Salvador Allende encabezó el proyecto que buscó instaurar
el socialismo por la vía democrática. Su programa de
gobierno contempló la construcción de un Estado popular y
una economía planificada de corte estatal, que finalizaría
con el golpe de Estado de 1973.
Salvador Allende fue el presidente que intentó instaurar
el socialismo en Chile por la vía democrática. Nació en
1908, en el seno de una familia de la alta clase media de
Valparaíso: su abuelo fue médico y su padre abogado. Desde
su época de estudiante en la Escuela de Medicina de la
Universidad de Chile, mostró su vocación por el servicio
público.
En
1929 integró el grupo político universitario Avance y en
1933, cuando se fundó el Partido Socialista de Chile,
Allende, con 25 años de edad, fue su primer secretario
regional. Médico, socialista y masón; poseía el perfil
característico del político chileno progresista y laico de
la primera mitad del siglo XX. Se tituló de médico
cirujano y desde el comienzo de su carrera se dedicó a la
medicina social, publicando diversos trabajos sobre salud
pública, como La realidad médico social chilena.
Ingresó muy joven a la masonería y perteneció a la famosa
Gran Logia de Chile. Antes de cumplir 30 años, fue elegido
diputado por Valparaíso y Quillota. Participó activamente
en la fundación del Frente Popular y fue nombrado Ministro
de Salubridad, Previsión y Asistencia Social en el
gobierno de Pedro Aguirre Cerda.
En
1945 fue elegido senador y se mantuvo en este cargo hasta
1970. Cuatro veces fue candidato a la Presidencia de la
República, representando a una alianza cuya base la
conformaban los partidos socialista y comunista: 1952,
1958, 1964 y 1970. Triunfó en su cuarta postulación y
accedió a la primera magistratura apoyado por una
agrupación de partidos de izquierda, la Unidad Popular.
Por
primera vez en la historia, y causando expectación en el
mundo entero, un político socialista y marxista llegaba al
gobierno a través de la votación popular. El gobierno de
Salvador Allende inició, entonces, una experiencia difícil
y única: llevar al país a transitar por una vía
democrática hacia el socialismo.
Allende, junto a un grupo importante de sus seguidores,
estaba convencido de que el socialismo podía construirse
sobre la base de las tradiciones democráticas chilenas. En
este sentido, fue significativo que una de las pocas leyes
aprobadas en el parlamento fue la nacionalización de la
gran minería del cobre. Sin embargo, la naturaleza radical
del programa de gobierno despertó una frontal oposición,
tanto en el interior del país como a nivel internacional.
En medio de un contexto en que aún primaba la política de
Guerra Fría, el gobierno norteamericano decidió utilizar
todas las armas necesarias con el objetivo final de
derrocar al gobierno chileno.
Durante 1972, diversos gremios paralizaron sus
actividades; entre ellos, la locomoción colectiva y el
transporte. El desabastecimiento de artículos de primera
necesidad y los persistentes rumores de golpe militar,
contribuyeron a crear en la población una sensación
colectiva de desgobierno.
El 11
de septiembre de 1973, el gobierno de la Unidad Popular
fue derrocado por un golpe de Estado encabezado por el
general Augusto Pinochet. Luego de conformarse una Junta
Militar, ésta emitió un primer comunicado solicitando al
presidente Allende la entrega inmediata de su cargo a las
Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile.
Allende resistió junto a sus más leales colaboradores en
el Palacio de La Moneda y advirtió a sus cercanos que
moriría en el lugar donde lo había puesto el pueblo: como
Presidente de Chile.
Antes
de ser bombardeada la casa de gobierno, dirigió sus
últimas palabras y, a las dos de la tarde, antes de que
los militares entraran al palacio, Salvador Allende se
suicidó.
Recopilación de doce discursos y dos conferencias de
prensa, efectuadas en Argentina, Ecuador, Colombia,
Perú, México y Naciones Unidas, que expresan el
pensamiento latinoamericanista que caracterizó la acción
política de Salvador Allende. Los discursos destacan los
lazos fraternales que deben unir a los países
latinoamericanos, la necesidad de proyectar América
Latina hacia el mundo, de abrir paso al socialismo
democrático, de superar la subordinación política y de
avanzar hacia la autodeterminación y la soberanía de los
pueblos. El libro concluye con una cronología acerca de
la vida y obra de Salvador Allende.
Bajo
la figura de Salvador Allende, la Unidad Popular llegó al
poder en 1970 con el proyecto de instaurar el socialismo
por la vía democrática. Su programa de gobierno
contemplaba la construcción de un Estado Popular y una
economía planificada, de corte estatal.
"Venceremos, venceremos,
con Allende en septiembre a vencer.
Venceremos, venceremos,
¡la Unidad Popular al poder!"
(Himno Venceremos)
Con la
investidura de Salvador Allende Gossens como Presidente de
Chile el 4 de noviembre de 1970, se inició en el país el
más ambicioso proceso de cambios sociales, económicos y
políticos del que haya sido testigo Chile durante su
historia. Como abanderado de la Unidad Popular, Allende no
sólo se convirtió en el primer mandatario socialista en el
mundo en ser elegido democráticamente, sino también el
primero en intentar en transitar al socialismo mediante la
vía pacífica, también llamada vía chilena al socialismo.
Su
programa básico de gobierno contemplaba la construcción de
un Estado Popular y una economía planificada, en gran
parte estatizada. Aunque la ley de nacionalización del
cobre fue aprobada sin oposición en el Congreso, no
ocurrió lo mismo con el intento de estatizar las grandes
empresas. Al no contar con mayoría parlamentaria, el
gobierno decidió echar mano de un olvidado, aunque vigente
decreto, dictado durante la República Socialista de 1932.
Éste le permitió al gobierno de la Unidad Popular
expropiar cualquier industria que fuese considerada
estratégica para la economía. Además de la expropiación
(que generalmente era precedida por la toma de la
industria por parte de sus trabajadores), el gobierno
utilizó otros mecanismos como la compra de acciones, lo
que le permitió controlar casi el 80 por ciento de las
industrias y un número importante de bancos.
En el
sector agrario se profundizó el proceso de reforma agraria
iniciado por el gobierno de Jorge Alessandri y acelerado
por el de Eduardo Frei Montalva, logrando la expropiación
de más de 4.400 predios, sin contar con las más de 2.000
tomas efectuadas por los trabajadores agrícolas.
En el
área de la salud se mejoró el equipamiento de los
hospitales y se estableció un programa de distribución de
medio litro de leche diaria a cada niño. En educación se
impulsó la enseñanza preescolar, básica e industrial,
además de ampliarse el acceso a la universidad. El
proyecto más emblemático en esta materia fue el denominado
Escuela Nacional Unificada (ENU). Por otro lado, nunca se
definió con claridad una política cultural, lo que se
debatió ampliamente en La Quinta Rueda. Sin embargo,
existieron muchas actividades que contaron con
participación gubernamental, como la creación de la
editorial Quimantú y las nuevas propuestas musicales, como
la Nueva Canción Chilena.
El
gasto social provocó un creciente déficit en los recursos
fiscales que el gobierno intentó solucionar mediante la
emisión monetaria fiscal. Esto generó un proceso
inflacionario que se vio agravado por severos problemas de
abastecimiento, acaparamiento y sabotaje empresarial.
Junto a esto, el gobierno debió enfrentar la virulenta
oposición del Partido Nacional, al que luego se unió la
Democracia Cristiana que en sus inicios había apoyado la
elección de Allende y su programa de gobierno. También se
sumó el rechazo de gremios como el de médicos,
comerciantes minoristas, camioneros y mineros de El
Teniente. En el frente interno, el gobierno se vio
entrampado por la división entre los sectores que querían
acelerar y profundizar el proceso revolucionario
(Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR; Movimiento
de Acción Popular Unitario, MAPU; y un sector del Partido
Socialista, PS) y los que pretendían consolidar el proceso
(Partido Comunista, PC; Partido Radical, PR; Movimiento de
Acción Popular Unitario-Obrero Campesino, MAPU-OC; y un
sector del Partido Socialista encabezado por el propio
Allende).
El
inesperado resultado electoral obtenido por la Unidad
Popular en las parlamentarias de marzo de 1973, no hizo
más que consolidar la opción golpista en algunos sectores
de la oposición. Aunque esta opción se vio frustrada el 29
de junio de 1973, en el fallido intento de golpe de estado
conocido como el tanquetazo, fue claro para Salvador
Allende que solo un contundente apoyo popular daría
viabilidad a su gobierno. Su idea de convocar a un
plebiscito, sin embargo, nunca llegó a efectuarse, pues el
11 de septiembre de ese año fue derrocado por las fuerzas
armadas encabezadas por el general en jefe del ejército
Augusto Pinochet, hecho que marcó el fin de la Unidad
Popular.
Los
partidos y movimientos que integraban la Unidad Popular
aprobaron el programa básico de esta coalición el 17 de
diciembre de 1969. El texto se inicia con un diagnóstico
que señala la profunda crisis que vivía el país, que se
manifestaba en la pobreza generalizada y en el
estancamiento económico y social. Prosigue con el
programa de la Unidad Popular, la constitución del poder
popular y de un Estado Popular, la construcción de una
nueva economía planificada y la definición de las tareas
sociales, culturales e internacionales que debería
abordar el nuevo gobierno.
Liderado por el Vicealmirante de la Armada, José Toribio
Merino, y el comandante de la Fuerza Aérea, Gustavo Leigh,
el golpe fue planificado para el 11 de septiembre, debido
a que ese día el ejército se encontraba concentrado en
Santiago por la celebración de las Glorias del Ejército.
El 8 de septiembre, el general Arellano Stark solicitó el
apoyo del general Pinochet, pero éste no dio una respuesta
definitiva. Al día siguiente, Salvador Allende informó al
Comandante en Jefe y otros generales del Ejército que
había decidido convocar a un plebiscito, con el fin de dar
una salida a la grave crisis política. Ese mismo día, los
cabecillas del golpe contaron con el apoyo de Pinochet.
Los
acontecimientos comenzaron a desarrollarse temprano.
Informado de la sublevación de la Armada, Allende se
dirigió raudamente al Palacio de La Moneda a las 7:30
horas, el que estaba custodiado por tanquetas de
carabineros. Luego de conocido el primer comunicado de la
Junta Militar, poco a poco se fueron retirando. Cuarenta y
cinco minutos más tarde, se iniciaba el ataque al palacio
de gobierno por tierra.
Cerca
de las once de la mañana, el Presidente Salvador Allende
dirigió su último mensaje al país, a través de una cadena
de radioemisoras simpatizantes del gobierno. En éste
señalaba su decisión de no abandonar la casa de gobierno.
Agregaba que se mantendría firme en su postura de "seguir
defendiendo a Chile".
Al
mediodía se inició el bombardeo sobre La Moneda, el que se
prolongó durante 15 minutos. Aviones Hawker Hunter de la
Fuerza Aérea de Chile, luego de sobrevolar su objetivo,
atacaron la sede del gobierno con cohetes "rockets" que
destruyeron dependencias y provocaron el incendio del
edificio. Pocos minutos después caía La Moneda y el
Presidente Salvador Allende era encontrado muerto en el
salón principal junto al arma con la cual se suicidó. Al
día siguiente, toda la prensa del país mostraba en primera
plana el Palacio de La Moneda destruido y humeante. Con
tres siglos de historia y habiendo albergado a veintitrés
presidentes de la Republica de Chile, éste nunca antes
había sido destruido.
A
partir del golpe de Estado y teniendo como base
ideológica la Doctrina de Seguridad Nacional, se puso en
práctica en Chile una política de Estado represiva que
tuvo como objetivo sofocar toda amenaza al nuevo orden
establecido, recurriendo para ello a la detención, la
tortura, el asesinato y el exilio. Estas acciones
afectaron a miles de chilenos entre políticos de
izquierda, dirigentes sindicales y simpatizantes del
depuesto gobierno de la Unidad Popular.
La
violación sistemática de los derechos humanos se llevó a
cabo a través de los órganos estatales ya existentes
(Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile, Policía de
Investigaciones), mientras que otros fueron creados
especialmente para tal efecto, como fue el caso de la
Dirección de Inteligencia Nacional (DINA, 1974-1977),
Comando Conjunto (1975-1977) y Central Nacional de
Informaciones (CNI, 1977-1990, sucesora de la DINA).
Entre 1974 a 1977, la DINA, al mando del coronel Manuel
Contreras, actuó en forma selectiva y sistemática
atacando a los dirigentes de los partidos políticos de
izquierda que se encontraban en la clandestinidad, lo
que elevó la cifra de detenidos desaparecidos a 1.102 en
1977. Desde 1978 en adelante, la represión tomaría
cauces más institucionalizados, manteniéndose la
violación sistemática de los derechos humanos hasta el
fin del régimen militar, como una forma de reprimir los
movimientos políticos y sociales que protestaban por el
retorno a la democracia.
Entre los casos más conocidos, se encuentran Caravana de
la Muerte (1973), Operación Colombo (1975), Calle
Conferencia (1976), Hornos de Lonquén (1978), caso
Degollados (1985), caso Quemados (1986) y Operación
Albania (1987), además de los asesinatos de Carlos Prats
(Buenos Aires, 1974), Orlando Letelier(Washington, 1976)
y Tucapel Jiménez (1982).
Igualmente, lugares emblemáticos de la represión fueron
el Estadio Nacional (1973), el Estadio Chile (1973), el
buque escuela Esmeralda (1973), Peldehue (1973), Pisagua
(1973-1974), Chacabuco (1973-1975), Academia de Guerra
Aérea (1973-1975), Isla Quriquina (1973-1975), Tejas
Verdes (1973-1976), Cuatro Alamos (1974-1977), Londres
38 (1973-1974), José Domingo Cañas (1974), Villa
Grimaldi (1974-1976) y Venda Sexy (1975), entre muchos
otros.
La
historia del golpe de Estado en Chile es más simple de lo
que parece: Estados Unidos no quería un gobierno
socialista en latinoamérica que sirviera de ejemplo al
resto de los países y perjudicase a una minoría económica
que no quería perder sus privilegios. Los primeros le
pagaron a los segundos y así boicotearon el Gobierno de
Allende. El resto es historia: Los 17 años siguientes se
dedicaron a robar, saquear y repartirse Chile con las
privatizaciones a precio de huevo, establecer su dominio
económico, y dejar amarrada una constitución ilegal que
los cobardes de la Concertación jamás se dignaron a
cambiar. ¿Cuáles eran las ideas de Allende que tanto
molestaron a algunos? Fueron 40 medidas que buscaban un
país justo. Nada más.
1.
SUPRESIÓN DE LOS SUELDOS FABULOSOS
Limitaremos los altos sueldos de los funcionarios de
confianza. Terminaremos con la acumulación de cargos y
sueldos (Consejerías, Directorios, Representaciones).
Terminaremos con los gestores administrativos y
traficantes políticos.
2.
¿MÁS ASESORES? ¡NO!
Todo
funcionario pertenecerá al escalafón común y ninguno
estará al margen de las obligaciones del Estatuto
Administrativo. En Chile no habrá más ASESORES.
3.
HONESTIDAD ADMINISTRATIVA
Terminaremos con los favoritismos y los saltos de grados
en la Administración Pública. Habrá inamovilidad
funcionaria. Nadie será perseguido por sus ideas políticas
o religiosas; se atenderá a la eficiencia, la honradez y
el buen trato con el público de los funcionarios de
Gobierno.
4. NO
MÁS VIAJES FASTUOSOS AL EXTRANJERO
Suprimiremos los viajes al extranjero de los funcionarios
del régimen; salvo aquéllos indispensables para los
intereses del Estado.
5. NO
MÁS AUTOS FISCALES EN DIVERSIONES
Los
automóviles fiscales no podrán usarse bajo ningún pretexto
con fines particulares. Los vehículos que queden
disponibles se utilizarán para fines de servicio público,
como transporte de escolares, traslados de enfermos de las
poblaciones o vigilancia policial.
6. EL
FISCO NO FABRICARÁ NUEVOS RICOS
Estableceremos un control riguroso de las rentas y
patrimonios de los altos funcionarios públicos. El
gobierno dejará de ser una fábrica de nuevos ricos.
7.
JUBILACIONES JUSTAS, NO MILLONARIAS
Terminaremos con las jubilaciones millonarias, sean
parlamentarias o de cualquier sector público, o privado, y
utilizaremos esos recursos en mejorar las pensiones más
bajas.
8.
DESCANSO JUSTO Y OPORTUNO
Daremos derecho a jubilación a todas las personas mayores
de 60 años, que no han podido jubilar, debido a que no se
les han hecho imposiciones.
9.
PREVISIÓN PARA TODOS
Incorporaremos al sistema previsional a los pequeños y
medianos comerciantes, industriales y agricultores,
trabajadores independientes, artesanos,
pescadores,pequeños mineros, pirquineros y dueñas de casa.
10.
PROTECCIÓN A LA FAMILIA
Crearemos el Ministerio de Protección a la Familia.
11.
IGUALDAD EN LAS ASIGNACIONES FAMILIARES
Nivelaremos en forma igualitaria todas las asignaciones
familiares.
12. EL
NIÑO NACE PARA SER FELIZ
Daremos matrícula completamente gratuita, libros,
cuadernos y útiles escolares sin costo, para todos los
niños de la enseñanza básica.
13.
MEJOR ALIMENTACIÓN PARA EL NIÑO
Daremos desayuno a todos los alumnos de la enseñanza
básica y almuerzo a aquellos cuyos padres no se lo puedan
proporcionar.
14.
LECHE PARA TODOS LOS NIÑOS DE CHILE
Aseguraremos medio litro de leche diaria como ración a
todos los niños de Chile.
15.
CONSULTORIO MATERNO INFANTIL EN SU POBLACIÓN
Instalaremos consultorios materno infantiles en todas las
poblaciones.
16.
VERDADERAS VACACIONES PARA TODOS LOS ESTUDIANTES
Se
invitará al Palacio Presidencial de Viña del Mar a los
mejores alumnos de la enseñanza básica, seleccionados de
todo el país.
17.
CONTROL DEL ALCOHOLISMO
Combatiremos el alcoholismo no por los medios represivos,
sino por una vida mejor y erradicaremos el clandestinaje.
18.
CASA, LUZ, AGUA POTABLE PARA TODOS
Realizaremos un plan de emergencia para la construcción
rápida de viviendas y garantizaremos el suministro de agua
por manzana y luz eléctrica.
19. NO
MÁS CUOTAS REAJUSTABLES “CORVI”
Suprimiremos los reajustes de los dividendos y las deudas
a la CORVI.
20.
ARRIENDOS A PRECIOS FIJOS
Fijaremos el 10% de la renta familiar como máximo para el
pago de arriendo y dividendos. Supresión inmediata de los
derechos de llave.
21.
SITIOS ERIAZOS ¡NO!, POBLACIONES ¡SÍ!
Destinaremos todos los sitios eriazos fiscales,
semifiscales o municipales a la construcción.
22.
CONTRIBUCIONES SÓLO A LAS MANSIONES
Liberaremos del pago de contribuciones a la casa
habitación hasta un máximo de 80 metros cuadrados donde
vive permanentemente el propietario y no sea de lujo o de
balneario.
23.
UNA REFORMA AGRARIA DE VERDAD
Profundizaremos la Reforma Agraria, que beneficiará
también a medianos y pequeños agricultores, minifundistas,
medieros, empleados y afuerinos. Extenderemos el crédito
agrario. Aseguraremos mercado para la totalidad de los
productos agropecuarios.
24.
ASISTENCIA MÉDICA Y SIN BUROCRACIA
Eliminaremos todas las trabas burocráticas y
administrativas que impiden o dificultan la atención
médica de imponentes y cesantes.
25.
MEDICINA GRATUITA EN LOS HOSPITALES
Suprimiremos el pago de todos los medicamentos y exámenes
en los hospitales.
26. NO
MÁS ESTAFA EN LOS PRECIOS DE LOS REMEDIOS
Rebajaremos drásticamente los precios de los medicamentos,
reduciendo los derechos e impuestos de internación de las
materias primas.
27.
BECAS PARA ESTUDIANTES
Estableceremos el derecho a becas en la enseñanza básica,
media y universitaria de todos los buenos alumnos, en
consideración al rendimiento y a los recursos económicos
de sus familias.
28.
EDUCACIÓN FÍSICA Y TURISMO POPULAR
Fomentaremos la educación física y crearemos campos
deportivos en las escuelas y todas las poblaciones. Toda
escuela y toda población tendrá su cancha. Organizaremos y
fomentaremos el turismo popular.
29.
UNA NUEVA ECONOMÍA, PARA PONER FIN A LA INFLACIÓN
Aumentaremos la producción de artículos de consumo
popular, controlaremos los precios y detendremos la
inflación a través de la aplicación inmediata de la nueva
economía.
30. NO
MÁS AMARRAS CON EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL
Desahuciaremos los compromisos con el Fondo Monetario
Internacional y terminaremos con las escandalosas
devaluaciones del Escudo.
31. NO
MÁS IMPUESTOS A LOS ALIMENTOS
Terminaremos con las alzas de los impuestos que afectan a
los artículos de primera necesidad.
32.
FIN AL IMPUESTO DE LA COMPRAVENTA
Suprimiremos el impuesto a la compraventa y lo
reemplazaremos por otro sistema más justo y expedito.
33.
FIN A LA ESPECULACIÓN
Sancionaremos drásticamente el delito económico.
34.
FIN A LA CESANTÍA
Aseguraremos el derecho de trabajo a todos los chilenos e
impediremos los despidos.
35.
TRABAJO PARA TODOS
Crearemos de inmediato nuevas fuentes de trabajo con los
planes de obras públicas y viviendas, con la creación de
nuevas industrias y con la puesta en marcha de los
proyectos de desarrollo.
36.
DISOLUCIÓN DEL GRUPO MÓVIL
Garantizaremos el orden en los barrios y poblaciones y la
seguridad de las personas. Carabineros e Investigaciones
serán destinados a cumplir una función esencialmente
policial contra la delincuencia común. Eliminaremos el
Grupo Móvil y sus miembros reforzarán la vigilancia
policial.
37.
FIN A LA JUSTICIA DE CLASE
Crearemos un procedimiento legal rápido y gratuito con la
cooperación de las Juntas de Vecinos, para conocer y
resolver casos especiales, como pendencias, actos de
matonaje, abandono del hogar y atentado contra la
tranquilidad de la comunidad.
38.CONSULTORIOS JUDICIALES EN SU POBLACIÓN
Estableceremos consultorios judiciales en todas las
poblaciones.
39.
CREACIÓN INSTITUTO NACIONAL DEL ARTE Y LA CULTURA
Crearemos el Instituto Nacional del Arte y la Cultura y
Escuelas de formación artística en todas las comunas.
40.
PAGO INMEDIATO Y TOTAL A LOS JUBILADOS Y PENSIONADOS
Pagaremos de una sola vez los reajustes del personal en
retiro de las Fuerzas Armadas, y haremos justicia en el
pago de pensionados y montepiadas del Servicio de Seguro
Social.
Chile 11 de
septiembre:
43 aniversario del golpe de estado
Estas son sus palabras. El resto es historia
Por Xulio Formoso
Hace 43 años se rompía a sangre y fuego la
constitucionalidad de un país caracterizado,
hasta ese momento, por una tradición mucho más
larga y más fuerte de constitucionalismo que
muchos países europeos. El ejemplo de Chile se
grabó en la memoria de la gente ante todo porque
era un experimento (la revolución pacífica que
era la meta del gobierno de Allende) y que fue
destruido por un golpe en el que el presidente
mismo murió.
El 11 de septiembre de 1973, a las 9 y 10 de la
mañana a través de Radio Magallanes, Salvador
Allende Goossens, a pocas horas de su muerte, se
dirige por última vez a la nación.
“Compatriotas: ésta será, seguramente, la última
oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes.
La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de
Radio Portales y Radio Corporación.
Mis palabras no tienen amargura, sino decepción,
y serán ellas el castigo moral para los que han
traicionado el juramento que hicieron… soldados
de Chile, comandantes en jefe titulares, y el
almirante Merino, quien se ha autodesignado
comandante en jefe de la Armada, más el señor
Mendoza, general rastrero… que solo ayer
manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno,
también se ha denominado director General de
Carabineros.
Ante estos hechos sólo me cabe decir a los
trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado
en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la
lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la
certeza que la semilla que entregáramos a la
conciencia digna de miles y miles de chilenos,
no podrá ser segada definitivamente.
Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no
se detienen los procesos sociales ni con el
crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra
y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles
la lealtad que siempre tuvieron, la confianza
que depositaron en un hombre que sólo fue
intérprete de grandes anhelos de justicia, que
empeñó su palabra en que respetaría la
Constitución y la ley, y así lo hizo.
En este momento definitivo, el último en que yo
pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen
la lección. El capital foráneo, el imperialismo,
unidos a la reacción, creó el clima para que las
Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que
les enseñara el general Schneider y reafirmara
el comandante Araya, víctimas del mismo sector
social que hoy estará en sus casas esperando con
mano ajena reconquistar el poder para seguir
defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de
nuestra tierra, a la campesina que creyó en
nosotros, a la obrera que trabajó más, a la
madre que supo de nuestra preocupación por los
niños. Me dirijo a los profesionales de la
Patria, a los profesionales patriotas, a los que
hace días estuvieron trabajando contra la
sedición auspiciada por los colegios
profesionales, colegios de clase para defender
también las ventajas que una sociedad
capitalista le da a unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron
y entregaron su alegría y su espíritu de lucha.
Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al
campesino, al intelectual, a aquellos que serán
perseguidos, porque en nuestro país el fascismo
ya estuvo hace muchas horas presente; en los
atentados terroristas, volando los puentes,
cortando las líneas férreas, destruyendo los
oleoductos y los gasoductos, frente al silencio
de quienes tenían la obligación de proceder.
Estaban comprometidos, La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el
metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes.
No importa. Lo seguirán oyendo. Siempre estaré
junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será
el de un hombre digno que fue leal a la lealtad
de los trabajadores y el pueblo.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse.
El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar,
pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y
su destino. Superarán otros hombres este momento
gris y amargo, donde la traición pretende
imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más
temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes
alamedas por donde pase el hombre libre para
construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los
trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la
certeza de que mi sacrificio no será en vano,
tengo la certeza de que, por lo menos, será una
lección moral que castigará la felonía, la
cobardía y la traición”