A Federico García Lorca le fusilaron el
18 de Agosto de 1936. Tras una denuncia anónima, el 16 de agosto,
fue detenido en la casa del poeta Luis Rosales, quien obtuvo la
promesa de que sería puesto en libertad "si no existía denuncia en
su contra". La orden de ejecución fue dada por el gobernador civil
de Granada, José Valdés Guzmán, quien había ordenado al ex diputado
de la CEDA Ramón Ruiz Alonso su detención, por socialista, masón y
homosexual. La miseria de los asesinos, hace que todavía hoy, la
fosa en donde se le enterró siga sin encontrarse. Todo,es una
miseria de la España de ayer y de siempre.
Discúlpenme que me repita sobre esta
efemérides inolvidable e histórica; Federico García Lorca, nació en
Fuente Vaqueros, el 5 de junio de 1898, el año en el que España
perdió sus colonias. Ha cumplido 123 años. Su vida siempre ha estado
marcada por hechos trascendentales. Fue ejecutado tras la
sublevación militar fascista, por su afinidad con el Frente Popular.
Nunca se ha encontrado su cuerpo. Su obra sigue viva.
En 1909, cuando Federico tenía once años, toda
la familia, su madre Vicenta y su padre Federico, con sus hermanas y
hermano, se establecieron en Granada, pasando los veranos en el
campo, en Asquerosa (hoy Valderrubio), donde Federico escribió gran
parte de su obra.
Siempre recordó cómo afectaba a su obra
el ambiente rural de la vega:
"Amo a la tierra. Me siento ligado a ella en todas mis emociones.
Mis más lejanos recuerdos de niño tienen sabor de tierra. Los bichos
de la tierra, los animales, las gentes campesinas, tienen
sugestiones".
Escribió de su Granada, de la calle
Elvira, "donde viven las manolas, las que se van a la Alhambra, las
tres y las cuatro solas". Señala que "una vestida de verde, otra de
malva, y la otra, un corselete escocés con cintas hasta la cola".
¿Quienes serían "aquellas tres de alto pecho y larga cola? ¿Por qué
agitan los pañuelos? ¿Adónde irán a estas horas?" todo ocurría en la
calle de Elvira, donde viven las manolas.
En sus poemas y en sus dramas se revela como
agudo observador del habla, de la música y de las costumbres de la
sociedad rural.
Una de las peculiaridades de su obra es
cómo el ambiente, llega a
convertirse en un espacio imaginario donde se da expresión a todas
las inquietudes más profundas del corazón humano: el deseo, el amor
y la muerte, el misterio de la identidad y el milagro de la creación
artística.
Se sentía, como él lo dijo en una
entrevista a El Sol de Madrid poco antes de su muerte, íntegramente
español. "Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera
de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser
español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se
sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el sólo hecho de
que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está
más cerca de mí que el español malo".
Lorca siempre utiliza símbolos en su poesía:
la muerte; el agua que cuando corre, es símbolo de vitalidad y
estancada, la muerte; la sangre, como vida, que derramada es la
muerte; lo fecundo y lo sexual; el caballo (y su jinete), portando
siempre valores de muerte, aunque también representa la vida y el
erotismo masculino; las hierbas, su valor dominante; los metales
aparecen bajo la forma de armas blancas, que conllevan siempre
tragedia;
y la luna
"vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira, mira.
El niño la está mirando".
Federico García Lorca acababa de cumplir 38
años. Había terminado
La casa de Bernarda Alba,
y estaba trabajando en una nueva obra Los sueños de mi prima
Aurelia. El 17 de julio de 1936 estalló en Marruecos la sublevación
militar contra la República.
Mientas el mundo entero admiraba a
Federico como el Homero español,
medios nacionales habían lanzado el rumor de que mantenía relaciones
homosexuales con los componentes del teatro estudiantil, llevar una
vida inmoral, corromper a los campesinos y practicar el marxismo
judío; toda una condena.
España estaba al borde de la guerra, y
Federico decide abandonar Madrid y reunirse con su familia. El 14 de
julio llegó a Granada. La violencia había tomado las calles y la
posibilidad de un golpe miliar estaba en boca de todos. Busca
refugio en casa de los padres de su amigo Luis Rosales, un poeta
falangista. Durante la tarde del 16 de agosto, fue detenido por
Ramón Ruiz Alonso, que sentía un profundo odio por el poeta. Según
Ian Gibson, se sabe que la detención "fue una operación de
envergadura": se rodeó de guardias y policías la manzana de la casa
y se apostaron hombres armados en los tejados colindantes para
impedir que pudiera escaparse la presa.
Todo parece que dos días después, le
dieron el "paseo". El régimen franquista nunca reconoció su
implicación en el crimen, si bien, en un informe de 1965 de la
Jefatura Superior de Policía de Granada, se revela que Federico fue
asesinado junto a otras personas. El informe afirma que el poeta
"fue sacado del Gobierno Civil por fuerzas dependientes del mismo y
conducido en un coche al término de Víznar y en las inmediaciones
del lugar, conocido como Fuente Grande, junto a otros detenidos, fue
pasado por las armas. Además, revela que fue "enterrado en aquel
paraje, muy a flor de tierra, en un barranco situado a unos dos
kilómetros a la derecha de Fuente Grande, en un lugar muy difícil de
localizar.
"Mi corazón oprimido siente junto a la
alborada el dolor de sus amores y el sueño de las distancias. La luz
de la aurora lleva semillero de nostalgias y la tristeza sin ojos de
la médula del alma. La gran tumba de la noche su negro velo levanta
para ocultar con el día la inmensa cumbre estrellada".
Parece ser que la fecha de la ejecución
de Federico fue a las 4:45 h de la madrugada del 18 de agosto, en el
camino que va de Víznar a Alfacar. Su cuerpo, que jamás se recuperó,
permanece enterrado en una fosa común anónima en algún lugar de esos
parajes, junto con el cadáver de un maestro nacional, Dióscoro
Galindo, y los de los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y
Joaquín Arcollas, ejecutados con él.
Federico sigue vivo en sus versos y en sus
obras, más de ciento veinte años después de su nacimiento.
Los gritos de ansia de libertad se
escuchan más fuerte que nunca en la casa de Bernarda Alba.
Sus luchas internas se reflejan y personifican en sus personajes.
Lorca retrata a una mujer sedienta de libertad que "lucha por ser
dueña de su cuerpo". Como gay, en una sociedad represiva, no pudo
vivir abiertamente su condición sexual. "Eso alimenta su obra",
explica Ian Gibson.
En el informe policial de 1965, que
corroboraba la ejecución de Lorca por las autoridades franquistas,
señala que
no fue obra de un asesinato callejero.
Se le acusa de socialista, amigo de Fernando de los Ríos, y masón,
perteneciente a la logia Alhambra, en la que adoptó el nombre
simbólico de Homero; como se ve, razones suficientes para los
franquistas para cometer un asesinato.
La nieta de Dióscoro Galindo, el maestro
fusilado junto al poeta, ha solicitado al juez que ordene la
búsqueda de los restos de su abuelo y de Federico. El escrito
presentado ante un tribunal, justifica su petición en la aparición
de nuevos elementos sobre el caso: un antiguo responsable de
jardines de la Diputación de Granada, reconoce que, en 1986, durante
unas obras en un parque en Alfacar, en la zona donde se cree que
pudieron enterrar al escritor, apareció un fémur completo que
tiraron a una finca vecina.
Nunca se ha investigado ese hecho.
El Ministerio de Justicia cerró una búsqueda iniciada por la Junta
de Andalucía tras recibir el informe de una comisión técnica que,
tras analizar con radar la zona, consideró que no había signos de
que allí hubiera restos humanos.
Los fascistas mataron el cuerpo de
Federico por sus ideales, pero sus versos siguen latiendo vida.
Federico, saltó de su tiempo para vivir en nuestro futuro y hacerse
eterno. Con la Barraca soñaba llevar a todas partes la poesía, la
cultura y estar cerca siempre de los desamparados y oprimidos,
buscando la libertad y la justicia; un sueño que está hecho
realidad.
Cuando muera dejad el balcón abierto;
desde mi balcón lo siento.