 

Las nuevas naciones africanas y asiáticas que iban surgiendo del proceso de descolonización trataron de defender intereses propios al margen de los dos bloques. Con ese objetivo se celebró, la 
Conferencia afro-asiática de Bandung en 1955, donde nació lo que se vino en denominar el Movimiento de Países No Alineados.

Esta Conferencia fue dirigida por los grandes líderes de lo que empezaba a denominarse el “Tercer Mundo”, el mundo no desarrollado: el hindú 
Nehru, el egipcio Nasser y el indonesio Sukarno.

La debilidad económica y política de la mayoría de sus miembros y sus propias divisiones internas impidieron que el movimiento se constituyera en una real alternativa al mundo bipolar de la guerra fría.


 

La Coexistencia Pacífica 1955-1962 
 

La muerte de Stalin en 1953 y el ascenso al poder de Jruschov, el nuevo líder soviético, abrió un nuevo período en la guerra fría. Tras una fase de grandes tensiones, un nuevo clima en las relaciones entre Washington y Moscú hizo que se hablara de “coexistencia pacífica” y “deshielo”. Sin embargo, este nuevo ambiente no significó el fin de las crisis internacionales. En este período se erigió el Muro de Berlín y laguerra fría se trasladó al continente americano con la Crisis de los Misiles en Cuba. Fue también en estos años cuando, para regocijo norteamericano, los dos colosos comunistas, China y la URSS, rompieron su alianza y se convirtieron en potencias antagónicas.

El “deshielo”

 

Jruschov propició una nueva política exterior que denominó de “coexistencia pacífica” con el bloque occidental. 

La URSS rechazaba el recurso a las armas para extender la revolución comunista y la idea de que la guerra con el capitalismo era inevitable. En adelante, los bloques debían coexistir pacíficamente, centrando su competencia en el terreno económico, más que en el militar.

Esta búsqueda de la coexistencia no impidió a Jruschovafirmar de forma brutal la hegemonía soviética en los países de su bloque. La intervención militar en Hungría en 1956, que comentamos en extenso en otro tema, fue el mejor ejemplo de esta actitud.

Dos factores explican el giro en la política soviética:

  • La convicción, totalmente errónea, de que el sistema comunista superaría económicamente al decadente sistema capitalista.
  • El “equilibrio del terror”, es decir, la situación creada tras la conversión de la URSS en potencia atómica y el rearme acelerado de ambas potencias. Había una certeza general de que una guerra entre las superpotencias llevaría a la mutua destrucción.

Se inició un período que los periodistas denominaron de “deshielo” en las relaciones internacionales. Tras muchos años sin encuentro bilaterales entre los dirigentes de las potencias, Jruschov viajó a EEUU en 1959 reuniéndose con el presidente norteamericano Eisenhower y, posteriormente, celebró una “cumbre” en Viena con Kennedy en 1961. 

Sin embargo, la realidad fue mucho más compleja y contradictoria. En esos mismos años, la crisis desencadenada por la construcción del 
muro de Berlín y, muy especialmente, la crisis de los misiles en Cuba en 1962 llevaron la guerra fría a su momento de mayor tensión y peligro de enfrentamiento nuclear. Mientras el Oriente Medio volvía a ser sacudido por una guerra.


 

Las crisis internacionales: Berlín, Oriente Medio y Cuba

El Muro de Berlín

De 1951 a 1958 la República Democrática Alemana (RDA), la Alemania comunista, sufrió una verdadera hemorragia demográfica: más de dos millones de alemanes orientales huyeron a la Alemania Occidental. Las diferencias de nivel de vida y la falta de libertades provocaron este éxodo de población.

El 13 de agosto de 1961, ante los ojos atónitos de los berlineses, las autoridades de la RDA iniciaron la construcción de un muro infranqueable que rodearía todo el Berlín occidental. Lo que se denominó en Occidente, el "muro de la vergüenza" se convirtió en el gran símbolo de la guerra fría.

El 
muro de Berlín vino, sin embargo, a estabilizar la situación en la RDA, calmando las inquietudes soviéticas y suprimiendo uno de los mayores focos de tensión internacional. En adelante, Europa dejó de ser el principal escenario de la guerra fría. 

La crisis de los misiles en Cuba 
 

La toma del poder por Fidel Castro en 1959, tras derrocar la dictadura pro-americana de Batista, desencadenó una dura reacción en Washington. Una de las primeras acciones de Kennedycomo presidente de EEUU fue el fallido intento de invasión de Bahía de Cochinos o Playa Girón. 

Una revolución que, en principio, no era comunista, acabo alineándose con el bloque comunista. La agresividad norteamericana propició que el dictador cubano pidiera a la URSS el despliegue de misiles nucleares en su territorio. 

Cuando los aviones espías norteamericanos detectaron las rampas de misiles, 
Kennedy reaccionó decretando el bloqueo de la isla y anunciando el 22 de octubre que la Armada norteamericana impediría el paso a cualquier nave soviética que se encaminara a la isla. El mundo aguantó la respiración ante la posibilidad de un incidente que llevara a la fatal escalada nuclear.

Finalmente, el 29 de octubre 
Jruschov cedió y dio orden de dar media vuelta a sus barcos. La URSS acordó retirar los misiles de Cuba a cambio del compromiso norteamericano de no invadir la isla y de la retirada de misiles similares que EEUU tenía desplegados en Turquía.

Oriente Medio: La crisis de Suez

La creación del Estado de Israel en 1948 desencadenó la primera guerra árabe-israelí. Este conflicto, que tras más de medio siglo, sigue sin solucionarse, vino a integrarse en la guerra fría a lo largo de los años cincuenta.

El líder egipcio Nasser nacionalizó el canal de Suez en 1956. Francia y Gran Bretaña, principales accionistas y beneficiarias del uso del canal, reaccionaron mandando tropas al canal. Israel, inquieta ante el activismo panarabista de Nasser, intervino en ayuda de las potencias europeas y ocupó la península egipcia del Sinaí.

Esta acción de las dos antiguas potencias coloniales encontró la reacción inmediata de las dos superpotencias. La URSS amenazó a los agresores con represalias atómicas. Los EEUU, temerosos de que el mundo árabe y todo el Tercer Mundo bascularan hacia el bloque soviético, presionó a París y Londres para que pararan su intervención. 

 

La firme actitud norteamericana terminó por convencer a los líderes europeos para que ordenaran la retirada de sus tropas. La decadencia europea en el concierto mundial se hizo evidente.

La crisis de Suez trajo importantes consecuencias. El Reino Unido y Francia tomaron finalmente conciencia de que habían dejado de ser grandes potencias; 
Nasser se convirtió en el gran vencedor al transformar una derrota militar en una victoria política; y la URSS consiguió iniciar su influencia en el conflicto del Oriente Medio.


 

La ruptura chino-soviética

El triunfo en 1949 de la revolución comunista en China y el consiguiente paso al bloque comunista del país más poblado del mundo parecían anunciar una gran victoria para la URSS. En 1950 la firma del Tratado chino-soviético de amistad, alianza y mutua asistencia despertó gran ansiedad y preocupación en EEUU y el bloque occidental.

 

Sin embargo, bajo una fachada de amistad se desarrolló una áspera pugna basada en viejas rivalidades nacionales y en la búsqueda del liderazgo del mundo comunista. 

Mientras 
Jruschov lanzaba su política de coexistencia pacífica, Mao Zedong mantuvo una posición desafiante contra el “imperialismo capitalista” de EEUU en el escenario internacional. Además, los chinos no aceptaron las críticas de Jruschov a Staliny acusaron a las autoridades soviéticas de abandonar los principios revolucionarios comunistas.

El 
distanciamiento culminó en 1959 cuando la URSS denunció el Tratado militar secreto que unía a ambos países. En 1960 retiró a sus consejeros y técnicos de China. 

En 1962, Moscú apoyó a la India en su conflicto fronterizo con China por el dominio de ciertas zonas del Tibet. Beijing (Pekín), por su parte, denunció la actitud soviética en la 
crisis de los misiles en Cub, acusando a Moscú de haberse rendido ante el imperialismo americano. La ruptura de los dos colosos comunistas se había consumado.
 


 

La Distensión 1962-1975

Tras asomarse "al borde del abismo" nuclear en Cuba, Kennedy y Jruschov decidieron iniciar de forma más sistemática y duradera una nueva política de distensión. Se abría así un nuevo período de la guerra fría en el que los acuerdos entre las superpotencias no impidieron graves conflictos como el de Vietnam o el Oriente Próximo.

 

Dos factores explican la nueva actitud de la URSS y EEUU. Por un lado, la crisis de los misiles en Cuba en 1962 hizo tomar conciencia a Moscú y Washington del peligro real de un holocausto nuclear; por otro lado, ambas superpotencias vieron crecer la contestación interna en sus respectivos bloques. La URSS, debilitada por el conflicto chino-soviético, tuvo que hacer frente, entre otros conflictos, a la Primavera de Praga en Checoslovaquia. EEUU vio como la Comunidad Económica Europea y Japón se consolidaban como potencias económicas y como en el seno de la OTAN surgía la disidencia con la Francia de De Gaulle.

Los acuerdos Este-Oeste

La distensión no paralizó la carrera armamentística entre las superpotencias. Ambas siguieron acumulando misiles nucleares capaces de destruir el planeta.

Tras diversas alternativas, los expertos coincidían en 1971 en que se había llegada a una situación de paridad nuclear. En el vocabulario de los militares, no podía haber vencedores en el caso de una guerra nuclear. La “destrucción mutua asegurada” era cierta y evidente.

 

En esta situación, los sucesores de Kennedy y Jruschov continuaron la política de distensión. Los presidentes norteamericanos, el demócrata Johnson, que había sucedido a Kennedy tras su asesinato en1963, y el republicano Nixon, y el líder soviético Leonid Breznev, que había relevado a Jruschov en 1964, trataron de aminorar la tensión internacional. Para conseguir este objetivo, se entablaron negociaciones para limitar la carrera armamentística. Estas negociaciones tuvieron resultados parciales pero significativos:

  • En 1968, EEUU, la URSS y el Reino Unido firmaron el Tratado de No Proliferación de Armas Atómicas, tratado al que no se unieron las otras dos potencias nucleares, China y Francia.

  • En 1972 se firmó del Acuerdo SALT I por el que se limitó el número de misiles intercontinentales que podía poseer la URSS y los EEUU. 


     

Hacia un mundo multipolar 

La estructura bipolar con dos mundos alineados férreamente en torno a EEUU y la URSS fue transformándose poco a poco. Mientras que en el bloque occidental surgían nuevos focos de poder económico, en el bloque comunista la disensión política se hizo cada vez más evidente. El panorama se completaba con unos países subdesarrollados, el Sur o Tercer Mundo, que afirmaban su posición mundial mediante el control de las fuentes de energía.

Los nuevos polos de poder en el Oeste 

La situación de abrumadora hegemonía norteamericana tras la segunda guerra mundial se vio modificada por el surgimiento en el bloque occidental de dos nuevos polos de poder económico.

  • Japón pasó de país derrotado y ocupado a convertirse en la segunda potencia económica mundial. Los productos Made in Japan pronto comenzaron a inundar los mercados norteamericano y europeo. 
     

  • La Comunidad Económica Europea (CEE) tuvo un espectacular éxito económico. Una prueba evidente de ese éxito fue que el Reino Unido, que se había negado a adherirse a la CEE cuando secreó en 1957, solicitó su ingreso en 1961.

 

Esta diversificación del poder económico no se concretó, sin embargo, en un verdadero desafío político. Sólo la Francia del general  De Gaulle, que había accedido al status de potencia atómica en 1960, trató de llevar una política de independencia respecto a Washington.

De Gaulle se negó en dos ocasiones., en 1963 y en 1967, a admitir la entrada del Reino Unido, el más estrecho aliado de EE.UU, en la CEE. En marzo de 1966 Francia se retiró del mando integrado de la OTAN De Gaulle se atrevió a condenar públicamente la intervención norteamericana en Indochina. La debilidad relativa de Francia no permitió que el desafío gaullista fuera más allá.

Las fuerzas centrífugas en el Este

En la Europa oriental, el desafío al dominio de Moscú tuvo una concreción mucho más violenta.

  • En 1956, la revolución democrática en Hungría había sido aplastada por los tanques soviéticos. Doce años más tarde la tragedia se repitió en Checoslovaquia. Alexander Dubcek emprendió en 1968 un amplio programa de reformas liberalizadoras conocido como la Primavera de Praga. La reacción soviética no se hizo esperar. El 21 de agosto tropas del Pacto de Varsovia invadieron Checoslovaquia y pusieron fin al experimento democrático. El líder soviético proclamó la Doctrina Breznev que consagraba el dominio soviético sobre las "democracias populares".
     

  • La ruptura chino-soviética se consolidó y agudizó trascendiendo el ámbito ideológico y llegando al enfrentamiento territorial. En 1969 hubo violentos combates en el río Ussuri en la frontera común entre ambos países. Esta ruptura se vio acompañada por el acercamiento chino-norteamericano que culminó con la visita de Nixon a Beijing en febrero de 1972.

Las relaciones Norte-Sur

 

En los años sesenta se consolidó la idea de que, junto a las relaciones Este-Oeste características de la guerra fría, existían unas relaciones Norte-Sur, esto es, relaciones entre el Norte desarrollado y el Sur subdesarrollado o Tercer Mundo. 

El Sur había iniciado su afirmación política con la
Conferencia de Bandung y el Movimiento de los Países No Alineados. Pronto esta postura política tuvo su reflejo en el terreno económico. 

En 1960 nacía la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que en adelante buscó imponer un alza de los precios del "oro negro". En 1973, en la Conferencia de Argel, el movimiento de los países no alineados proclamó que los países pobres, más que confiar en la ayuda de los países desarrollados, debían de tratar de aumentar su propia capacidad para organizarse y conseguir imponer unas nuevas reglas del juego económico a nivel mundial. 

El apoyo occidental a Israel en la 
guerra del Yom Kippur ese mismo año encolerizó a los países árabes y desencadenó una subida del precio del petróleo que provocó una importante crisis en la economía mundial.


 

Los conflictos en la era de la distensión

La distensión buscó alejar el peligro de una guerra atómica entre las superpotencias, no puso fin a la competencia entre los dos bloques enfrentados. Esta competencia se concretó en dos grandes conflictos armados que han marcado la segunda mitad del siglo XX:

  • El conflicto del Próximo Oriente, que aún en los inicios del siglo XXI sigue siendo uno de los mayores focos de tensión en el mundo.

  • El conflicto en la península de Indochina que tuvo su mayor exponente en la guerra de Vietnam, la gran derrota americana durante la guerra fría.

 

Por otro lado, América Latina quedó también atrapada en la dinámica de la guerra fría. El ejemplo de la Cuba de Castro alentó la extensión de guerrillas revolucionarias por muchos países de la región. La respuesta norteamericana fue apoyar cualquier tipo de gobierno que se enfrentara a la expansión soviética. Entre estos gobiernos hubo odiosas dictaduras militares.


Las guerras árabe-israelíes

Las guerras que enfrentaron a árabes e israelíes en 1967 y 1973 ilustraron perfectamente las reglas de la distensión: los dos grandes apoyaron masivamente a los pequeños estados beligerantes, EEUU a Israel, la URSS a los países árabes, pero controlaron el conflicto sin poner en riesgo la paz general entre las superpotencias.

La 
Guerra de los Seis Días en 1967 y la Guerra del Yom Kippur en 1973 trajeron cambios trascendentales en el Oriente Medio:

  • Israel pasó de país asediado a potencia ocupante y hegemónica en la región. 

  • Los países árabes reaccionaron utilizando el petróleo como arma económica contra los países occidentales que apoyaban a Israel. Las subidas del precio del crudo que siguieron a la guerra del Yom Kippur en 1973 desencadenaron la “crisis del petróleo” que marcó el fin de una larga etapa de expansión del sistema capitalista en los países desarrollados.

En otro tema desarrollaremos en profundidad el problema del Oriente Medio.

La guerra de Vietnam

Tras los 
acuerdos de Ginebra de 1954, Vietnam quedó dividido en dos estados enfrentados: Vietnam del Norte, con un régimen comunista dirigido por Ho Chi Minh, héroe de la lucha anticolonial, y Vietnam del Sur, con una dictadura pro-occidental dirigida por Dinh Diem.

En 1956 se creó en el sur el Frente Nacional de Liberación, el Vietcong, organización guerrillera que con el apoyo de Vietnam del Norte inició las hostilidades contra el gobierno survietnamita.

 

El presidente Kennedy decidió la intervención militar norteamericana en favor de Vietnam del Sur. En 1964, su sucesor, Jonson, se lanzó a la intervención abierta. Un cuerpo expedicionario, que en 1967 alcanzó la cifra de 500.000 soldados, se implicó en una guerra en la que el ejército norteamericano no dudó en utilizar armas químicas ("agente naranja") y o en llevar a cabo brutales bombardeos masivos sobre Vietnam del Norte y las posiciones del Vietcong.

La gran superpotencia, sin embargo, no pudo derrotar a un contrincante masivamente armado por la URSS. Las grandes protestas de la juventud norteamericana y los éxitos militares del Vietcong, como la ofensiva del Tet en 1968, hicieron que en 1969 el nuevo presidente norteamericano, 
Richard Nixon, decidiera reducir rápidamente la implicación militar de su país en el conflicto. A la vez que los efectivos estadounidenses se reducían drásticamente -de 500.000 pasaron a 50.000-, se puso en pie un gran ejército survietnamita que, con más de 1.800.000 hombres, no dudó en extender el conflicto a Camboya y Laos.

Todos los esfuerzos norteamericanos fueron baldíos. La gran ofensiva norvietnamita de 1972 llevó a la firma de la paz en París, el 23 de enero de 1973. 

Los EEUU se retiraron de Vietnam lo que trajo consigo el inmediato derrumbe del régimen de Vietnam del Sur. La ofensiva final comunista llegó en la primavera de 1975. El 17 de abril, Phnom Penh caía en manos de los
Jemeres Rojos y el 30 los norvietnamitas y el Vietcong tomaban Saigón. Vietnam se reunificaba bajo un sistema comunista. La larga guerra había terminado.

Vietnam supuso la primera derrota militar de la historia de EEUU. Esta experiencia llevó a que, en adelante, los norteamericanos evitaran la implicación militar directa en los conflictos. Heny Kissinger, figura clave de la diplomacia estadounidense durante la presidencia de Nixon, fue el principal representante de esta nueva actitud.

América Latina: las dictaduras del cono sur

EEUU, tras la implantación de un régimen comunista en Cuba, resolvió no permitir la expansión del bloque soviético en América y no dudó en apoyar dictaduras militares conservadoras y fuertemente represivas. Para EEUU, los movimientos reformistas o revolucionarios en el continente americano más que una respuesta a las fuertes desigualdades sociales de la región, eran acciones desestabilizadoras orquestadas desde Moscú o La Habana con el objetivo de establecer regímenes aliados al bloque soviético. La amplitud de los intereses económicos norteamericanos en la región y su proximidad geográfica reforzaban esta actitud.

Los ejemplos más conocidos, pero no únicos, de esta política fueron las dictaduras de Pinochet en Chile (1973) y de Videla en Argentina (1976).


La Nueva Guerra Fría 1975-1985

Las dificultades económicas del mundo occidental tras la “crisis del petróleo” de 1973 y la renuenciaamericana a implicarse militarmente en el exterior tras el fracaso de Vietnam animaron a Moscú a intervenir en diversas zonas del mundo. Fue un espejismo. La debilidad norteamericana era aparente. La soviética era real. El presidente Reagan volvió en los ochenta a una política de enfrentamiento con la Unión Soviética. La URSS no pudo hacer frente al nuevo desafío que venía de Washington. La debilidad económica soviética precipitó el fin de la guerra fría y el posterior derrumbamiento de la URSS.

 

A mediados de los setenta, EEUU mostraba signos de debilidad. La crisis económica de 1973 golpeó duramente la economía de los países capitalistas desarrollados, el escándalo Watergate en 1974 forzó la renuncia del presidente Nixon y la derrota en Vietnam en 1975 extendió la convicción en la opinión pública norteamericana de que EEUU debía evitar cualquier intervención militar en el exterior.

La URSS interpretó mal la situación internacional y se lanzó a una expansión de su influencia internacional sin tener en cuenta las serias dificultades por las que pasaba su economía.

Los avances soviéticos 

El último período en la dirección soviética de 
Leonid Breznev fue testigo de lo que podemos denominar una engañosa expansión soviética.

  • En Asia, Vietnam era reunificado en 1975 bajo un gobierno comunista. 
     

  • En América Central, la revolución sandinista de 1979 estableció un régimen revolucionario en Nicaragua con el apoyo de Moscú y La Habana. 
     

  • En África, la expansión soviética fue más espectacular. A partir de 1974, se establecieron regímenes pro-soviéticos en Etiopía, Angola y Mozambique.

 

Envalentonados por estos éxitos, los soviéticoscometieron un grave error: intervenir militarmente en Afganistán.

Este país empobrecido, que durante el siglo XIX había sido terreno de disputa del imperialismo ruso y el inglés, volvió a convertirse en un territorio clave en las relaciones internacionales en los años setenta.

El derrocamiento del rey Zaher Shah en 1973 abrió un período de inestabilidad en el que finalmente se disputaron el poder diversas facciones comunistas enfrentadas a su vez con guerrillas islámicas. Moscú decidió intervenir para imponer un gobierno que garantizase el orden y mantuviera al país en la esfera de influencia soviética. El 24 de diciembre de 1979 las tropas soviéticas invadían el país. Se iniciaba la 
guerra de Afganistán. 

La reacción mundial fue inmediata. La ONU y los Países No Alineados condenaron la invasión y EEUU decidió ayudar a las guerrillas islámicas que se enfrentaban a las tropas soviéticas. Se iniciaba una nueva guerra fría.

La respuesta americana al desafío soviético 

El presidente Jimmy Carter (1976-1980) frenó las intervenciones de los EEUU en los países del Tercer Mundo. Tratando de huir de los peligros de un nuevo Vietnam, procuró mejorar la imagen internacional de EEUU y promovió una defensa más activa de los derechos humanos en el mundo.

Carter no pudo impedir el triunfo de la revolución islámica en Irán en enero de 1979. El acceso de Jomeiniy los clérigos chiítas al poder fue el primer triunfo de un movimiento, el islamismo, que en aquel momento nadie, ni la Casa Blanca ni el Kremlin, fue capaz de valorar en su verdadera importancia. 

En aquel momento, lo que más alarmó a Washington fue la aventura soviética en Afganistán. Carter endureció su política y, viendo en la 
invasión de Afganistán una amenaza en una región vital como la del Golfo Pérsico, anunció que EEUU se comprometía a usar la fuerza si fuera necesario para acceder a los recursos petrolíferos de la región. 

 

Cuando Carter abandonó la Casa Blanca, derrotado por el republicano Ronald Reagan, las relaciones soviético-norteamericanas se hallaban en una situación de deterioro desconocida desde hacía muchos años.

La postura del nuevo presidente 
Reagan (1980-1988) quedó definida en un célebre discurso que pronunció en 1982 en Londres. En ese discurso el presidente norteamericano calificó a la URSS lisa y llanamente de "Imperio del Mal". 

Ronald Reagan representaba la nueva voluntad americana de combatir a la URSS hasta doblegarla y ganar la guerra fría. El conservador Reagan trató de devolver a EEUU la confianza en su poder como gran potencia. Una confianza bastante mermada tras el fiasco de Vietnam. 

Reagan enfocó su política en dos direcciones. En primer lugar, se lanzó al mayor rearme de la historia de su país desde la segunda guerra mundial. La Iniciativa de Defensa Estratégica (1983) fue el elemento esencial de ese rearme. 

 

En segundo lugar, Reagan anunció que EEUU iba a utilizar todo tipo de medios, incluyendo la fuerza militar si fuera necesario, para socavar cualquier régimen pro-comunista en el Tercer Mundo.

Esta nueva doctrina se concretó en la intervención en tres países:

  • Invasión de Granada, pequeña isla caribeña, donde existía un régimen izquierdista;

  • Entrenamiento y aprovisionamiento de los Contras nicaragüenses que luchaban contra el régimen sandinista.

  • Ayuda a la guerrilla islámica que luchaba contra los soviéticos en Afganistán. Aquí los EEUU aplicaron una política que años después se volvería en su contra de forma espectacular. La ayuda militar a la guerrilla islámica fortaleció las posturas más extremas del islamismo que posteriormente constituirán el mayor problema al que se han tenido que enfrentar EEUU y el mundo occidental. Un simple dato: Osama bin Laden luchó en la guerra de Afganistán en una guerrilla islámica armada y apoyada por Washington

Los nuevos conflictos 

El final de la década de los setenta y el inicio de los ochenta fue un período clave en el que viejos y nuevos fenómenos internacionales interactuaron de forma compleja. Nuevos conflictos, que iban más allá de la lógica del enfrentamiento entre los dos bloques, caracterizan este período. Por una lado, el más importante y con mayor proyección de futuro, el desafío del islamismo; por otro, los enfrentamientos entre los aliados de los dos gigantes comunistas en Indochina.

El Oriente Medio y los movimientos islamistas

 

Con el perenne conflicto del Oriente Medio telón de fondo, el surgimiento en los países musulmanes del islamismo radicalmente antioccidental y antisoviético, fue, sin lugar a dudas, la gran novedad del paisaje político mundial en la fase final del siglo XX.

El año 1979 fue clave. Por un lado, las guerrillas islámicas emprendieron la lucha contra la invasión soviética de 
Afganistán. Por otro, la primera revolución islámica triunfó en Irán.

El ayatollah 
Jomeini, máxima autoridad del clero chiíta iraní, estableció una brutal dictadura basada en los principios más rigurosos del Islam. En el terreno internacional, el Irán islámico se enfrentó a la vez con las dos superpotencias: "El Gran Satán" norteamericano y la URSS comunista y atea. 

Cuando Saddam Hussein, dictador iraquí contrario al islamismo, decidió atacar a su vecino Irán, las potencias occidentales y la URSS miraron hacia otro lado e incluso le apoyaron con armas.

La 
guerra entre Irán e Irak (1980-1988), además de ser una de las más crueles del siglo XX, fue un buen ejemplo de los nuevos conflictos que sobrepasaban el marco estricto de la guerra fría. 

Los conflictos entre países comunistas en Indochina 

El abandono norteamericano de la península Indochina trajo un doble triunfo comunista en abril de 1975. En Vietnam se estableció un régimen aliado de la URSS y en Camboya los
Jemeres rojos establecieron una brutal dictadura alineada con las autoridades chinas. 

El conflicto chino-soviético se concretó sangrientamente en la península indochina. La creciente tensión entre ambos países culminó con la invasión de Camboya por tropas vietnamitas con apoyo soviético en 1978. Posteriores enfrentamientos fronterizos entre China y Vietnam constituyeron la última fase de la pugna entre las dos grandes potencias comunistas por la hegemonía en Indochina.

El repliegue soviético 
 

 

Por unos años el panorama internacional había mostrado de forma engañosa un avance de las posiciones soviéticas. La realidad era mucho menos halagüeña para la URSS. El estancamiento económico y el inmovilismo político llevaron el país a una situación en la que era imposible mantener una política exterior expansionista. 

Diversos factores hicieron que los dirigentes soviéticos fueran conscientes de la necesidad ineludible de emprender profundas reformas y buscar la distensión internacional:

  • La dureza de las posiciones de Reagan fue el elemento clave que llevó a la dirección soviética areconsiderar la escalada en el enfrentamiento con EEUU. La Iniciativa de Defensa Estratégica hizo evidente la superioridad tecnológica y económica de EEUU sobre la URSS.
     

  • A partir de 1980 las disensiones internas en el bloque soviético debilitaron su posición estratégica. Polonia fue la gran protagonista. Las protestas obreras, lideradas por el sindicato Solidaridad, pusieron contra las cuerdas al régimen comunista. Era cada vez más evidente la creciente dificultad de Moscú para controlar a sus estados-satélite.
     

  • La situación era aún más complicada en la propia URSS:

  • La economía tenía graves problemas estructurales. Dependía de las importaciones de grano norteamericano para alimentar a su población y se hallaba muy rezagada con respecto a la economía occidental en diversos aspectos tecnológicos clave. El estancamiento económico y el progresivo deterioro del nivel de vida de la población soviética mostraban la imposibilidad de aceptar el desafío militar norteamericano y extendían el desaliento y la desmoralización entre la población.

  • A esta crisis social y económica se le vino a unir una grave crisis política. La muerte de Breznev a los 76 años en 1982 puso en evidencia el anquilosamiento del sistema político soviético. El poder se hallaba en manos de una verdadera gerontocracia. A Breznev le sucedió Yuri Andrópov, de 68 años, que murió dos años después en 1984. A Andrópov le vino a sustituir Chernenko, un anciano que murió al año siguiente en 1985.

La situación en Moscú se hacia insostenible. Así, el 11 de marzo de 1985, Mijaíl Gorbachov, de "solo" 54 años, fue elegido Secretario General del PCUS. El nuevo líder soviético se aprestó a iniciar un proceso de reformas profundas en el país. Nadie podía predecir la magnitud del proceso de cambios que iba a desencadenar.

 

Para Gorbachov, la profundidad de la crisis económica y social de la URSS hacía imposible mantener la ficción de una paridad entre las dos superpotencias. Para sacar al país de la crisis era absolutamente necesario reducir los gastos militares y recortar los ingentes recursos empleados en mantener el “imperio soviético”.

Así, 
Gorbachov, a la vez que firmaba diversos acuerdos con EEUU para reducir armas nucleares y convencionales, fue comunicando a sus aliados por todo el mundo el fin de la ayuda militar y económica soviética. 

El repliegue soviético en el mundo no impidió, sin embargo, la agudización de la crisis interna en la URSS. Tras las revoluciones de 1989 que pusieron fin a los regímenes comunistas de las “democracias populares”, el fracaso de un golpe de estado organizado por el sector más duro del PCUS, provocó la desintegración de la propia Unión Soviética en 1991. La 
guerra fría concluía por la implosión de uno de sus contendientes.

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Víctor Arrogante
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