Julio Cortazar

Hubiera cumplido 105 años

Biografía
La obra de Julio Cortázar
Los cuentos
Rayuela y la narrativa inclasificable

5 libros para conocer a Julio Cortázar

  • Final del juego

  • Las armas secretas

  • Rayuela

  • 62 modelo para armar

  • Queremos tanto a Glenda

10 frases para celebrar los 102 años de Cortázar

 
 

Julio Florencio Cortázar (Bruselas, Bélgica, 26 de agosto de 1914 - París, Francia, 12 de febrero de 1984) fue un escritor, traductor e intelectual argentino. Optó por la nacionalidad francesa en 1981, en protesta contra el régimen militar argentino.

El escritor argentino, fue una de las grandes figuras del «boom» de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Emparentado con Borges como inteligentísimo cultivador del cuento fantástico, los relatos breves de Cortázar se apartaron sin embargo de la alegoría metafísica para indagar en las facetas inquietantes y enigmáticas de lo cotidiano, en una búsqueda de la autenticidad y del sentido profundo de lo real que halló siempre lejos del encorsetamiento de las creencias, patrones y rutinas establecidas. Su afán renovador se manifiesta sobre todo en el estilo y en la subversión de los géneros que se verifica en muchos de sus libros, de entre los cuales la novela Rayuela (1963), con sus dos posibles órdenes de lectura, sobresale como su obra maestra.


Biografía

Hijo de un funcionario asignado a la embajada argentina en Bélgica, su nacimiento coincidió con el inicio de la Primera Guerra Mundial, por lo que sus padres permanecieron más de lo previsto en Europa. En 1918, a los cuatro años de edad, Julio Cortázar se desplazó con ellos a Argentina, para radicarse en el suburbio bonaerense de Banfield.

Tras completar sus estudios primarios, siguió los de magisterio y letras y durante cinco años fue maestro rural. Pasó más tarde a Buenos Aires, y en 1951 viajó a París con una beca. Concluida ésta, su trabajo como traductor de la UNESCO le permitió afincarse definitivamente en la capital francesa. Por entonces Julio Cortázar ya había publicado en Buenos Aires el poemario Presencia con el seudónimo de «Julio Denis», el poema dramático Los reyes y la primera de sus series de relatos breves, Bestiario, en la que se advierte la profunda influencia de Jorge Luis Borges.

En la década de 1960, Julio Cortázar se convirtió en una de las principales figuras del llamado «boom» de la literatura hispanoamericana y disfrutó del reconocimiento internacional. Su nombre se colocó al mismo nivel que el de los grandes protagonistas del «boom»: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes o el también argentino Jorge Luis Borges, entre otros. A diferencia de su compatriota, Cortázar sumó a su sensibilidad artística su preocupación social: se identificó con las clases marginadas y estuvo muy cerca de los movimientos de izquierdas.

En este sentido, su viaje a Cuba en 1962 constituyó una experiencia decisiva en su vida y el detonante de un radical cambio de actitud que influiría profundamente en su vida y en su obra: el intelectual introvertido que había sido hasta entonces devendrá activista político. Merced a su concienciación social y política, en 1970 se desplazó a Chile para asistir a la ceremonia de toma de posesión como presidente de Salvador Allende y, más tarde, a Nicaragua para apoyar al movimiento sandinista. Como personaje público, Julio Cortázar intervino con firmeza en la defensa de los derechos humanos, y fue uno de los promotores y miembros más activos del Tribunal Russell.

Como parte de este compromiso escribió numerosos artículos y libros, entre ellos Dossier Chile: el libro negro, sobre los excesos del régimen del general Pinochet, y Nicaragua, tan violentamente dulce, testimonio de la lucha sandinista contra la dictadura de Somoza, en el que incluyó el cuento Apocalipsis en Solentiname y el poema Noticias para viajeros. Tres años antes de morir adoptó la nacionalidad francesa, aunque sin renunciar a la argentina. Falleció en París el 12 de febrero de 1984, poco después de enviudar de su segunda mujer, Carol Dunlop.


La obra de Julio Cortázar

La literatura de Cortázar parte de un cuestionamiento vital, cercano a los planteamientos existencialistas en la medida en que puede caracterizarse como una búsqueda de la autenticidad, del sentido profundo de la vida y del mundo. Tal temática se expresó en ocasiones en obras de marcado carácter experimental, que lo convierten en uno de los mayores innovadores de la lengua y la narrativa en lengua castellana.

Como en Jorge Luis Borges, sus relatos ahondan en lo fantástico, aunque sin abandonar por ello el referente de la realidad cotidiana: de hecho, la aparición de lo fantástico en la vida cotidiana muestra precisamente la abismal complejidad de lo "real". Para Cortázar, la realidad inmediata significa una vía de acceso a otros registros de lo real, donde la plenitud de la vida alcanza múltiples formulaciones. De ahí que su narrativa constituya un permanente cuestionamiento de la razón y de los esquemas convencionales de pensamiento.

En la obra de Cortázar, el instinto, el azar, el goce de los sentidos, el humor y el juego terminan por identificarse con la escritura, que es a su vez la formulación del existir en el mundo. Las rupturas de los órdenes cronológico y espacial sacan al lector de su punto de vista convencional, proponiéndole diferentes posibilidades de participación, de modo que el acto de la lectura es llamado a completar el universo narrativo. Tales propuestas alcanzaron sus más acabadas expresiones en las novelas, especialmente en Rayuela, considerada una de las obras fundamentales de la literatura de lengua castellana, y en sus relatos breves, donde, pese a su originalísimo estilo y su dominio inigualable del ritmo narrativo, se mantuvo más cercano a la convenciones del género. Cabe destacar, entre otros muchos cuentos, Casa tomada o Las babas del diablo, ambos llevados al cine, y El perseguidor, cuyo protagonista evoca la figura del saxofonista negro Charlie Parker.

Aunque su primer libro fueron los poemas de Presencia (1938, firmados con el seudónimo de «Julio Denis»), seguidos por Los reyes, una reconstrucción igualmente poética del mito del Minotauro, esta etapa se considera en general la prehistoria cortazariana, y suelen darse como inicio de su bibliografía los relatos que integraron Bestiario (1951), publicados en la misma fecha en la que inició su exilio. A esta tardía iniciación (se acercaba por entonces a los cuarenta años) suele atribuirse la perfección de su obra, que desde esa entrega no contendrá un solo texto que pueda considerarse menor.

Cabe señalar, además, una singularidad inaugurada en simultáneo con esa entrega: las sucesivas recopilaciones de relatos de Cortázar conservarían esa especie de perfección estructural casi clasicista, dentro de los cánones del género. El resto de su producción (novelas extraordinariamente rupturistas y textos misceláneos) se aleja hasta tal punto de las convenciones genéricas que es difícilmente clasificable. De hecho, buena parte de la crítica aprecia más su faceta de cuentista impecable que la de prosista subversivo.

Julio Cortazar en 1967

Novelas

Prosas breves

Misceláneas

Teatro

  • 1949: Los reyes (con el seudónimo de Julio Denis).

  • 1995: Adiós Robinson y otras piezas breves (obra póstuma).

Poesía

  •  Presencia, 1938 (sonetos, con el seudónimo de Julio Denis).

  •  Pameos y meopas, 1971

  •  Salvo el crepúsculo, 1984

Epistolario

  • Correspondencia Cortázar-Dunlop-Monrós, 2009

  • Cartas a los Jonquières, 2010

  • Cartas 1. 1937 - 1954, 2012

  • Cartas 2. 1955 - 1964, 2012

  • Cartas 3. 1965 - 1968, 2012

  • Cartas 5. 1977 - 1984, 2012

Otros libros

  • Buenos Aires, Buenos Aires, 1967 (fotos de Sara Facio y textos de Cortázar)

  • Viaje alrededor de una mesa, 1970 (incluido en Obra crítica, 2006)

  • Literatura en la revolución y revolución en la literatura, 1970 (polémica de Cortázar y Vargas Llosa con Óscar Collazos; el texto de Cortázar, que da título al libro, está incluido también en Obra crítica, 2006)

  • Prosa del observatorio, 1972

  • Fantomas contra los vampiros multinacionales, cómic, 1975

  •  Humanario, 1976 (fotos de Sara Facio y texto de Cortázar, "Estrictamente no profesional", que fue incluido después en Territorios, 1978)

  • Nicaragua tan violentamente dulce, 1983 (incluido en Obra crítica, 2006).

  • Silvalandia, 1984 (imágenes de Julio Silva y textos de Cortázar; incluido en El último combate, 2014)

  • Alto el Perú (fotos de Manja Offerhaus y textos de Cortázar), 1984

  • Corrección de pruebas en Alta Provenza, 2012 Clases de Literatura – Berkeley, 1980. Alfaguara, 2013.


Los cuentos

En el ámbito del cuento, Julio Cortázar es un exquisito cultivador del género fantástico, con una singular capacidad para fusionar en sus relatos los mundos de la imaginación y de lo cotidiano, obteniendo como resultado un producto altamente inquietante. Ilustración de ello es, en Bestiario (1951), un cuento como "Casa tomada", en el que una pareja de hermanos percibe cómo, diariamente, su amplio caserón va siendo ocupado por presencias extrañas e indefinibles que terminan provocando, primero, su confinamiento dentro de la propia casa, y, más tarde, su expulsión definitiva.

Lo mismo podría decirse a propósito de Las armas secretas (1959), entre cuyos cuentos destaca "El perseguidor", que tiene por protagonista a un crítico de jazz que ha escrito un libro sobre un célebre saxofonista borracho y drogadicto. Cuando se dispone a preparar la segunda edición del mismo, Jonnhy, el saxofonista, quiere exponerle sus opiniones acerca de su propia música y el libro, pero, en realidad, no le cuenta nada; no parece que tenga nada profundo que decir, como tampoco lo tiene el autor del libro, por lo que, muerto Jonnhy, la segunda edición únicamente se diferencia de la primera por el añadido de una necrológica.

En los cuentos de Final del juego (1964), encontramos algunas de las descripciones más crueles de Cortázar, como por ejemplo "Las ménades", una auténtica pesadilla; pero también hay sátiras, como ocurre en "La banda", en el que su protagonista, cansado del sistema imperante en su país (clara alusión al peronismo), se destierra voluntariamente, como Cortázar hizo a París en 1951. En "Axolotl", tras contemplar diaria y obsesivamente un ejemplar de estos anfibios en un acuario, el narrador del cuento se ve convertido en uno más de ellos, recuperando de tal manera el tema del viejo mito azteca.

De Todos los fuegos el fuego (1966), compuesto por otros ocho relatos, hay que destacar "La autopista del Sur", historia de un amor nacido durante un embotellamiento, cuyos protagonistas, que no se han dicho sus nombres, son arrastrados por la riada de vehículos cuando el atasco se deshace y no vuelven ya nunca a encontrarse. Impresionante es asimismo el cuento que da título a la colección, en el que se mezclan admirablemente una historia actual con otra ocurrida cientos de años atrás.

En los también ocho cuentos de Octaedro (1974), lo fantástico vuelve a mezclarse con la vida de los hombres, casi siempre en el momento más inesperado de su existencia. Más cercanas a lo cotidiano y abiertas a la normalidad son sus tres últimas colecciones de relatos, Alguien que anda por ahí (1977), Queremos tanto a Glenda y otros relatos (1980) y Deshoras (1982), sin que por ello dejen de estar presentes los temas y motivos que caracterizan su producción.


Rayuela y la narrativa inclasificable

Pero es precisamente lejos del relato corto donde reside la huella revolucionaria e irrepetible que Julio Cortázar dejó en la literatura en lengua española, desde su novela inicial (Los premios, 1960) hasta la amorosa despedida textual de Nicaragua, tan violentamente dulce (1984). El momento álgido de esta propuesta innovadora que aniquilaba las convenciones genéricas fue la escritura de Rayuela (1963).

Protagonizada por un álter ego de Cortázar, Horacio Oliveira, Rayuela narra el itinerario de un intelectual argentino en París (primera parte) y luego en Argentina (segunda parte), para agregar, en la tercera parte y al modo de misceláneas, una serie de anotaciones, recortes periodísticos, poemas y citas que pueden intercalarse en la lectura de las dos primeras, según el recorrido que decida el lector, a partir de los dos que propone el autor.

Las desavenencias amorosas entre La Maga y Horacio Oliveira, los conflictos intelectuales de Horacio, una amplia red de referencias culturales, con el jazz en posición preferente, y la invitación a la participación del lector como coautor de esa obra abierta, encontraron en el clima de efervescencia cultural de la década de 1960 su perfecto campo de desarrollo. Rayuela ha quedado así como uno de los emblemas imprescindibles de la cultura argentina de ese momento, en el que la novela de Julio Cortázar ocupó un lugar central y fue objeto de toda clase de asedios y comentarios críticos.

Algunas de las sucesivas novelas de Cortazar fueron un intento de avanzar en la dirección de Rayuela: así, la titulada 62. Modelo para armar (1968) es un excelente comentario en paralelo, extraído de una propuesta sugerida en el capítulo 62 de su obra maestra. En el Libro de Manuel (1973), el experimentalismo deja paso a un intento de explicar la difícil convivencia entre el compromiso político y la libertad individual.

Por lo que respecta al género de los "almanaques", esa combinación específicamente cortazariana de todos los géneros en ninguno, es imprescindible referirse a títulos como La vuelta al día en ochenta mundos (1967) o Último round (1969). Tales volúmenes, de difícil clasificación, alternan el cuento con el ensayo, el poema y el fragmento narrativo o crítico. En este apartado merecen mención aparte las inefables Historias de cronopios y de famas (1962), graciosos y complejos personajes simbólicos con singulares actitudes frente a la vida, Un tal Lucas (1979), irónico retrato de un personaje de extraña coherencia, y el casi póstumo Los autonautas de la cosmopista (1983), irrepetible mezcla de diario de viaje y testamento de amor.

Fuente: Biografías y Vida


 

5 libros para conocer a Julio Cortázar

Si la obra de Jorge Luis Borges le otorgó dignidad internacional a la literatura Argentina, fue Julio Cortázar (Bruselas 1914 - París 1984) quien le brindó la libertad de la experimentación y el juego creativos. Aunque sus relatos, como los de Borges, gravitan en el terreno de la literatura fantástica, Cortázar logró ocupar un lugar central durante el siglo XX a partir de su uso desprejuiciado del lenguaje coloquial y la exploración del difuso límite entre la realidad y las fuerzas de la imaginación, el deseo y el inconsciente propios de la experiencia del surrealismo y de la influencia de autores franceses como Henri Michaux. Junto con sus relatos breves, que se cuentan entre los mejores de la literatura en español, desarrolló un proyecto novelesco en el que intentó, con resultados desparejos pero sin duda influyentes, renovar las reglas del género. Aunque el carácter lúdico de sus ficciones suele acarrearle el juicio de ser un autor "de iniciación" a la lectura, la literatura argentina le debe a Cortázar una importante renovación de sus temas y estrategias, el uso de la lengua y la cultura popular, la apropiación, en su exilio parisino, de vanguardias como el propio surrealismo o el posterior situacionismo, la influencia crítica de la semiótica, la influencia de los modos de la improvisación en el jazz, y el intento de ensayar una relación creativa y no sumisa entre la literatura y la política.

Final del juego

1956

Su tercer libro de cuentos, luego de los notables relatos de Bestiario (1951), es una colección de ficciones en la que ya se definen la mayor parte de las líneas narrativas que exploraría a lo largo de su vida. El juego formal de "Continuidad de los parques" es quizá su punto más alto de virtuosismo en la escritura. La estructura circular del relato lleva a un lector de una novela a seguir un enigma en cuyo centro se encuentra él mismo, una estrategia ejecutada con tanta sutileza que es imposible detectar el punto en el que el relato enmarcado desborda sus límites ficcionales para asaltar la realidad de la escena de lectura. "No se culpe a nadie" transforma la cotidiana tarea de ponerse un abrigo en una desesperante escena terrorífica en un relato de un solo párrafo de tensión creciente. En "La puerta condenada", Cortázar logra la ambigüedad perfecta entre la sugestión y la realidad que construye lo terrorífico, a partir del llanto de un bebé. "Torito" es su primer relato de "boxeadores" en el que inaugura una exploración pormenorizada del habla popular. En "Axolotl" y "La noche boca arriba", Cortázar ensaya dos de sus temas recurrentes los "dobles" y "los pasajes", en los que tanto los personajes, mediante el sueño o algún tipo de correspondencia secreta, se transforman en otros, o se trasladan a otra dimensión en el tiempo o el espacio. En el último relato, "Final del juego", cercano al universo narrativo de Silvina Ocampo, Cortázar explora el costado siniestro, libidinal y mortalmente serio del juego infantil.

Las armas secretas

1959

Luego de pulir hasta la perfección su manejo del relato breve, Cortázar explora nuevos territorios en su siguiente colección de cuentos. En "Las babas del diablo", un fotógrafo observa detenidamente una fotografía que tomó al azar en un parque. La observación cobra a cada detalle movimiento hasta que la trama secreta de un crimen inminente se desprende de la imagen congelada. El relato inspiró Blow up, un film de Michelangelo Antonioni paradigmático de la década de 1960. En el relato extenso "El perseguidor", Cortázar comienza la exploración que lo llevaría a su proyecto novelesco. Inspirado en la vida del saxofonista de jazz Charlie Parker, el cuento narra el camino de autodestrucción que sigue el artista en su abandono radical de las convenciones y necesidades de la vida cotidiana a la busca de una forma expresiva capaz de captar el instante, un tiempo fuera del tiempo.

Rayuela

1963

En una carta de 1960 a Paco Porrúa, futuro editor de Rayuela, Cortázar describe así el proyecto que tenía entre manos "El resultado será una especie de almanaque, no encuentro mejor palabra (a menos que 'baúl de turco...'). Una narración hecha desde múltiples ángulos, con un lenguaje a veces tan brutal que a mí mismo me rechaza la relectura y dudo de que me atreva a mostrarlo a alguien, y otras veces tan puro, tan poco literario... Qué sé yo lo que va a salir". Cuando se publicó, años después, la novela puso por fin en primer plano al escritor, y le otorgó un lugar central en la renovación de la literatura latinoamericana de entonces. Su estructura de partes intercambiables (capítulos "del lado de de acá", "del lado de allá" y los intercalados "de otros lados"), los encuentros y desencuentros entre románticos y trágicos de Horacio Olivera y La Maga, la bohemia del Club de la Serpiente, el jazz, la revisión de las vanguardias, dieron en la tecla con un espíritu de época que supo apreciar también el desenfado moral de su escritura, acaso lo que más envejeció con los años. Sobrevive en cambio las ideas sobre el arte como una forma de la experimentación con la vida y el sentido, un modo de releer las ambiciones de la vanguardia que se acerca más al empecinamiento solipsista de la pianista Berthe Trepat que a los errabundeos de la Maga.

62 modelo para armar

1968

Aunque en su momento pudo pasar un tanto desapercibida bajo el éxito aplastante de Rayuela, 62 Modelo para armar es quizá la novela más lograda de Cortázar. Pergeñada a partir de las ideas teóricas que había consignado en el capítulo 62 de Rayuela, la novela narra las conexiones intersubjetivas de un grupo de personas a un nivel que excede los códigos de comunicación cotidianos para adentrarse en un tipo de vínculo más intenso, que genera un lazo que trasciende los límites del tiempo y el espacio. El grupo de amigos aparece plasmado más como un solo sujeto colectivo que como personas individuales, un efecto que se crea a partir de la disolución de las marcas de la escritura que designarían quién habla, pero que permiten comprender el punto de vista a partir de la situación y el estilo. Esa sociedad utópica que conforman, se verá a su vez amenazada por la irrupción oscura de un deseo irresuelto, encarnado en la presencia a la vez metafórica y literal del vampirismo.

Queremos tanto a Glenda

1980

Luego de dedicar sus mayores esfuerzos de escritura a la novela, las prosas poéticas y ensayos y artículos en los que manifestaba su apoyo por la militancia revolucionaria de izquierda en Latinoamérica, Cortázar regresó, en los últimos años, a cultivar el cuento breve, donde siempre guardó sus mejores armas. Queremos tanto a Glenda es la mejor de estas colecciones finales. El relato más recordado, que da título a la selección, narra la creciente obsesión de un grupo de admiradores de la actriz Glenda Garson (nombre en clave apenas disimulado de la real Glenda Jackson) que expresan su devoción intentando manipular sus películas y hasta su vida para lograr la perfección de su obra. El libro tiene también otros excelentes cuentos como "Historia con migalas", "Tango de vuelta" y "Anillo de moebius", uno de sus relatos más extraños, exquisitamente escrito, y tan inquietante que podría resultar aún hoy políticamente incorrecto.

Fuente: La Nación


 

10 frases para celebrar los
102 años de Cortázar

El escritor Julio Cortázar logró reconocimiento y gran empatía con el público debido a la forma irreverente, original e ingeniosa de sus relatos.

Se conmemoran 102 años del nacimiento del célebre escritor Julio Cortázar, cuyas obras aún mantienen vigencia literaria.

TeleSUR rinde homenaje al creador de cuentos que siempre será recordado por “Rayuela”. Aquí te presentamos 10 frases inolvidables del escritor.

  1. “Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”.

  2. "Del sí al no ¿cuántos quizá?".

  3. “Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo”.

  4. “Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo”.

  5. “Cada vez sospecho más que estar de acuerdo es la peor de las ilusiones”.

  6. “Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos”.

  7. “¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo que la felicidad no es más que uno de los juegos de la ilusión?”.

  8. “Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte. Como el guante izquierdo enamorado de la mano derecha”.

  9. “Apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente”.

  10. “Como siempre, me costaba mucho menos pensar que ser”.

Fuente: TeleSur

 

 

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Editado por
Víctor Arrogante
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