No puedo
empezar este artículo, sin dejar de acordarme de Alfredo Pérez
Rubalcaba. Amigo y compañero cuando milité en el PSOE. Un hombre al
que siempre consideré íntegro, que defendió lealmente sus ideas, que
no siempre fueron las mías. "Lo
fue todo menos presidente del Gobierno". No le
recuerdo debatir con insultos ni mentiras y volvió a su puesto de
profesor en la universidad sin puertas giratorias. Fue un político
con talento, admirado por compañeros, amigos y adversarios. Qué la
tierra o el éter del universo te sean leves "compañero del alma,
compañero". Le hubiera gustado conocer los resultados del 26 de
Mayo, pero bien seguro que los preveía.
Con
tristeza comienza la campaña. El 26 de Mayo se celebran elecciones
autonómicas, municipales y europeas, como colofón de las generales
del pasado 28 de Abril, que gano el PSOE con una mayoría que el CIS
había previsto y con mayoría absoluta en el Senado. Carmena resiste,
Colau también, Gabilondo puede gobernar y el PSOE es primera fuerza
hasta en Murcia.
No
tendremos Gobierno hasta conocer los triples resultados. Pocos
movimientos, escasas decisiones y palabras las justas, no vaya a ser
que, por un dime o un direte, se meta la pata y con ello se alteren
los resultados. La aparición de nuevas formaciones políticas,
agrupaciones y coaliciones, tienen a la clase política en vilo y a
la ciudadanía indecisa, aunque menos de lo que podría parecer.
Hace unos
años, unas elecciones municipales hicieron caer el régimen
monárquico. El 12 de abril de 1931, hace ahora 88 años, se
celebraron en España elecciones municipales, con el objetivo de
consolidar el sistema y conseguir mayor apoyo popular, pero
resultaron ser la perdición "real". La monarquía era un símbolo de
decadencia, y republicanos y socialistas decidieron convertir las
elecciones municipales en un plebiscito. Todo comenzó en 1930, con
el «El Pacto de San Sebastián», por el que se acordó poner fin a la
Monarquía representada por Alfonso XIII y proclamar la República, lo
que sucedió el 14 de abril.
Con las
elecciones de abril de 1931, la monarquía pretendía volver a la
normalidad de antes de la dictadura de Primo de Rivera. Para las
fuerzas republicanas, significó una prueba de fuerza y las
convirtieron en una consulta sobre la forma de Estado. Las
candidaturas republicano-socialistas obtuvieron el triunfo en 41 de
las 50 capitales de provincia. Los resultados fueron un mazazo para
los monárquicos, que poco hicieron para evitar que Alfonso XIII
perdiera el trono.
En esta triple campaña, es difícil conocer
cuales son las propuestas que hacen las formaciones políticas, salvo
algún dislate. Discúlpenme que me centre en Madrid que es mi pueblo.
La candidata del PP a la Presidencia de la Comunidad de Madrid,
Isabel Díaz Ayuso, reivindica los atascos para Madrid:
"los atascos a las tres de la mañana un sábado en la capital, le
hacían ver a los madrileños que su ciudad era "especial".
Según la candidata eran parte de la vida de Madrid. Defiende que
el Orgullo no debe ir a la Casa de Campo porque van "muchas
familias" o cuando dice creer que es
ofensivo hablar de empleos basura porque hay gente "que desea tener
uno".
El último Macrobarómetro
del CIS pronostica una nueva derrota para
la derecha en las próximas elecciones europeas, autonómicas y
municipales. El PSOE mantendría todas las autonomías donde hoy
gobierna, sería el partido más votado en todas salvo Cantabria y
Navarra, echaría
al PP de la Comunidad de Madrid y de La
Rioja y tendría opciones de gobierno en feudos
del PP como Castilla y León. Josep
Borrell ganaría las europeas. Manuela
Carmena y Ada Colau repetirían como alcaldesas. La
izquierda gobernaría las ciudades de Madrid, Barcelona, Sevilla
Zaragoza y Valencia. Y al Partido Popular,
como premio de consolación, solo le quedaría una leve recuperación
en voto, frente a sus rivales en la derecha, Ciudadanos y Vox.
La
población se muestra descreída e indecisa ante la falta de
respuestas a las necesidades que padecemos. De hecho el 95.6% de la
población considera Regular (27,2), Mala (36,7) o Muy mala (31,7),
la situación política general. Y la situación económica es valorada
como Regular para el 36,6, Mala para el 34,9 u Muy mala para el
22,6. Esto es que el 93.9 la suspenden. El 38,8% considera que el
primer problema que padecemos es el paro; el segundo, los políticos
en general, los partidos y la política (13,1), seguido por la
corrupción y el fraude (11,0). Pese a todo y teniendo tan mala
opinión de lo que sucede a nuestro alrededor van a ir a votar "con
toda seguridad" el 77,6% (Probablemente sí 9,7; Probablemente no
3,1; No, con toda seguridad 6,0).
Según el CIS, la ciudadanía está por recuperar
el poder para las izquierdas y tengámoslo en cuenta, según el
pronóstico sobre las elecciones del 28A, parece que acierta más de
lo que parecía.
El PSOE ganará las autonómicas en todas las comunidades, salvo en
Cantabria y Navarra. Se prevé una clara
victoria de la izquierda, que mantiene sus gobiernos y gana en la
Comunidad de Madrid.
La derecha no lograría recuperar ninguno de los gobiernos
autonómicos que perdió hace cuatro años.
La izquierda podría sumar para gobernar en la Comunidad de Madrid y
en la capital, donde Carmena repetiría como alcaldesa. El PSOE
ganaría en feudos del PP como Murcia o Castilla y León y se
impondría a Coalición Canaria en las islas. Ciudadanos no lograría
el "sorpasso" al Partido Popular en ninguna comunidad y Podemos
quedaría por delante de Cs al menos en cuatro comunidades.
La
izquierda mantendría el poder en Madrid, Barcelona, Sevilla,
Zaragoza y Valencia, consolidando el desplome del PP en las
principales capitales y Vox se quedaría fuera de Sevilla, Barcelona
y Zaragoza. Colau empataría con Maragall en Barcelona y ambas
formaciones se disputarían el mando de un gobierno de izquierdas. La
división de Podemos y Zaragoza en Común podrían darle al PSOE el
mando en la capital aragonesa
El trío de Colón fracasaría en la Comunidad de
Madrid y
Ángel Gabilondo ganaría las elecciones,
pudiendo gobernar con la izquierda. Las tres derechas obtendrían un
máximo de 65 escaños, dos menos de la mayoría absoluta. El PP se
mantendría por delante de Ciudadanos, y Vox superaría por muy poco
el 5% necesario para entrar en la Asamblea. Podemos y Más Madrid
estarían en empate técnico, con alrededor del 13% de los votos cada
candidatura. El PSOE tendría los mismos escaños que en 2015 pero la
fragmentación de la derecha abre la puerta a sumar hasta 75 con
Unidas Podemos y Más Madrid, que empatan. Hay que tener en cuenta
que el macrobarómetro del CIS arroja un porcentaje de indecisos del
27,6%.
El PSOE ganaría las elecciones europeas y
pasaría de 14 eurodiputados a 17-18 con alrededor del 30% de los
votos. El PP se dejaría al menos 4 escaños, pasando de 16 a 11-12.
Ciudadanos conseguiría 8 o 9. Unidas Podemos, 8 escaños. Carles
Puigdemont, obtendrían escaño.
La participación se estima en un 63%,
equivalente a la última vez que coincidieron las elecciones
autonómicas y locales con las europeas en 1999. Entre los cabezas de
lista de las diferentes formaciones, Josep Borrell es el único que
aprueba con una media de 5. La candidata de Podemos, María Eugenia
Rodríguez Palop 4,1, y el de Ciudadanos, Luis Garicano, obtiene un
4. Dolors Montserrat, del PP, obtiene un 3,3; y Jorge Buxadé, de
Vox, suspende con 2,1. La nota de Oriol Junqueras es del 3,1
El PSOE sería el partido más votado en
Asturias, con entre 15 y 18 escaños en el Parlamento asturiano, lo
que mejora su actual representación, con 14. Foro Asturias podría
quedar sin representación y Ciudadanos gana apoyos, con 4 o 5
escaños (ahora 3).
Vara roza la mayoría absoluta en Extremadura.
El CIS predice la victoria del PSOE, donde rozaría la mayoría
absoluta y Vox se quedaría fuera. El segundo partido con mayor
representación en el parlamento extremeño sería el PP, que obtendría
entre 19 y 21 escaños. La coalición Unidas por Extremadura, que
aglutina a Podemos, IU, Equo y Extremeños, lograría 7 o 8 escaños,
frente a los 6 que logró Podemos en las anteriores elecciones. Por
su parte
Page roza la mayoría absoluta en Castilla-La Mancha,
mientras que el PP cae. Unidas Podemos y Cs competirían por el
tercer lugar con entre 2 y 3 representantes para cada una de estas
formaciones.
En
Castilla y León afronta unas elecciones históricas que podrían
descabalgar a la derecha después de 32 años de poder en la Junta.
Desde la llegada de José María Aznar al Gobierno de Castilla y León,
AP y posteriormente el PP han sujetado una mayoría absoluta que se
disuelve después de tres décadas. Ciudadanos se ha convertido en un
partido llave y no cierra la puerta al PSOE, partido que obtendría
más escaños según el CIS. Por último, el PSOE volvería a ser primera
fuerza en Murcia 28 años después. Los socialistas ganarían las
autonómicas con el 31,1% de los votos y el PP pasaría a ser segunda
fuerza con el 26,1%.
Pero ojo al dato. Dice mi amigo Juan Tortosa,
ocasiones como la de ahora, con la derecha noqueada, despedazada y
pelándose entre ellos sin piedad, "no creo que se vuelvan a
presentar". Tardarán poco en recomponerse,
así que si no se aprovecha la oportunidad, perderemos toda autoridad
moral para quejarnos cuando ya no haya remedio. "Menos campanas al
vuelo y más pico y pala", porque nada está ganado.
¡Qué
tiempos aquellos!, en los que la unidad hizo posible establecer un
programa de unidad republicana socialista. Lo tengo dicho, el
partido o coalición, que incluya en sus propuestas, medidas que nos
lleven a la igualdad real y efectiva, la justicia social y la
solidaridad, junto con el compromiso de dar los pasos necesarios
para establecer la República en España, contará con mi apoyo.
Se
necesita mucha esperanza para soportar tanta realidad. Pese a todo
hay que votar. La democracia es participación y no vamos a dejar que
nos la arrebaten. Ya lo he dicho: apoyaré al partido, fuerza o
formación, que incluya propuestas contra la corrupción, así como
medidas que nos lleven a la igualdad real y efectiva, la justicia
social, la solidaridad y la República. Me dicen que no lo veré, pero
torres más altas que el régimen del 78 han caído. Pero posiblemente no lo veré.