La escalada
de la inflación está afectando seriamente a la economía, especialmente
a las personas más vulnerables, con menos recursos. Hasta donde
llegará la situación que está comprometiendo a la cesta de la compra
de productos básicos, alimentarios y a la calidad de la nutrición de
las familias.
La tasa
anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó en agosto en el
10,5%, por debajo del 10,8% registrado hasta julio. La cifra sigue
siendo alta debido a un drástico aumento del precio de la electricidad
(un 60% interanual) y, especialmente, a la subida de los precios de
los alimentos y las bebidas no alcohólicas, que crecieron un 13,8% en
agosto, el ritmo más alto desde enero de 1994. Por su parte, la
inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de los
alimentos no elaborados y la energía, aumentó hasta el 6,4%
interanual, el ritmo más alto desde enero de 1993.
Ante la situación creada y que afecta a la
alimentación, el Ministerio de Consumo, ha publicado
La Guía De Productos Esenciales para una cesta de la compra
nutricionalmente de calidad, saludable y sostenible.
Que incluye la cesta básica de alimentos que propone Yolanda Díaz. No
incluye bebidas porque el ministerio considera que el agua es
suficiente. Recomienda que para una alimentación saludable la dieta se
componga de un 50% de frutas y vegetales, un 25% de cereales,
preferentemente integrales, y un 25% de proteínas, recordando que las
legumbres y frutos secos son fuente de proteínas saludables.
La
inflación aparece cuando la demanda de bienes excede a la capacidad de
producción o de importación. Otra causa inflacionista es cuando se
producen aumentos temporales o permanentes de los precios de las
materias primas; o el aumento de los costes de producción que conduce
a una elevación de los precios. Todo esto y en esta ocasión, en una
situación de crisis por la guerra de Rusia contra el mundo, que se
desarrolla en Ucrania y al suministro de gas y productos energéticos.
La inflación en Europa está alcanzando niveles extraordinarios.
La lógica
de la inflación es bastante perjudicial para la economía familiar: los
precios de los productos y de los servicios aumentan, pero los
ingresos continúan siendo los mismos. En consecuencia se pueden
comprar menos cosas y contratar menos servicios que antes. En otras
palabras: el dinero vale menos, lo que significa que se produce una
pérdida del poder adquisitivo.
Puesto que
los ingresos son los mismos, pero los bienes y servicios son más
caros, el dinero vuela más rápidamente, y así es muy difícil poder
ahorrar. Además, los precios de los productos más consumidos, como el
combustible, han subido de forma escandalosa. De hecho la inflación es
uno de los principales enemigos del ahorro. Con todo, los préstamos se
encarecen. Una de las medidas habituales de los bancos centrales para
combatir la inflación es una subida de los tipos de interés, como así
ha ocurrido a través del Banco Central Europeo.
En esta
ocasión, la inflación, además está afectando muy negativamente en la
calidad de la alimentación de las familias. La vicepresidenta segunda
del Gobierno Yolanda Díaz ha planteado, una cesta de la compra de
productos básicos con precios congelados o limitados, que deben
incluir proteínas y frescos (pescado, carne, fruta, huevos y
hortalizas), productos para celiacos y estar disponible para las
familias al menos hasta después de Navidades.
El
Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha rechazado
la propuesta de la vicepresidenta. Según argumentan fuentes del
Ministerio de Nadia Calviño, se debe dejar funcionar a la competencia
en el mercado en lugar de ponerse de acuerdo con grandes
distribuidoras para fijar precios en productos básicos de la cesta de
la compra. Remarcan que lo importante no es ponerse de acuerdo, sino
que funcione la competencia. Así, frente a la propuesta lanzada por
Yolanda Díaz, desde Economía abogan por no contribuir al complejo
escenario actual con decisiones que pueden parecer que tienen un
sentido a corto plazo, pero que a medio y largo plazo dañan a la
empresa y a la economía.
La Agencia
Española de Seguridad Alimentaria explica que las hortalizas y
verduras deben constituir la principal ingesta diaria en las tres
comidas y son preferibles las de temporada; los cereales, como el
arroz o la pasta, se consumen a diario y se recomienda que sean
integrales; las patatas y otros tubérculos tienen una aportación
nutricional limitada por lo que se recomienda moderar su consumo;
destaca las legumbres como fuente de proteínas asequibles con bajo
impacto ambiental; y recomienda el pescado azul. Respecto a la carne,
recuerda que son más saludables las de ave y conejo. Explica que los
platos preparados han de tener una presencia reducida en la cesta de
la compra.
Como
complemento y recomendación que pudiera acompañar a las medidas de
promoción del catálogo de productos básicos de la compra, en línea con
la situación actual de alto coste de la energía, se completa con
recomendaciones para la elaboración de los productos. Así, es
preferible la preparación mediante cocción o al vapor y el uso de
microondas y olla desde el punto de vista de consumo de energía de los
electrodomésticos. También es recomendable elaborar cantidades grandes
que se congelen y consuman posteriormente.
Entre otras
medidas, el plan del Gobierno para reducir la inflación pasa por
instaurar dos nuevos impuestos extraordinarios, a las grandes
entidades financieras y a las empresas energéticas, con los que
recaudar nuevos fondos para financiar otras actuaciones, como la
gratuidad de los abonos transporte hasta final de año o un plus de 100
euros para los estudiantes con beca. El Estado mejorará sus ayudas
para incentivar el uso del transporte público mientras sube el precio
de la gasolina.
En España,
primero la pandemia provocada por el covid-19, después la escalada en
el precio de la electricidad y los combustibles y, por último, la
guerra en Ucrania, han agitado una situación que termina por afectar a
las estanterías de los supermercados. La OCU alertó de una subida del
15,2% en el precio de la cesta de la compra en un año.
En momentos
de crisis, como ya pasó en la de 2008, la calidad de la nutrición
puede verse resentida por el encarecimiento de los precios y, en
especial, en los casos de personas con rentas más bajas. Estos
periodos de crisis y problemas económicos, coinciden con mayores tasas
de obesidad infantil provocada por la malnutrición.
Facua
defiende la idea inicial de intervenir precios, de poner máximos a
precios de productos en torno a los cuales hay un alto nivel de
especulación y que han visto aumentados enormemente esos precios, pero
por aumentar márgenes de beneficio, no forzados por incremento de
costes. Según Facua, podría darse la situación de que las superficies
que van a lanzar esas cestas de la compra subieran los precios de
algunos de los productos que van a componerlas y, cuando las lancen,
digan que comprándolos en su conjunto salen más baratos, pero después
de haber inflado antes sus precios.
Hay que
evitar la posibilidad de que, a costa de vender paquetizados los
productos más baratos, otros artículos importantes que se venden en
esos establecimientos subieran de precio. Se podría dar la
circunstancia de que el porcentaje de bajada de precio del global de
productos de la cesta no fuera suficientemente representativo. Con
ello se estaría induciendo a los consumidores a comprar un gran
paquete de productos para que, al final, el descuento realmente no
merezca la pena o incluso pudieran prescindir de algunos de los
productos que no les resulten realmente interesantes para su dieta.
El punto
crítico de cualquier dieta es cuando se produce un déficit de frutas,
verduras, pescado y aceite de oliva, y precisamente estos son algunos
de los alimentos que han alcanzado un precio más alto en los últimos
meses.
Bienvenida
sea La Guía De Productos Esenciales para una cesta de la compra
nutricionalmente de calidad, saludable y sostenible, que debe de ir
acompañada de medidas que controlen a las grandes superficies, sus
beneficios y los precios. |