Infancia en Sevilla

Retrato de Antonio Machado Álvarez y
Ana Ruiz, padres de Antonio.

El
rincón de la alberca en uno de los patios del Palacio de las
Dueñas, en una de
cuyas viviendas nació,
en 1875, Antonio Machado.
Antonio Machado nació a las cuatro y media de
la madrugada del 26 de julio de 1875 (festividad
de Santa Ana y
por tanto onomástica de la parturienta), en una de las
viviendas de alquiler del llamado palacio de las Dueñas, en
Sevilla. Fue el segundo varón que dio a luz su madre, Ana
Ruiz, de una descendencia de ocho en total. Once meses antes
había nacido Manuel, el primogénito, compañero de muchos
pasajes de la vida de Antonio, y con el tiempo también poeta
y dramaturgo.
La familia de la madre de Machado tenía una
confitería en el barrio de
Triana, y el padre, Antonio Machado Álvarez, era
abogado, periodista e investigador del folklore, trabajo por
el que llegaría a ser reconocido internacionalmente con el
seudónimo de «Demófilo». En otra vivienda del mismo palacio
son vecinos sus abuelos paternos: el médico y naturalista
Antonio Machado Núñez, catedrático y rector de la
Universidad de Sevilla y convencido
institucionista, y su esposa, Cipriana Álvarez Durán,
de cuya afición a la pintura quedó como ejemplo un retrato
de Antonio Machado a la edad de cuatro años.
La infancia sevillana de Antonio Machado fue
evocada en muchos de sus poemas casi fotográficamente:
Mi infancia son recuerdos de
un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero...
Y de nuevo, en un soneto evocando a su padre
escribe:
...Esta luz de Sevilla... Es
el palacio
donde nací, con su rumor de fuente.
Mi padre, en su despacho. La alta frente,
la breve mosca, y el bigote lacio.
En 1883, el abuelo Antonio, con 68 años y el
apoyo de Giner de los Ríos y otros colegas krausistas, gana
una oposición a la cátedra de Zoografía de Articulaciones
Vivientes y Fósiles en la Universidad Central de Madrid. La
familia acuerda trasladarse a la capital española donde los
niños Machado tendrán acceso a los métodos pedagógicos de la
Institución Libre de Enseñanza. José Luis Cano, en su
biografía de Machado, cuenta que una mañana de primavera,
antes de salir para Madrid, "Demófilo" llevó a sus hijos a
Huelva a conocer
del mar.
En un estudio más reciente,
Gibson
anota que el propio Machado le escribía en 1912 a
Juan Ramón Jiménez evocando "...sensaciones de mi
infancia, cuando yo vivía en esos puertos atlánticos".
Sea como fuere, quedarían grabadas en la
retina del poeta aquellas "estelas en la mar".

Estudiante en Madrid
El 8 de septiembre de 1883, el tren en el que
viajaba la familia Machado hizo su entrada en la estación de
Atocha.
Desde los ocho a los treinta
y dos años he vivido en Madrid con excepción del año 1899 y
del 1902 que los pasé en París. Me eduqué en el valdecas,
vallecas Libre de Enseñanza y conservo gran amor a mis
maestros: Giner de los Ríos, el imponderable Cossío, Caso,
Sela, Sama (ya muerto), Rubio, Costa (D. Joaquín —a quien no
volví a ver desde mis nueve años—). Pasé por el Instituto y
la Universidad, pero de estos centros no conservo más huella
que una gran aversión a todo lo académico.
Antonio Machado Autobiografía
Diez días después, Manuel
(nueve años), Antonio (ocho) y José (cuatro), ingresan en el
local provisional de la Institución Libre de Enseñanza. A lo
largo de los próximos años, sus profesores serán el propio
Giner de los Ríos, Manuel Bartolomé Cossío, Joaquín Costa,
José de Caso, Aniceto Sela, Joaquín Sama, Ricardo Rubio, y
otros maestros menos conocidos como José Ontañón, Rafael
Torres Campos o Germán Flórez. Entre sus compañeros estaban:
Julián Besteiro,
Juan Uña,
José Manuel Pedregal, Pedro Jiménez-Landi, Antonio Vinent o
los hermanos
Eduardo y Tomás
García del Real.
La Institución, en coherente armonía con el
ambiente familiar de los Machado marcarían su ideario
intelectual. Con la ILE, descubrió Machado el
Guadarrama. En su elegía al maestro Giner, de 1915,
Machado concluye:
Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.
El 16 de mayo de 1889, Machado (al que apenas
faltan tres meses para cumplir 14 años) aprueba el examen de
ingreso en el instituto San Isidro. Con dos suspensos en
Latín y Castellano, el futuro poeta fue trasladado al
Instituto Cardenal Cisneros en el curso 1889-1890, donde
vuelve a suspender esas asignaturas (que solo aprobaría un
año después).
Entretanto, la economía en casa de los
Machado, que llevaba años siendo muy apretada, alcanzó un
nivel crítico. Ana Ruiz acababa de tener su noveno y último
parto, una niña nacida el 3 de octubre de 1890 que moriría
años después. Su marido, un "Demófilo" agotado,
desilusionado, cuarentón y con siete hijos, decidió aceptar
el puesto de abogado que le ofrecían unos amigos en
San Juan de Puerto Rico.
Conseguido el permiso del Ministerio de
Ultramar, Antonio Machado Álvarez se embarcó rumbo al
Nuevo Continente
en agosto de 1892. No consiguió fortuna sino el
infortunio de una tuberculosis fulminante que acabó con su
vida, sin llegar a cumplir los cuarenta y siete años. Murió
en Sevilla, el 4 de febrero de 1893.

Bohemia madrileña
En 1895, Antonio Machado aún no había acabado
el bachiller. Al
año siguiente, dos días antes de su 21 cumpleaños, murió su
abuelo, el luchador krausista, íntimo amigo de Giner y
eminente zoólogo Antonio Machado Núñez. A la pérdida
familiar se unió el descalabro económico de una familia de
la que Juan Ramón Jiménez dejaría este cruel retrato en su
libro El modernismo. Notas de un curso: "...Abuela
queda viuda y regala casa. Madre inútil. Todos viven pequeña
renta abuela. Casa desmantelada. Familia empeña muebles. No
trabajan ya hombres. Casa de la picaresca. Venta de libros
viejos".
Ociosos, los jóvenes hermanos Machado,
entonces inseparables, se entregaron a la atractiva vida
bohemia
del Madrid de finales del siglo XIX. Cafés de artistas,
"tablaos" flamencos,
tertulias literarias, el frontón y los toros, todo
les interesa. Les deslumbra la rebeldía esperpéntica
de un
Valle-Inclán y un
Sawa o la
personalidad de actores como Antonio Vico y
Ricardo Calvo Agostí; en lo literario hacen amistad
con un Zayas o un
Villaespesa, y, en general, se dejan estimular por la
vida pública de la mayoría de los intelectuales de la época.
En octubre de 1896, Antonio, apasionado del
teatro, entró a formar parte como
meritorio en la compañía teatral de María Guerrero y
Fernando Díaz de Mendoza. El propio poeta recordará con
humor su carrera como actor: "... yo era uno de los que
sujetaban a Manelic, en el final del segundo acto". La
bohemia oscura y luminosa del Madrid del final del siglo XIX
se alternaba con la colaboración de ambos hermanos en la
redacción de un Diccionario de ideas afines, dirigido por el
exministro republicano Eduardo Benot. Era inevitable que los
jóvenes Machado sintiesen la atracción de
París.

París-Madrid
En junio de 1899, Antonio Machado viajó a
París, donde ya le esperaba su hermano
Manuel. En la capital francesa trabajaron para la
Editorial Garnier, se relacionaron con Enrique Gómez
Carrillo y Pío Baroja, descubrieron a Paul Verlaine y
tuvieron oportunidad de conocer a Oscar Wilde y Jean Moreas.
Antonio regresó a Madrid en octubre de ese mismo año,
incrementando su trato con el "estado mayor" del
modernismo, un activo Francisco Villaespesa, un
itinerante Rubén Darío y un joven de Moguer,
Juan Ramón Jiménez.
En abril de 1902, Antonio y Manuel hacen su
segundo viaje a París. Allí se reencuentran con otro
hermano, Joaquín (El viajero), que regresa de su
experiencia americana "enfermo, solitario y pobre", y
Antonio se vuelve con él a España el 1 de agosto. A finales
de ese año, de vuelta en Madrid, el poeta entregó a la
imprenta de A. Álvarez Soledades (1899-1902),
su primer libro.
Entre 1903 y 1908, el poeta colaboró en
diversas revistas literarias,
Helios (que publicaba Juan Ramón Jiménez), Blanco
y Negro, Alma Española, Renacimiento latino,
La República de las Letras... También firmó el
manifiesto de protesta a raíz de la concesión del
premio Nobel de Literatura a José Echegaray. En 1906,
por consejo de Giner, preparó oposiciones a profesor de
francés en Institutos de Segunda Enseñanza, que obtuvo al
año siguiente.
En 1907 publicó en Madrid, con el librero y
editor Gregorio
Pueyo, su segundo libro de poemas,
Soledades. Galerías. Otros poemas (una versión
ampliada de Soledades). El poeta tomó posesión de su
plaza en el instituto de la capital
soriana el
1 de mayo y se incorporó a ella en septiembre. Diferentes
versiones han especulado sobre las razones que Machado pudo
tener para escoger Soria, en aquel tiempo la capital de
provincia más pequeña de España, con poco más de siete mil
habitantes. Quizá le pareció la plaza más cercana a Madrid a
la que su escaso currículo le permitió acceder (de las tres
vacantes, Soria, Baeza y
Mahón, que quedaban libres de la lista total de
siete). Ángel Lázaro dejó escrito lo que el propio poeta
contestaba, cuando los amigos le preguntaban sobre su
decisión: "«Yo tenía un recuerdo muy bello de Andalucía,
donde pasé feliz mis años de infancia. Los hermanos Quintero
estrenaron entonces en Madrid
El genio alegre, y alguien me dijo: ″Vaya
usted a verla. En esa comedia está toda Andalucía″. Y fui a
verla, y pensé: ″Si es esto de verdad Andalucía, prefiero
Soria.″ Y a Soria me fuí».

En Soria
El Machado del París simbolista y el Madrid
bohemio reflejado en sus
Soledades y galerías
dio paso en la descarnada realidad soriana a un
hombre diferente: «...cinco años en Soria —escribiría luego
en 1917— orientaron mis ojos y mi corazón hacia lo esencial
castellano...—y añade— Ya era, además, muy otra mi
ideología». En lo literario, así quedó reflejado en su
siguiente libro,
Campos de Castilla; en lo profesional, inició su vida
de maestro de pueblo; en lo sentimental, descubrió a Leonor,
el gran amor de su vida.

Leonor

Foto de Leonor Izquierdo el día de su
boda el 30 de julio de 1909.
En diciembre de 1907, al
cerrarse la pensión en la que vivía Machado, los huéspedes
se trasladaron a un nuevo establecimiento sito en la
entonces llamada plaza de Teatinos. En la nueva pensión,
regida por Isabel Cuevas y su marido Ceferino Izquierdo,
sargento de la Guardia Civil jubilado, quiso el destino que
el poeta conociera a
Leonor Izquierdo, la hija mayor, y aún apenas una
niña de 13 años. El embeleso de Machado fue tan intenso que
por primera vez quizá en su vida se mostró impaciente, y
cuando tuvo la certeza de que su amor era correspondido
acordó el compromiso con la madre de Leonor.jHabía
pasado poco más de un año, y los novios aún tuvieron que
esperar otro hasta que ella alcanzase la edad legal para
casarse. Y así, el 30 de julio de 1909 se celebró la
ceremonia en la
iglesia de Santa María la Mayor
de Soria. Hace un mes que Leonor ha cumplido los 15 y
el poeta ya tiene 34. Y contra todo pronóstico, el
matrimonio fue modelo de entendimiento y felicidad, hasta
tal punto que la novia niña se apasionó por el trabajo del
poeta con toda la ilusión de su juventud. Así lo han
referido todos los testigos de este episodio de la vida de
Antonio Machado.
En Soria, el espíritu de la Institución Libre
de Enseñanza, siempre vivo en el poeta, le llevó a emprender
una serie de excursiones por la sierra de Urbión y sus
pinares, hasta las fuentes del río Duero y la Laguna Negra,
escenario trágico de La tierra de Alvargonzález, el
más largo poema de Machado. De Soria también fue su amistad
con José María
Palacio, redactor de
Tierra soriana, el periódico local, y uno de
los pocos con los que compartió inquietudes e ideologías en
el rudo páramo castellano.
En diciembre de 1910, Leonor y Antonio
viajaron a París, con una beca concedida al poeta por la
Junta para la Ampliación de Estudios para perfeccionar sus
conocimientos de francés durante un año. Durante los seis
primeros meses, la pareja viajó, visitó los museos e
intimaron con
Rubén Darío y Francisca Sánchez, su compañera. Machado
aprovechó para asistir al curso que
Henri Bergson
impartía en el Colegio de Francia.
El 14 de julio, cuando el matrimonio va a
partir hacia la Bretaña francesa de vacaciones, Leonor sufre
una hemoptisis y tiene que ser ingresada. Los médicos,
impotentes en aquella época contra la tuberculosis,
recomendaron el regreso al aire sano de Soria. Una engañosa
mejoría dio paso a un fulminante final. La niña Leonor murió
el 1 de agosto de 1912. Su última alegría fue tener en sus
manos, publicado al fin, el libro que ella había visto
crecer ilusionada día a día: la primera edición de
Campos de Castilla.

En Baeza
Machado, desesperado, solicitó su traslado a
Madrid, pero el único destino vacante era Baeza, donde
durante los siete próximos años penó más que vivió, dedicado
a la enseñanza como profesor de Gramática Francesa en el
Instituto de Bachillerato instalado en la Antigua
Universidad baezana.
Esta Baeza, que llaman la
Salamanca andaluza, tiene un Instituto, un Seminario, una
Escuela de Artes, varios colegios de Segunda Enseñanza, y
apenas sabe leer un treinta por ciento de la población. No
hay más que una librería donde se venden tarjetas postales,
devocionarios y periódicos clericales y pornográficos. Es la
comarca más rica de Jaén, y la ciudad está poblada de
mendigos y de señoritos arruinados en la ruleta.
Antonio Machado (de una
carta a Unamuno en 1913)
El poeta no está dispuesto a contemporizar y
su mirada se radicaliza; tan solo le sacan de su indignación
y su aburrimiento las excursiones que hace a pie y
solitario, por los cerros que le separan de Úbeda, o con los
escasos amigos que le visitan, por las sierras
de Cazorla y de
Segura, en las fuentes del Guadalquivir. También tuvo
oportunidad de acercarse con más atención a las voces y
ritmos del tesoro popular (no en vano llevaba en su herencia
la pasión de su padre por el folklore, que a su vez lo había
heredado de la abuela de Machado,
Cipriana Álvarez Durán). Fruto en gran parte de esa
mirada será su siguiente libro Nuevas canciones.
Escapar del "poblachón manchego" no fue
fácil; para conseguirlo, Machado se vio obligado a estudiar
por libre, entre 1915 y 1918, la carrera de Filosofía y
Letras. Con ese nuevo título en su menguado currículo,
solicitó el traslado al Instituto de Segovia, que en esta
ocasión sí se le concedió. Machado abandonó Baeza en el
otoño de 1919.
Poco antes, el 8 de junio de 1916, Machado
había conocido a un joven poeta con el que desde entonces
mantuvo amistad, se llamaba Federico García Lorca.

Segovia-Madrid
Machado llegó a
Segovia el
26 de noviembre de 1919 y acabó instalándose por el
modestísimo precio de 3,50 pesetas al día en una aún más
modesta pensión. Era el mes de noviembre de 1919
y el poeta llegó a tiempo para participar en la fundación de
la Universidad Popular Segoviana
junto con otros personajes como el marqués de Lozoya,
Blas Zambrano, Ignacio Carral, Mariano Quintanilla,
Alfredo Marqueríe o el arquitecto Javier Dodero, que se
encargó de restaurar y adaptar para la nueva institución el
viejo templo románico de San Quirce, tenía como objetivo la
instrucción gratuita del pueblo segoviano.
Machado, que ahora contaba con la ventaja de
la cercanía de Madrid, visitaba cada fin de semana la
capital participando de nuevo en la vida cultural del país
con tanta dedicación que a menudo "perdió el tren de regreso
a Segovia muchos lunes, y bastantes martes". Este nuevo
estatus de perfil bohemio le permitiría recuperar la
actividad teatral junto a su hermano Manuel.
En Segovia, por su parte, fue asiduo de la
tertulia que —entre 1921-1927— se reunía cada tarde en el
alfar del ceramista Fernando Arranz, instalado en las
ruinas de una iglesia románica, en la que participaban
también amigos como Blas Zambrano (catedrático de la Escuela
Normal y padre de
María Zambrano), Manuel Cardenal Iracheta, el escultor
Emiliano Barral y
algunos otros tipos pintorescos (como Carranza, cadete de la
academia de Artillería, o el padre Villalba, que puso música
a un texto de Machado). También colaboró en la recién nacida
revista literaria
Manantial y frecuentó el ambiente del Café Castilla,
en la plaza mayor de Segovia.
En 1927, Antonio Machado fue elegido miembro
de la Real
Academia Española, si bien nunca llegó a tomar posesión de
su sillón. En una carta a Unamuno, el poeta le comenta la
noticia con sana ironía: «Es un honor al cual no aspiré
nunca; casi me atreveré a decir que aspiré a no tenerlo
nunca. Pero Dios da pañuelo a quien no tiene narices.».

Guiomar
En junio de 1928, Pilar de Valderrama viajó
sola a Segovia y, con el pretexto de salir de una depresión
con una cura de descanso y soledad, se hospedó en el mejor
hotel de la ciudad. Sin embargo, y como delataría la carta
de presentación para Antonio Machado que a través de una
amiga había conseguido del actor Ricardo Calvo, el objetivo
real del viaje era iniciar una casta amistad profesional con
el poeta (que si llegó a ser realmente casta, los
acontecimientos de su desenlace demostrarían que no fue del
todo honesta).
Pilar pertenecía a la alta burguesía
madrileña; casada y madre de tres hijos, era autora de
algunos libros de poemas. Durante casi nueve años hizo las
funciones de musa y "oscuro objeto del deseo" de un
rejuvenecido Machado que inmortalizó aquel espejismo poético
con el nombre de
Guiomar. Desde la publicación en 1950 del libro
De Antonio Machado a su grande y secreto amor,
escrito por
Concha Espina y
haciendo pública una colección de cartas entre Machado y una
misteriosa pero real Guiomar, varios y variopintos han sido
los estudios dedicados al fenómeno Guiomar. Todo
parece indicar que Pilar de Valderrama nunca estuvo
enamorada de Machado (aunque como buena cortesana fue
diestra en el arte de "marear la perdiz"), como parece
deducirse de lo escrito en su libro de memorias
Sí, soy Guiomar, libro escrito en su vejez y
publicado post mórtem, para insistir en el carácter
platónico de su relación con el poeta, pero sin explicar por
qué de ser así se mantuvo en secreto con tanto celo. Tampoco
explicó la inspiradora de Guiomar por qué quemó la mayoría
de las cartas que recibió de Machado, cuando —quizá
advertida por sus contactos entre la clase acomodada—
abandonó Madrid, rumbo a Estoril, en junio de 1936, un mes
antes del golpe
de Estado.

14
de abril en Segovia
El último gran acontecimiento de los años
segovianos de Machado ocurrió el 14 de abril de 1931, fecha
de la proclamación de la
Segunda República Española. El poeta, que vive la
noticia en Segovia, fue requerido para ser uno de los
encargados de izar la bandera tricolor
en el balcón del Ayuntamiento. Un momento emotivo que
Machado recordaría con estas palabras:
¡Aquellas horas, Dios mío,
tejidas todas ellas con el más puro lino de la esperanza,
cuando unos pocos viejos republicanos izamos la bandera
tricolor en el Ayuntamiento de Segovia! (...) Con las
primeras hojas de los chopos y las últimas flores de los
almendros, la primavera traía a nuestra república de la
mano.
Antonio Machado

Madrid republicano]
En octubre de 1931 la República le concedió a
Machado, por fin, una cátedra de francés en Madrid, donde a
partir de 1932 pudo vivir de nuevo en compañía de su familia
(su madre, su hermano José, mujer e hijas). En la capital,
el poeta continuó viéndose en secreto con la inspiradora de
Guiomar y estrenando las comedias escritas con
Manuel.
En una Orden gubernamental de 19 de marzo de
1932, a petición del secretario del Patronato de las
Misiones Pedagógicas, se autoriza a Machado a residir
en Madrid "para la organización del Teatro popular".
Durante los siguientes años, Machado escribió
menos poesía pero aumentó su producción en prosa, publicando
con frecuencia en el
Diario de Madrid y El Sol y perfilando
definitivamente a sus dos apócrifos, los pensadores (y cómo
Machado, poetas y maestros) Juan de Mairena y Abel
Martín.
En 1935, Machado se trasladó del Instituto
Calderón de la Barca al Cervantes. Días antes, el 1 de
septiembre había muerto su maestro Cossío, poco después de
haberse reunido con él en su retiro de la
sierra de Guadarrama y en compañía de otros
institucionistas,
Ángel Llorca y
Luis Álvarez Santullano. Las pérdidas se acumulan: el 5 de
enero muere Valle-Inclán y el 9 de abril un olvidado
Francisco Villaespesa... el desfile de la muerte se había
adelantado.

La Guerra Civil
Casi desde los primeros días de la guerra,
Madrid, ya convulsionada desde los últimos estertores del
Bienio Negro, se convirtió en un campo abonado para
las privaciones y la muerte. La Alianza de Intelectuales
decidió, entre otras muchas medidas de emergencia, evacuar a
zonas más seguras a una serie de escritores y artistas,
Machado entre ellos (por su edad avanzada y por su
significación). La oferta, un día de noviembre de 1936, la
presentan en el domicilio del poeta, otros dos ilustres
colegas: Rafael
Alberti y
León Felipe. Machado, "concentrado y triste" –según
evocaría luego Alberti– se resistía a marchar. Fue necesaria
una segunda visita con mayor insistencia y a condición de
que sus hermanos Joaquín y José, con sus familias, le
acompañasen junto con su madre.

En Rocafort

Publicación en portada del diario La Vanguardia del viernes
16 de julio de 1937: "El poeta y el pueblo", discurso de
Antonio Machado para el II Congreso Internacional de
Escritores para la Defensa de la Cultura organizado por la
Alianza de Intelectuales Antifascistas y celebrado en
Valencia.
Machado y su familia, tras ser acogidos
provisionalmente en la Casa de la Cultura de
Valencia, se instalaron en la localidad de Rocafort
desde finales de noviembre de 1936 hasta abril de 1938,
fecha en que fueron evacuados a
Barcelona. Durante su estancia valenciana, el poeta,
a pesar del progresivo deterioro de su salud, escribió sin
descanso comentarios, artículos, análisis, poemas y
discursos (como el que pronunció para las Juventudes
Socialistas Unificadas, en una plaza pública de Valencia
ante una audiencia multitudinaria), y asistió al II Congreso
Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura
organizado por la Alianza de Intelectuales Antifascistas
y celebrado en la capital valenciana, donde leyó su
reflexión titulada "El poeta y el pueblo".
En 1937 publicó
La guerra, con ilustraciones de su hermano
menor José Machado. De entre sus últimos escritos, obra de
compromiso histórico y testimonial, destacan textos de
hondura estremecedora, como la elegía dedicada a
Federico García Lorca: El crimen fue en Granada.

Escala en Barcelona
Ante el peligro de que Valencia quede
aislada, los Machado se trasladaron a
Barcelona, donde tras un hospedaje provisional en el
Hotel Majestic, ocuparon la finca de "Torre Castañer",
abandonada por la duquesa de Moragas. El lujo del lugar
contrasta con las miserias de la guerra: no hay carbón para
las estufas, ni tabaco (imprescindible para Machado), ni
apenas alimentos. Allí permanecieron desde finales de mayo
de 1938 hasta los primeros días del siguiente año.

Exilio y muerte
El 22 de enero de 1939, y ante la inminente
ocupación de la ciudad, el poeta y su familia salieron de
Barcelona en un vehículo de la Dirección de Sanidad
conseguido por el doctor
José Puche Álvarez; les acompañan, entre otros
amigos, el filósofo Joaquín Xirau, el filólogo Tomás Navarro
Tomás, el humanista catalán Carlos Riba, el novelista
Corpus Barga
y una interminable caravana de cientos de miles de
españoles anónimos huyendo de su patria.
Tras una última noche en suelo español, en
Viladasens, las cuarenta personas que componían el grupo
cubrió el último tramo hacia el exilio. Apenas a medio
kilómetro de la frontera con Francia, tuvieron que abandonar
los coches de Sanidad, embotellados en el colapso de la
huida. Allí quedaron también sus maletas, al pie de la larga
cuesta que hubo que recorrer bajo la lluvia y el frío del
atardecer hasta la aduana francesa, que sólo gracias a las
gestiones de Corpus Barga (que disponía de un permiso de
residencia en Francia) pudieron superar. Unos coches les
llevaron hasta la estación ferroviaria de
Cerbère, donde gracias a las influencias de Xirau se
les permitió pasar la noche en un vagón estacionado en vía
muerta.
A la mañana siguiente, con la ayuda de
Navarro Tomás y Corpus Barga, se trasladaron en tren hasta
Colliure (Francia), donde el grupo encontró albergue
en la tarde del día 28 de enero, en el Hotel Bougnol-Quintana.
Allí quedaron a la espera de una ayuda que no llegaría a
tiempo.

Tumba de Antonio Machado y su madre,
Ana Ruiz, en el cementerio de Colliure
Antonio Machado murió a las tres y media de
la tarde del 22 de febrero de 1939,
Miércoles de Ceniza.
José Machado relataría luego que, su madre,
saliendo por unos instantes del estado de semi-inconsciencia
en el que la habían sumido las penalidades del viaje, al ver
vacía la cama de su hijo, junto a la suya, preguntó por él
con ansiedad. No creyó las piadosas mentiras que le dijeron
y comenzó a llorar. Murió el 25 de febrero a los 85 años de
edad, cumpliendo la promesa hecha en voz alta en Rocafort:
«Estoy dispuesta a vivir tanto como mi hijo Antonio». Ana
Ruiz, fue enterrada junto a su hijo en el nicho cedido por
una vecina de Colliure, en el pequeño cementerio de la
localidad francesa donde reposan sus restos desde entonces.
Late, corazón... No todo
se lo ha tragado la tierra.
Con fecha de 5 de mayo de 1941, Antonio
Machado fue expulsado post mórtem del cuerpo de catedráticos
de Instituto. Hubo que esperar hasta 1981 para que fuera
rehabilitado (con la misma fórmula) como profesor del
instituto Cervantes de Madrid, por orden ministerial de un
gobierno democrático. Varios autores han estudiado si
Machado era
masón. Según António Apolinário Lourenço sería
«prácticamente unánime» la aceptación de este hecho, aunque
destaca la nula actividad del poeta en actividades de la
orden. Para el hispanista Paul Aubert, si bien este no
descarta la posibilidad, no existen pruebas de su
vinculación con ninguna logia, aunque señala sus contactos
con miembros de la masonería.

Autorretrato
En una breve autobiografía casi improvisada
por Machado en 1913, dejó escritas algunas claves personales
que dibujan mejor que ningún estudio crítico su perfil
humano:
Tengo un gran amor a España y
una idea de España completamente negativa. Todo lo español
me encanta y me indigna al mismo tiempo. Mi vida está hecha
más de resignación que de rebeldía; pero de cuando en cuando
siento impulsos batalladores que coinciden con optimismos
momentáneos de los cuales me arrepiento y sonrojo a poco
indefectiblemente. Soy más autoinspectivo que observador y
comprendo la injusticia de señalar en el vecino lo que noto
en mí mismo. Mi pensamiento está generalmente ocupado por lo
que llama Kant conflictos de las ideas trascendentales y
busco en la poesía un alivio a esta ingrata faena. En el
fondo soy creyente en una realidad espiritual opuesta al
mundo sensible. y
Antonio Machado
Autobiografía

Ideología
Creo
que la mujer española alcanza una virtud insuperable y que
la decadencia de España depende del predominio de la mujer
y de su enorme superioridad sobre el varón. Me repugna la
política donde veo el encanallamiento del campo por el
influjo de la ciudad. Detesto al clero mundano que me
parece otra degradación campesina. En general me agrada
más lo popular que lo aristocrático social y más el campo
que la ciudad. El problema nacional me parece irresoluble
por falta de virilidad espiritual; pero creo que se debe
luchar por el porvenir y crear una fe que no tenemos. Creo
más útil la verdad que condena el presente, que la
prudencia que salva lo actual a costa siempre de lo
venidero. La fe en la vida y el dogma de la utilidad me
parecen peligrosos y absurdos. Estimo oportuno combatir a
la Iglesia católica y proclamar el derecho del pueblo a la
conciencia y estoy convencido de que España morirá por
asfixia espiritual si no rompe ese lazo de hierro. Para
ello no hay más obstáculos que la hipocresía y la timidez.
Ésta no es una cuestión de cultura —se puede ser muy culto
y respetar lo ficticio y lo inmoral— sino de conciencia.
La conciencia es anterior al alfabeto y al pan.
Antonio Machado Autobiografía

Obra
Como análisis literario elemental,
Max Aub recogió en su
Manual de Historia de la Literatura Española
el conocido
silogismo que plantea que si
Unamuno
representó un "modo de sentir" y Ortega
"un modo de pensar", Machado representa "un modo de
ser". Max Aub completó el retrato, matizando en ese modo de
ser: "la estirpe romántica, la sencilla bondad, el vigor
intelectual y la sincera melancolía.".
Su obra poética se abrió con
Soledades, escrito entre 1901 y 1902, y casi
reescrito enSoledades. Galerías. Otros poemas, que
publicó en octubre de 1907.
Durante su estancia en Soria, Machado
escribió su libro más noventayochista,
Campos de Castilla, publicado por la editorial
Renacimiento en 1912. Sus protagonistas son las tierras
castellanas y los hombres que las habitan. Le siguió la
primera edición de sus
Poesías completas
(1917), en la que se incrementan los libros
anteriores con nuevos poemas y se añaden los poemas escritos
en Baeza
tras la muerte de Leonor, los populares «Proverbios y
cantares» —"poemas breves, de carácter reflexivo y
sentencioso"—, y una colección de textos de crítica social,
dibujando la España de aquel momento. En 1924 publicó las
Nuevas canciones, recuperando materiales
escritos en Baeza y aún en Soria, y mezclando ejemplos de
sentenciosa
poesía gnómica y análisis en torno al hecho de la creación
poética, con paisajes soñados, algunas galerías
y los primeros
sonetos
que se le conocen.
Las ediciones de
Poesías completas
de 1928 y 1933 incluyeron algunos de los textos
adjudicados a sus dos apócrifos, «Juan de Mairena» y «Abel
Martín» –maestro de Mairena—, y en la edición de 1933 las
primeras Canciones
a Guiomar.
En 1936, en vísperas de la
guerra civil española, publicó: Juan de Mairena.
Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor
apócrifo. El estallido de la rebelión militar impidió la
difusión del volumen que durante años permaneció en el limbo
de lo desconocido.

Abel Martín y Juan de Mairena

Estatua de Machado ante
el Teatro Juan Bravo en la plaza Mayor de Segovia.
Juan de Mairena y
Abel Martín, heterónimos de Machado (él mismo llegó a
reconocer que Mairena era su «yo filosófico»), desplazaron
al poeta modernista y simbolista, sustituyéndolo por un
pensador original, hondo y precursor de un género mixto que
luego sería imitado por muchos otros autores. Originalmente
concebidos como poetas, Martín y Mairena se presentan como
filósofos populares, herederos de la "lengua hecha" (que el
poeta citaba siempre a propósito de Cervantes y El Quijote)
y en defensa de la "lengua hablada", dicho con palabras de
Machado: "Rehabilitemos la palabra en su valor integral. Con
la palabra se hace música, pintura y mil cosas más; pero
sobre todo, se habla".
Gran parte del
Juan de Mairena, publicado por Espasa-Calpe en
1936, reúne la colección de ensayos que Machado había
publicado en la prensa madrileña desde 1934. A través de sus
páginas, un imaginario profesor y sus alumnos analizan la
sociedad, la cultura, el arte, la literatura, la política,
la filosofía, planteados con una caprichosa variedad de
tonos, desde la aparente frivolidad hasta la gravedad
máxima, pasando por la sentencia, la paradoja, el adagio, la
erudición, la introspección, la retórica como arte, la
cuchufleta o el más fino y sutil humor celtibérico.

Teatro
Durante la década de 1920 y
los primeros años de la década del treinta, Machado escribió
teatro en colaboración con su hermano
Manuel.
Se llegaron a estrenar en
Madrid
las siguientes obras:
Desdichas de la fortuna o
Julianillo Valcárcel
(1926),
Juan de Mañara
(1927),
Las adelfas
(1928),
La Lola se va a los puertos
(1929),
La prima Fernanda
(1931) y
La duquesa de Benamejí
(1932).

Auto-poética

Página
de título de la primera edición de las Poesías completas de
Antonio Machado, con autógrafo y foto del autor (tomada
hacia 1917, en su etapa de profesor en Baeza). Fondos de
la Biblioteca del Ateneo de Madrid.

El verbo
El
adjetivo y el nombre
remansos del agua limpia
son accidentes del verbo
en la gramática lírica
del hoy que será mañana
del ayer que es todavía.
Los complementarios, 1914
y Nuevas canciones, "De mi cartera" 1917-1930

Tiempo poético
La poesía es —decía Mairena—
el diálogo del hombre, de un hombre con su tiempo. Eso es lo
que el poeta pretende eternizar, sacándolo fuera del tiempo,
labor difícil y que requiere mucho tiempo, casi todo el
tiempo de que el poeta dispone. El poeta es un pescador, no
de peces, sino de pescados vivos; entendámonos: de peces que
puedan vivir después de pescados.
Juan de Mairena IX, 1936

Tiempo mundano
Poeta ayer, hoy triste y
pobre
filósofo trasnochado
tengo en monedas de cobre el oro de ayer cambiado.
Galerías "XCV.Coplas
mundanas", 1907
Dice la monotonía
del agua clara al caer:
un día es como otro día;
hoy es lo mismo que ayer
Soledades, 1889-1907

Tiempo filosófico
Nuestras
horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.
Campos de Castilla, "CXXXVI.
Proverbios y cantares", 1912

Diálogo
Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba.
Campos de Castilla, "CXXXVI.Proverbios
y cantares", 1912

Los símbolos
Mucha literatura se ha escrito sobre
"símbolos machadianos". Cualquier lector de su poesía, tras
un simple y breve vistazo a una de las muchas antologías
poéticas de Antonio Machado, podrá enumerar: camino, fuente,
sueño, ciprés, agua, noche, mar, jardín, alma, tarde,
primavera, muerte, soledades...
O que yo pueda asesinar un
día
en mi alma, al despertar, esa persona
que me hizo el mundo mientras yo dormía.

La rima
Recordemos hoy a Gustavo
Adolfo, el de las rimas pobres, la asonancia indefinida y
los cuatro verbos por cada adjetivo definidor. Alguien ha
dicho con indudable acierto: «Bécquer, un acordeón tocado
por un ángel». Conforme: el ángel de la verdadera poesía.
Juan de Mairena –XLIII.
Sobre Bécquer–, 1936).

Imágenes
De los suprarrealistas
hubiera dicho Juan de Mairena: Todavía no han comprendido
esas mulas de noria que no hay noria sin agua
Juan de Mairena XLIX, 1936)

Poética
«Antes de escribir un poema
–decía Mairena a sus alumnos– conviene imaginar el poeta
capaz de escribirlo. Terminada nuestra labor, podemos
conservar el poeta con su poema, o prescindir del poeta
–como suele hacerse– y publicar el poema; o bien tirar el
poema al cesto de los papeles y quedarnos con el poeta, o
por último, quedarnos sin ninguno de los dos, conservando
siempre al hombre imaginativo para nuevas experiencias
poéticas.» (Juan de Mairena –XXII–, 1936)

Cronología de publicaciones
A modo de guía, y según su fecha de
publicación:
-
1903 - Soledades:
poesías
-
1907 -
Soledades.
Galerías. Otros poemas
-
1912 -
Campos de
Castilla
-
1917 -
Páginas escogidas
-
1917 -
Poesías completas
-
1917 -
Poemas
-
1918 -
Soledades y otras poesías
-
1919 -
Soledades, galerías y
otros poemas
-
1924 -
Nuevas canciones
-
1928 -
Poesías completas
(1899-1925)
-
1933 -
Poesías completas
(1899-1930)
-
1933 -
La tierra de Alvargonzález
-
1936 -
Poesías completas
-
1937 -
La guerra (1936-1937)
-
1937 -
Madrid: baluarte de
nuestra guerra de independencia
-
1938 -
La tierra de Alvargonzález
y Canciones del Alto Duero
-
1936 -
Juan de
Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un
profesor apócrifo)
-
1957 -
Los complementarios (recopilación
póstuma a cargo de
Guillermo
de Torre
publicada en Buenos Aires por Editorial Losada).
-
1994 - Cartas a Pilar (edición
de G. C. Depretis, en Madrid con Anaya-Mario Muchnik).
-
2004 -
El fondo machadiano de Burgos. Los papeles de AM (edición
de A. B. Ibáñez Pérez, en Burgos por la Institución Fernán
González).
(con Manuel Machado)
-
1926 -
Desdichas de
la fortuna o Julianillo Valcárcel
-
1927 -
Juan de Mañara
-
1928 -
Las adelfas
-
1930 -
La Lola se va
a los puertos
-
1930 -
La prima
Fernanda
-
1932 -
La duquesa de
Benamejí
-
1932 -
Teatro completo, I, Madrid, Renacimiento.
-
1947 -
El hombre que murió en la
guerra (homenaje
en Buenos Aires)
(adaptaciones de clásicos, en colaboración)
-
1924 -
El condenado por desconfiado,
de
Tirso de Molina
(con José López Hernández), estrenada el 2 de enero de
1924, en el
Teatro Español
de Madrid, con
Ricardo Calvo
como protagonista principal.
-
1924 -
Hernani,
de
Victor Hugo
(con Francisco Villaespesa), estrenada el 1 de enero de
1925, en el
Teatro Español
de Madrid, por la compañía de María Guerrero y
Fernando Díaz de Mendoza.
-
1926 -
La niña de plata, de
Lope de
Vega
(con José López Hernández).