Llaman
derecha a lo que siempre ha sido el fascismo y la derecha
reaccionaria, que siempre se ha movilizado cuando los partidos
progresistas realizan políticas por la igualdad y la justicia social
y por la convivencia democrática entre la ciudadanía. Hoy se
moviliza contra el Gobierno de coalición progresista, ante el
posible indulto que podría concederse a los políticos presos,
condenados por el procés en Catalunya. Siguen representando las
vergüenzas históricas de esta tierra llamada España.
El indulto es una medida de gracia, de
carácter excepcional, regulado en la
Ley de 18 de junio de 1870 (modificada por
la
Ley 1/1988 de 14 de enero), que
establece reglas para el ejercicio de la gracia de indulto, y que
consiste en la remisión total o parcial de las penas de los
condenados por sentencia firme, que otorga el Rey, a propuesta del
Ministro de Justicia, previa deliberación del Consejo de Ministros.
La Constitución española concede al Rey el derecho de gracia,
sometido a la ley y prohíbe los indultos generales (según
su artículo 62.I CE). El indulto es una
causa de extinción de la responsabilidad penal, que supone el perdón
de la pena. Es una situación diferente a la amnistía, que supone el
perdón del delito; por el indulto la persona sigue siendo culpable,
pero se le ha perdona el cumplimiento de la pena.
Las solicitudes de indultos serán sometidas a
informe del Tribunal sentenciador, debiendo ser oído el Ministerio
Fiscal; se acordará mediante Real Decreto. No es posible indultar
los delitos de traición y contra la seguridad del Estado cometidos
por el presidente del Gobierno o sus Ministros (artículo
102 CE). Y en estas estamos.
El Supremo considera "inaceptable" el indulto a los políticos
catalanes por su falta de "arrepentimiento"
y la "contumacia del penado en su desafío". El arrepentimiento no es
un requisito obligado, ni por la ley ni por la jurisprudencia.
Los indultos a los presos del procés ya están
en manos del Gobierno con un duro informe del Tribunal Supremo en
contra de su concesión. El tribunal que sentenció a los
independentistas, presidido por Manuel Marchena, se ha opuesto a la
medida de gracia ya que los condenados no han contribuido a
justificar las "razones de justicia, equidad o utilidad pública" que
la justificarían ni han mostrado "el más débil indicio de
arrepentimiento". El informe del Supremo es preceptivo, aunque no
vinculante, para el Gobierno, y al ser negativo
impide un indulto total.
Más allá de rechazar el indulto,
el Supremo se adentra en defender el cumplimiento de las penas de
prisión que impuso a los líderes soberanistas.
"Una sociedad pluralista, inspirada en valores democráticos, puede
exigir mediante la imposición de una pena que la ruptura de las
bases de la convivencia nunca sea el fruto de una decisión
unilateral, apoyada en la engañosa movilización de una ciudadanía a
la que irresponsablemente se empuja a construir un nuevo Estado que
solo existe en la imaginación de sus promotores", razona la Sala.
El no del Tribunal Supremo a que se conceda el
indulto a los doce condenados por el proceso independentista catalán
no es vinculante, aunque sí preceptivo y, por tanto, sus
conclusiones llegan al Gobierno, que es el que tiene la última
palabra sobre si conceder indultos y cómo. El informe del alto
tribunal contrario a la medida de gracia sí permite acotar en cierta
medida el pronunciamiento del Ejecutivo: ya no podrá ser un indulto
total y además deberá estar muy bien motivado después de que los
magistrados hayan descartado por completo que los presos del procés
cumplan, ninguna condición para ser indultados, por lo que
el decreto gubernamental se basará más en razones de conveniencia
política como posible vía para solucionar el conflicto político en
Cataluña.
El
gobierno de Felipe González indultó en 1988 al exgeneral Alfonso
Armada, uno de los dirigentes del golpe de Estado del 23-F. Tejero
nunca se arrepintió, pero el Supremo sí fue favorable a su indulto
por "conveniencia pública" y para contribuir "al olvido de unos
hechos que deben quedar ya en el pasado". En 1998, Aznar indultó a
José Barrionuevo y Rafael Vera, condenados por el caso GAL, y en
2000, más de 1300 condenados salieron de prisión en virtud de un
indulto masivo aprobado con motivo del fin del milenio y del
jubileo. Rodríguez Zapatero indultó al banquero Alfredo Sáenz,
número dos del Banco Santander. La mayoría de los beneficiados de
los indultos del gobierno de Mariano Rajoy, fueron traficantes de
drogas, aunque el caso más mediático fue el indulto a un conductor
temerario que acabó con la vida de una persona al conducir por
sentido contrario por una autopista.
El expresidente Felipe González se ha erigido
en el portavoz de quienes, desde dentro del PSOE, critican que el
Gobierno vaya a indultar a los condenados por el procés. "No
debe ser indultado quien no quiere serlo porque no respeta las leyes
que lo hacen posible", dijo en El
Hormiguero, donde afirmó que para esa medida de gracia es
imprescindible el arrepentimiento. Este requisito no aparece en la
ley que regula los indultos. Las palabras de González reflejan un
cambio en su postura sobre los indultos, una medida que no dudó en
reclamar cuando los condenados eran sus subordinados. El
expresidente del Gobierno llegó a firmar un escrito dirigido al
Gobierno de José María Aznar para reclamar el "indulto total" de
Rafael Vera, secretario de Estado de Seguridad en el Gobierno de
González y condenado primero por el secuestro de Segundo Marey y
luego por malversación de fondos reservados.
Sobre las
declaraciones de Alfonso Guerra, no quiero ni recordarlas, ni las de
otros como los de Rafael Vera. Recuerda el magistrado Joaquim Bosch,
que Rafael Vera fue condenado por corrupción, tras apropiarse de
847.000 euros del Ministerio del Interior. También fue condenado por
actos de terrorismo de estado. Las opiniones divergentes sobre los
indultos son legítimas, pero hay personas que no pueden darnos
lecciones morales de naturaleza moral.
El
escándalo que está organizando la derecha reaccionaria encabezada
por el PP de Casado, sobre los posibles indultos a políticos
catalanes muestra su falta de respeto por la ley y las
instituciones. El indulto es una facultad del Consejo de Ministros;
una herramienta legal y legítima para el buen gobierno del país.
Como ya queda dicho, el indulto ha sido utilizado sistemáticamente
por el PP. Quien mas lo utilizó fue Aznar: 5.948 indultos en 8 años,
el doble que en los siguientes 17 años. Acebes firmó 1.328 indultos
en un solo Consejo de Ministros, 67 de ellos, por casos de
corrupción.
La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero,
ha defendido la hipotética concesión del indulto a los presos del
procés: "La
voluntad del Gobierno desde el inicio de la legislatura es abrir una
nueva etapa en Catalunya". "Tenemos que
pasar página y rehacer los lazos afectivos, reconstruir los puentes
que se dinamitaron, que llevan demasiado tiempo destruidos". Desde
el primer día el Gobierno ha trabajado de forma expresa para sentar
las bases de una convivencia que impida que se repitan los hechos de
2017. "La justicia ya ha hablado, ahora es el turno de la política".
El Gobierno afirma que "hará
lo que corresponde" con los indultos a los
dirigentes independentistas, aunque asume que la decisión implicará
riesgos y es consciente de la dificultad de reconstruir los puentes
de convivencia entre catalanes y entre Catalunya y el resto de
España. El momento en el que se hará pública la decisión no se ha
despejado pese a que el Tribunal Supremo ha emitido el informe
preceptivo, no vinculante. Pablo Casado sigue haciendo bandera del
enfrentamiento y no propone nada más que castigo, venganza, revancha
y que se pudra Cataluña. "Pero si se pudre Cataluña, se pudre
España". Hay que reconstruir lazos por difíciles que sean, posición
que representantes de los dos partidos del Ejecutivo de coalición
aseguran que respaldan sin fisura.
Casado anuncia recursos ante los tribunales,
recogidas de firmas, movilizaciones callejeras y mociones en
ayuntamientos para evitar que el Gobierno perdone a los condenados
por el procés, una estrategia idéntica a la que mantuvo Rajoy en
2006 contra el Estatut y que impulsó al independentismo en
Catalunya. El PP y Ciudadanos se ven obligados ahora a secundar una
gran manifestación contra los indultos en la plaza de Colón de
Madrid,
convocada por la plataforma de Rosa Díez, San Gil y Savater en Colón
para el 13 de junio. Vox ha sido
partidario desde el primer momento de llevar la protesta a la calle.
"Todos juntos en unión / defendiendo la bandera de la Santa
Tradición / Por Dios, por la Patria y el Rey".
La ley no permite aplicar una medida de gracia
total cuando el tribunal sentenciador se pronuncia en contra, aunque
una rebaja parcial de la condena permite numerosas posibilidades,
incluida la libertad.
El Ejecutivo trabaja en la vía de los indultos, que deberá
argumentar a fondo ante la amenaza de PP y Vox de recurrir los
decretos. El propio Supremo ya alegó
razones de "conveniencia política" para mostrarse a favor de otorgar
la medida a Antonio Tejero doce años después del 23F. Con la
negativa del alto tribunal, lo que sí se puede conceder es un
indulto parcial: "se
concederá tan sólo el parcial, y con preferencia la conmutación de
la pena impuesta en otra menos grave dentro de la misma escala
gradual". Lo que parece ya claro es que
habrá indulto, dadas
las declaraciones del presidente en el
Pleno del Congreso: "Hay un tiempo para el castigo y otro para la
concordia".
Más allá de rechazar el indulto, el Supremo se
adentra en defender el cumplimiento de
las penas de prisión que impuso a los líderes soberanistas.
Además de las veladas críticas al Gobierno, el informe contiene
contundentes ataques contra los presos, las cárceles catalanas y los
particulares que solicitaron el indulto. Esta postura me lleva a
considerar que el alto Tribunal, hace una Justicia justiciera, que
ataca a unos y a otros y a todos los demás. Me siento coaccionado.
La
derecha reaccionaria carga contra los indultos esperando que el
Gobierno de coalición caiga. En estos casos no caben equidistancias.
Soy partidario del derecho a decidir y respeto el procés por la
independencia, aunque no coincido en el método empleado; respeto los
valores constitucionales, pero propugno la República federal.