Y
creíamos que la esclavitud había quedado abolida. Pero hemos conocido
que hay en el mundo 45,8 millones de personas (la población española
asciende a 46,42 millones), víctimas de la esclavitud. De esta miseria
no nos libramos ni en España. 8.400 personas sufren la esclavitud en
nuestro país, según la investigadores realizada por la
Walk Free Foundation. Desde el anterior
estudio hace dos años, ha habido un aumento de 10 millones de personas
consideradas como esclavos modernos.
Grandes
fortunas se amasaron con la esclavitud en España. Conocidas familias de
hoy se enriquecieron con ese negocio. La reina María Cristina de Borbón
promovió la trata de esclavos en las islas caribeñas en el siglo XIX.
Leopoldo O’ Donnell, siendo capitán general de Cuba (1843-1848), ordenó
una cruel represión defendiendo el negocio del que se lucraba
indirectamente. Parece ser que por cada «pieza» desembarcada, recibía 51
pesos de los negreros, por lo que debió amasar hasta 500.000 pesos
durante su estancia. Canovas del Castillo se opuso radicalmente a los
proyectos abolicionistas que se presentaron en las Cortes entre 1869 y
1870. Los negocios eran los negocios.
La esclavitud moderna está vinculada al tráfico humano, trabajo forzado,
servidumbre por deudas, explotación sexual comercial o matrimonio servil
o forzado. El Índice Mundial de la Esclavitud (The
Global Slavery Index), estima que España está
entre los países que menos esclavos tiene, pero aún así afecta al 0,018%
(unas 8.400 personas), el mismo porcentaje que en Noruega, Suiza o
Alemania. Los casos mayoritarios en España son mujeres subsaharianas
—especialmente nigerianas— que sufren la trata de blancas para ser
explotadas en el servicio doméstico o la explotación sexual.
La
forma involuntaria de servidumbre humana más absoluta es la esclavitud.
El trabajo de un esclavo se obtienen por la fuerza y su persona es
considerada propiedad de su dueño, que dispone de él a voluntad. El
descubrimiento de América y su colonización fue una de las mayores
fuentes de esclavos de la época. Se sometía a los pueblos
esclavizándoles como en la época del Imperio Romano. Bartolomé de Las
Casas, protector de los indios, propicio que la mano de obra se nutriera
de negros al «no tener alma». África fue uno de los países de donde más
esclavos se exportaron y Portugal el primer país europeo que cubrió su
demanda de trabajo con la importación de esclavos.
Los
factores que explican la esclavitud moderna, tienen relación con los
índices de paz, democracia o derechos humanos. Un elemento que
contribuye a la esclavitud moderna en Europa tiene relación con la
«crisis de los refugiados», que es crisis de la humanidad. Desesperados
por llegar a Europa, demandantes de asilo y migrantes se ponen en manos
de traficantes para que les faciliten el paso. El informe destaca que
los gitanos están «entre las poblaciones más marginadas en Europa» y con
mayor riesgo de esclavitud.
El
desarrollo de la conquista de América está muy ligado a la
manufactura del azúcar de caña y la implantación de los ingenios
azucareros. La mano de obra nativa, muy perjudicada por las
enfermedades, fue siendo sustituida por los esclavos negros trasladados
al continente por los primeros exploradores. Entre 1501 y 1641 llegaron
a los puertos americanos cerca de 300.000 africanos. A partir de 1595 la
Corona Española optó por conceder el comercio de esclavos por
«asientos», para recaudar grandes rentas fiscales en todos sus puertos.
Un negocio tan lucrativo tuvo grandes defensores y grandes presiones
para impedir el abolicionismo. La guerra de Cuba (1868-1878) con un
marcado carácter antiesclavista y anticolonialista, motivó que la
aristocracia financiera de la isla y sus potentados políticos y
económicos en la península vieran la necesidad de realizar cambios
sociales en las colonias. No fue hasta noviembre de 1879 cuando se
presentó en el Congreso un proyecto de abolición de la esclavitud. La
Ley de 13 de febrero de 1880, de abolición de
la esclavitud e instauración del patronato. La ley no suponía la
liberación plena, al colocar al esclavo bajo el patronato de su dueño.
La legislación se completó por un real decreto de 1886, que liberó los
30 000 esclavos que quedaban.
La
vulnerabilidad a la esclavitud moderna, se ve afectada por la
interacción de factores relacionados con la presencia o ausencia de la
protección y respeto de los derechos humanos, la seguridad física, el
acceso a las necesidades de la vida, tales como alimentos, agua y
atención sanitaria, y los patrones de migración, desplazamiento y
conflictos. Es necesario impulsar leyes y destinar fondos suficientes
para combatir la esclavitud moderna, relacionada con las diferencias
sociales en el mundo.
La esclavitud es y ha sido una vergüenza de la humanidad. La Declaración
Universas de los Derechos Humanos proclama que «Nadie
estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata
de esclavos están prohibidas en todas sus formas».
Cúmplase, hagan cumplirlo, por dignidad y decencia.