Estamos viviendo una de
las mayores crisis en
España y en el mundo
entero. Una pandemia con
efectos negativos no
solo en el ámbito
sanitario, sino también
en lo social y con
incalculables
consecuencias en
económicas, un agujero
del que tardaremos años
en salir. Y se acercan
los peores días. Las
cifras van a ser cada
vez más negras, los
hospitales empiezan a
desbordarse y los frutos
del confinamiento
tardarán en llegar. Si
Italia ha superado el
umbral de muertes por
coronavirus registradas
en China, lo más
probable es que España
se encuentre una
situación similar dentro
de siete días, cuando se
cumplan los primeros 15
días de estado de
alarma, que será
prorrogado otros 15.
Los médicos y los
expertos eran
conscientes de que tarde
o temprano este momento
iba a llegar;
algunas unidades de
cuidados intensivos
(UCI) ya tienen que dar
priorizar en la atención
a los pacientes.
La falta de camas o
respiradores lleva a que
se entre en la fase en
la que los hospitales
restrinjan ingresos por
criterios que no
dependen sólo de la
edad, sino de la
esperanza de vida de los
pacientes. El Plan de
contingencia para los
servicios de medicina
intensiva frente a la
pandemia del Covid-19,
de la Sociedad Española
de Medicina Intensiva,
Crítica y Unidades
Coronarias (Semicyuc),
establece que en la fase
de saturación de las UCI
habrá "criterios de
ingreso estrictos,
guiados por escalas
objetivas, aplicando, si
es necesario, los
protocolos de limitación
del tratamiento de
soporte vital". Otro
documento, que establece
los criterios de la
prioridad, dice que: se
valorará la expectativa
de vida del paciente
inferior a 1-2 años,
dando prioridad a la
persona con más años de
vida ajustados a la
calidad de la misma o
tener en cuenta "el
valor social de la
persona enferma". Es
decir que un sintecho
entrará en la UCI el
último, por tener
prioridad un dirigente
político o el Jefe del
Estado, pongo por
ejemplo.
Con la gravedad de la
situación y las
previsiones que se
esperan, permítanme que
de un salto en el tiempo
y me sitúe en el año
1918; ciento dos años
han transcurrido.
Durante los últimos
meses de la Primera
Guerra, una virulenta
cepa del virus de la
gripe se extendió, en
apenas 18 meses, por
todo el planeta. 100
millones de personas
perdieron la vida.
Algunos temieron que
había llegado el fin de
la humanidad.
La pandemia de 1918, más
conocida como la gripe
española,
afectó a un tercio de la
población mundial. La
pandemia llegó a matar a
más personas que las dos
guerras mundiales
juntas.
Posiblemente, la
pandemia adquirió su
apodo debido a que en la
Primera Guerra Mundial,
los principales países
beligerantes, Alemania,
Austria, Francia, Reino
Unido y Estados Unidos
suprimieron la
información sobre el
alcance de la
enfermedad.
Por el contrario,
España, al ser neutral,
no necesitaba ocultarla.
Este hecho produjo la
falsa impresión de que
este país fue el más
castigado., por informar
más sobre la enfermedad.
De hecho, el origen
geográfico de la gripe
sigue siendo objeto de
debate, aunque diversas
hipótesis apuntan al
Este de Asia, Europa e
incluso Kansas.
Todo comenzó a
principios de 1918,
cuando miles de personas
empezaron a enfermar,
sentían debilidad y
tenían neumonía,
problemas estomacales,
dificultades para
respirar, confusión y
fiebre. Casos similares
aparecieron en México,
Rusia, Irán, Nueva
Zelanda, Argelia, las
Islas Fiji o Gambia. La
expectativa de vida se
redujo 12 años en EEUU.
La pandemia, que duró
poco más de un año,
logró controlarse en
1919, pero los efectos
de la enfermedad más
mortífera de principios
del siglo XX todavía
están presentes.
Los periódicos de la
época dan cuenta de
calles vacías, de
trabajadores que no
acudían a sus trabajos y
de gente que no se
atrevía a salir de sus
casas, por miedo a
cruzarse con quienes
sufrían la enfermedad y
que, desesperadamente,
necesitaban ayuda.
Uno de los testimonios,
fue el del director de
la organización Ayuda de
Emergencia en el estado
de Pensilvania.
Contaba que había niños
que morían de hambre
porque sus padres habían
fallecido y nadie quería
acercarse a ellos; un
pánico similar al de la
Edad Media con respecto
a la Plaga Negra, afirma
un informe interno de la
Cruz Roja Americana
citado por el
Institución Smithsonian
estadounidense.
Como
ya he mencionado, a la
pandemia se le conoce
como la gripe española
por la atención que
recibió por la prensa;
incluso el rey Alfonso
XIII enfermó. Los medios
de comunicación, que no
estaban censurados como
los de otros países que
participaban en la
guerra, cubrieron el
tema ampliamente. Pese
al transcurso de los
años y la evolución de
la tecnología, no se han
logrado explicar todas
las circunstancias que
rodearon a la mortal
pandemia. Un hecho
destacable es que la
enfermedad se cobró la
vida de adultos jóvenes
saludables, de entre 20
y 40 años, en vez de
niños y ancianos, que
suelen ser los más
vulnerables.
Hay quien la ha
calificado de la mayor
pandemia de la historia.
Lo que ocurrió entre
1918 y 1919, tuvo una
consecuencia positiva:
la creación de la Liga
de las Naciones. Sus
principios se acordaron
en la Conferencia de Paz
de París, que tuvo lugar
en 1919, tras el fin de
la Primera Guerra
Mundial. Su objetivo
principal era mantener
la paz, pero también se
concibió como un centro
de cooperación y
coordinación
internacional. La
prevención y el control
de las enfermedades era
un asunto de
preocupación
internacional y fue
incluido en el tratado;
ys fueron las bases del
sistema moderno para el
control global de crisis
sanitarias como la que
ocurrió en 1918 o, más
recientemente, las que
se presentaron con el
ébola o la gripe aviar.
La
pandemia del
coronavirus, comenzó el
1 de diciembre de 2019
en China, en la ciudad
de Wuhan, cuando un
grupo de personas
contrajeron neumonía por
causa desconocida,
vinculada a trabajadores
del mercado mayorista de
mariscos de Wuhan, el
cual vendía, diferentes
tipos de animales
exóticos
(murciélagos o perros).
La economía mundial se
está viendo afectada por
esta pandemia. Varios
países han aplicado
medidas de prevención y
restricción para evitar
la propagación de la
enfermedad, como la
cuarentena aplicada en
Italia y en España o la
cancelación de vuelos a
Europa por Estados
Unidos, entre otros.
En China, se ha reducido
la aparición de nuevos
casos.
La pandemia de 1918
cambió el curso de la
Primera Guerra Mundial;
la tercera oleada de la
pandemia fue la más
letal; el virus mató a
la mayoría de las
personas infectadas; las
terapias de la época
apenas tuvieron impacto
sobre la enfermedad; los
funcionarios de los
servicios públicos de
salud, la policía y los
políticos tenían motivos
para restar importancia
a la gravedad de la
gripe. Los genes del
virus nunca se han
secuenciado. En 2005,
los investigadores
anunciaron que habían
determinado con éxito la
secuencia; el virus se
recuperó del cuerpo de
una víctima de la
enfermedad enterrada en
Alaska, así como de
muestras de soldados
estadounidenses que
cayeron enfermos en
aquella época.
Hoy, la realidad ha
superado todas las
previsiones que tenía el
Gobierno de España,
sobre el número de
contagios de Covid-19.
La gravedad de la
epidemia en España la
marcan las personas que
acaban en el hospital:
casi el 50% de los
diagnosticados.
Justo antes del estado
de alarma, Pedro Sánchez
avisaba de que esta
semana podríamos llegar
a los 10.000 infectados;
la realidad es que se
está cerca de los 30.000
y los fallecidos superan
los 1.700. Eso, teniendo
en cuenta además que,
desde hace unos diez
días, en las zonas de
transmisión comunitaria
y debido al colapso de
los laboratorios, ya no
se hacen pruebas a
pacientes leves, por lo
que no están incluidos
en esas estadísticas. A
los que no presentan
complicaciones solo se
les pide que se aíslen y
eviten contagiar, sin
tener el confirmado.
Sanidad informa de que
los primeros 640.000
test rápidos se están
distribuyendo.
Ademas, Sanidad confirma
que
3.475 profesionales
sanitarios tienen
coronavirus, más de un
12 % del total.
Se trata de una cifra
"muy preocupante" y un
"problema importante"
para el sistema
sanitario.
La
pandemia de 1918, fue un
escenario más de una de
las peores tragedias que
ha vivido la humanidad.
Quinientos millones de
personas se contagiaron.
Ahora la pandemia del
Covid-19, afecta a 176
países,
con más de 310.000
contagiados y superados
los 13.000 muertos y
creciendo.
El
Ministerio de Sanidad
español, este domingo
confirmó un total de
28.572 casos de
coronavirus en el país,
de los que 3.646 son
nuevos, un 14,6 % más, y
ya hay 1.720 fallecidos,
394 más que el sábado,
con un incremento del
29,7 %. Según los datos
oficiales, hay además
1.785 pacientes en la
UCI, unidades de
cuidados intensivos, y
2.575 pacientes ya se
han recuperado. Además,
Sanidad ha
publicado los primeros
datos sobre el perfil de
edad de los contagiados.
España es el país con un
porcentaje mayor de
fallecidos de más de 80
años:
el 67% de los muertos
superaba esta edad
frente al 50,1% en
Italia, el 35,1% en
Corea del Sur o el
14,77% de China; y el
25% de las personas de
más de 70 años requieren
cuidados en el hospital.
La globalización es lo
que tiene.
La pandemia de 1918
ofrece algunas lecciones
para la de 2020, pero
quienes tenían que
tenerlo en cuenta no lo
han hecho. En cada
década se producen
epidemias graves de
gripe y los expertos
creen que no hay que
preguntarse si va a
haber una próxima, sino
cuándo sucederá.
El
estado de alarma en
España, lleva en vigor
desde el día 14 pasado y
ha superado su primera
semana mientras el
Gobierno prepara a la
población para los días
más duros. Los casos
siguen creciendo y se
espera que en los
próximos días los casos
más graves supongan una
prueba crucial para la
capacidad de los
hospitales; por lo que
el presidente Sánchez
pedirá al Congreso
prorrogar el estado de
alarma y el
confinamiento hasta el
12 de Abril,
cuando acabe la Semana
Santa. De otra parte, el
presidente
ha negado que sea
necesario, por el
momento, dar un paso más
allá en la reclusión de
los ciudadanos
en sus casas y limitar
la actividad económica a
los servicios
esenciales. Ha anunciado
que las comunidades
autónomas tendrán el
control de las
residencias de mayores
privadas para poder
controlar los focos de
contagio en estos
lugares, extremadamente
sensibles por la
acumulación de personas
en un grupo de riesgo.
Sánchez avisa: el
coronavirus pondrá "al
límite la capacidad
material y moral", por
lo que pide coraje en el
confinamiento para
afrontar la "ola más
dura y dañina" que nos
espera. Estamos en un
momento muy crítico y
van a venir días muy
duros y está por ver
cuantos no lo
soportaremos.