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Los
feministas
no
están
bien
vistos,
pero
quieren
ser
parte
del
cambio.
Quieren
identificar
sus
micromachismos
y
privilegios,
pero
no
encuentran
espacio
para
trabajarlo
de
forma
segura.
Plural,
el
centro
de
nuevas
masculinidades
que ha
impulsado
el
Ayuntamiento
de
Barcelona,
es un
espacio
abierto
a toda
la
ciudadanía
para
trabajar
los
roles
de
género
que
tanto
mujeres
como
hombres
tienen
asumidos.
Todos
juntos,
hombres
y
mujeres
van
compaginando
formación
teórica
con
debates
y
experiencias
prácticas
en las
que
“se
reflexiona
y se
cuestiona”
una
construcción
de
género
que
les
dice
cómo
deben
pensar
y
expresarse.
Para
muchos
hombres
que
quieren
deconstruirse
y
acabar
con
comportamientos
tóxicos,
puede
ser
difícil
encajar
en el
nuevo
marco
de
igualdad
de
género,
que
pide
cambiar
roles
y
renunciar
a
privilegios.
Se
necesitan
hombres
formados
y más
implicados
en la
igualdad
de
género,
porque
no
dejan
de ser
la
mitad
de la
población.
Los
varones
feministas
y con
perspectiva
de
género
no
están
bien
vistos,
pero
quieren
ser
parte
del
cambio.
Hay
que
bajar
el
género
a
cuestiones
concretas
y
explicar
cómo
se
pueden
cambiar
actitudes
del
día a
día
relativas
a la
sexualidad,
la
paternidad
o las
emociones.
El
feminismo
se
debe
trabajar
de
manera
transversal,
poniendo
el
foco
en
aquellos
lugares
donde
los
roles
de
género
son
muy
rígidos,
como
son la
crianza
o la
infancia.
La
única
manera
de
lograr
la
igualdad
efectiva
es
interpelar
a
aquellos
hombres,
que no
lo
creen
necesario.
No
reírse
de la
broma
machista
de un
amigo
puede
tener
mucho
más
efecto
que un
congreso
feminista. |