El mes de
Julio en la historia, ha sido un mes revolucionario. En España no
podemos olvidar el 18 de Julio. Militares desleales, falangistas,
monárquicos, la derecha conservadora más reaccionaria y la iglesia
católica, rompieron la convivencia, provocaron una guerra y
posteriormente una dictadura que sufrimos durante cuarenta. También
ha sido un mes de declaraciones de independencia en el mundo, como
en Argentina, Colombia, Perú o Venezuela. Un mes de revoluciones
sonadas, como en Estados Unidos el 4 de julio, en Francia la toma de
la Bastilla, la Revolución Sandinista o un 26 de julio en Cuba.
Las
elecciones celebradas el 16 de febrero de 1936 dieron la victoria al
Frente Popular, constituido por los principales partidos
republicanos y de izquierda, que pretendían modernizar el país y
promover la justicia social. El golpe de Estado se venía gestando
desde hace tiempo. La insurrección comenzó el sábado 18 en Marruecos
y el 19 en la Península. La República no fue un fracaso que conducía
inexorablemente a una guerra, sino que fue destruida por un golpe
militar. El golpe no pretendía acabar con ninguna insurrección
armada en marcha, sino eliminar las reformas abordadas por los
gobiernos, durante el primer bienio republicano (agraria y laboral,
militar y de la enseñanza), que los gobiernos del FP habían
retomado.
El golpe
de estado del 18 de julio, significó una verdadera revolución en
defensa de intereses creados, para la restauración de privilegios y
prebendas, encubiertos en ideales religiosos, sociales y políticos.
Los vencedores de la guerra, establecieron una dictadura para
perpetuar esos intereses y la mantuvieron violando derechos humanos
y sobre los crímenes cometidos bajo la dictadura franquista. Más de
140.000 personas continúan enterradas en fosas comunes y cunetas de
carreteras.
Me
permito retomar el tema revolucionario y voy a dar un repaso a las
revoluciones en la historia de la humanidad. La Bastilla era una
fortaleza símbolo de la autoridad arbitraria de la monarquía
absoluta y que Richelieu convirtió en prisión del Estado. Albergó a
presos ilustres como el escritor Voltaire, el marqués de Sade o
Diderot. El 14 de julio de 1789, miles de trabajadores parisinos
armados, tomaron el lúgubre edificio. Fue el primer paso hacia la
Revolución francesa, que ya no se detendría hasta acabar con la
monarquía francesa y llevar a Luis XVI y a su familia a la
guillotina. Según Edward Regby, esta Revolución sea la más notable
que se haya llevado a cabo en la sociedad humana. El pueblo, grande
y sabio, condujo la lucha por los derechos y la liberad de la
humanidad.
Una
revolución no termina en el momento que se produce. Tanto antes como
después, el salto revolucionario se apoya y se encuadra en un
proceso histórico-material-social. En una concepción marxista, la
revolución es entendida como proceso histórico dentro de un proceso
histórico general que la prepara, que se lleva a cabo con la vista
puesta en los valores que deben primar, que deben recoger los que la
humanidad ha ido alumbrado en su historia. En el pensamiento
marxista de la revolución no hay cortes ni comienzos radicales sin
intervención, consciente y voluntaria, del sujeto social, que tiene
que asumir la problemática del cambio social y llevar a cabo las
acciones concretas.
Esto
ocurrió en la mayoría de los procesos revolucionarios, que llevaron
a la independencia en Latinoamérica. Karl Marx tenía una visión
idealizada de las revoluciones. Las llamó parteras de la historia,
por considerarlas eventos en que fuerzas nuevas rompían los moldes
obsoletos que las aprisionaban, alumbrando sistemas políticos nuevos
y superiores. La revolución americana, que dio lugar al Día de la
Independencia del 4 de julio de 1776, fue profunda, impactante y
duradera.
La
revolución americana, vino a romper con el autoritarismo de la
monarquía inglesa. Estados Unidos, al lograr la independencia, se
convirtió en la primera república democrática representativa de la
historia de la humanidad. La Declaración de independencia se
entiende como un antecedente de la Declaración de Derechos del
Hombre y del Ciudadano, lograda tras la revolución francesa de 1789,
que recogía las pretensiones democráticas anheladas durante siglos
por los sectores más progresistas. La república democrática
representativa se sustentaba en los dos pilares básicos de toda
democracia: el sufragio universal y secreto y la libertad de prensa.
Abraham Lincoln bautizó al nuevo sistema como El poder del pueblo,
para el pueblo, y por el pueblo.
En
Colombia, nadie sabía exactamente qué iba a pasar aquel 20 de julio
de 1810, pero en el ambiente algo se respiraba. Fue un viernes, día
de mercado y el pueblo en las calles de Santa Fe. Indios, blancos,
patricios, plebeyos, ricos y pobres empezaron a apedrear vidrieras y
a forzar las puertas del palacio. El Virrey, las autoridades
militares y los españoles, contemplaron perplejos el súbito y
violento despertar del pueblo. Acevedo Gómez, uno de los jefes de la
oligarquía criolla, reunió al Cabildo y constituyó una Junta de
Gobierno que sustituiría al virreinato. Se firmó el Acta de
Independencia, que daba la soberanía al pueblo, arrebatándosela al
augusto y desgraciado Monarca Don Fernando VII» El 20 de julio, el
movimiento bogotano, local, definía lo que iba a ser el territorio
de la Nueva Granada. (Germán Mejía).
La
declaración de la Independencia del Perú, representa uno de los
hechos importantes en la historia de América por la liberación del
yugo español. Lima vivía una gran escasez de alimentos y la
población reclamaba la presencia del libertador argentino José de
San Martín, que ya había conseguido la independencia de Argentina y
Chile. Aquel 28 de julio de 1821, amaneció lluvioso y templado. En
la Plaza de Armas, dieciséis mil personas escuchaban la proclama de
San Martín, que mostrando la bandera de Perú, proclamó: «Desde este
momento, el Perú es libre e independiente por la voluntad general de
los pueblos y por la justicia de su causa». ¡Viva la Patria!, ¡Viva
la libertad!, ¡Viva la independencia! Quedaba declarada una nueva
nación, emancipada y libre.
El Frente
Sandinista de Liberación Nacional, (por César Augusto Sandino, héroe
de la resistencia nicaragüense contra la ocupación norteamericana
entre 1927-1933), desde un principio se manifestó contra la
dictadura de la familia Somoza, contra la influencia norteamericana
y a favor de establecer un régimen socialista. Sus tácticas
guerrilleras desencadenaron brutales y sangrientas represalias por
parte de la Guardia Nacional. Bajo el liderazgo de Daniel y Humberto
Ortega, que encabezan la revolución, derrocaron a la dictadura el 19
julio de 1979.
La
Revolución Sandinista, provocó cambios profundos y duraderos en
Nicaragua. En un principio se confiscaron las enormes posesiones de
los Somoza y se nacionalizaron las principales industrias, aunque no
se aplicó una política de economía centralizada de estilo soviético.
Los nuevos gobernantes trataron de introducir cambios políticos,
sociales y económicos. El nivel de analfabetismo se redujo
significativamente y los grupos marginados, mujeres, jóvenes y
población rural comenzaron a participa más activamente. El principal
problema con el que se toparon fue la Contra, ejército guerrillero
armado y subvencionado por la administración de Ronald Reagan. En
1990, los sandinistas perdieron el poder en unas elecciones libres.
El 26 de
julio de 1953, fuerzas del Ejército Rebelde, encabezadas por Fidel
Castro Ruz, asaltaron los cuarteles de Moncada, en Santiago, y
Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo. El ataque marcó el inicio de
la liberación que se hizo realidad el primero de enero de 1959. Un
centenar de jóvenes, irrumpió en el cuartel para levantar el
espíritu de rebeldía nacional y encendía la antorcha revolucionaria.
La revolución puso fin a la dictadura de Fulgencio Batista, que
había llegado al poder en 1952 por un golpe de Estado, con el apoyo
del Ejército, el imperialismo y la burguesía. Cuba vivía en la
degradación social producto de la dominación imperialista y la
Habana era un gran burdel donde se divertían los norteamericanos y
hacía grandes negocios la mafia.
Entre los
principales logros de la revolución cubana, destacan los beneficios
en áreas como salud, deporte, cultura y educación. Es el único país
latinoamericano sin desnutrición infantil, con la esperanza de vida
más alta de América Latina, con una escolarización del cien por
ciento, ningún niño viviendo en la calle y con acceso universal al
sistema de salud. Todo, pese al bloqueo que sufre la isla por EEUU.
Poner fin al bloqueo es poner fin a la crueldad, porque es injusto y
viola los derechos humanos. El bloqueo contraviene el principio de
igualdad soberana, principio de no intervención y principio de
independencia. Además es inmoral porque lo sufre el pueblo cubano.
Solo los cubanos que viven en la isla, deben ser los llamados a
reclamar cambios radicales o modestos. Obama intentó la apertura que
Trump frustró y Biden no ha retomado.
El 5 de
julio de 1811, el Congreso de Venezuela declaró su separación de
España, mediante el Acta de la Declaración de la Independencia, que
establecía la igualdad de sus habitantes, la abolición de la censura
y la libertad de expresión. Se consagraba el principio
constitucional y se opuso a prácticas políticas, sociales y
culturales impuestas por el Imperio español durante 300 años. Hubo
guerras por la independencia. En la Batalla de Carabobo, el Ejército
Republicano, al mando de Simón Bolívar, logró vencer al Ejército
español. Con estos acontecimientos, creció el espíritu de
independencia en América del Sur, bajo el liderazgo militar y
político de Simón Bolívar. Hoy, otra suerte de revolución sufre el
pueblo venezolano; veremos como termina.
También podríamos denominar
revolucionarios los resultados de las elecciones generales del 23J
pasado, pero esto está por ver hasta que no conozcamos los pactos
que se produzcan en los próximos meses. Mientras tanto, ha llegado
el momento de unas vacaciones hasta septiembre, que no se si
merecidas, pero si necesarias.