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García Lorca. Ochenta años. Manuel Tirado
Ochenta años. Ochenta años hace ya de aquella
fatídica noche de agosto de 1936 en la que
asesinaron al poeta Federico García Lorca.
Ochenta años en que “se le vio, caminando entre
fusiles, por una calle larga, salir al campo
frío, aún con estrellas de la madrugada”, como
dejó escrito Antonio Machado, otra víctima del
régimen franquista, que murió solo y exiliado en
Colliure, tres años más tarde del comienzo de la
contienda. Ochenta años y Federico sigue siendo
un poeta sin tumba, un poeta enterrado en una
fosa común, como muchos otros represaliados
durante la Guerra Civil, esas fosas comunes que
son un vestigio más de ese castigo que los
vencedores impusieron sobre los vencidos, que
trataron de relegar a la masa, a lo desconocido,
al ingente amontonamiento de cadáveres apilados,
los nombres de cientos de personas que dieron su
vida por la libertad y la democracia en este
país.
Afortunadamente el nombre de García Lorca no se
le olvidó a nadie por mucho que lo trataron de
silenciar, porque su poesía quedó como testigo
de su existencia y de su genialidad.
No soy muy adepto a los homenajes rimbombantes
cuando de poetas se trata, ya que siempre he
pensado que el mejor homenaje que se le puede
hacer a un poeta es leer sus versos y tampoco me
acerco a la obra de un poeta sólo por su
ideología o por su azarosa biografía, pero el
caso de Lorca es especial. Y además es
representativo, ya que podemos hacer una
analogía perfecta con la Segunda República
Española; en ambos casos nos viene a la
perfección la frase: “lo que pudo ser y no
dejaron que fuese”.
Cuando no llegaba ni a los cuarenta años de edad
cortaron la vida y la obra de un poeta que había
llegado a unas cotas de lirismo excepcionales y
con su asesinato no nos dejaron disfrutar de su
futuras, y ya imposibles, obras. Con la
República pasó lo mismo. No dejaron florecer ese
grito de libertad del pueblo, esa explosión de
júbilo y cultura que se vio reflejada en las
misiones pedagógicas y en experimentos teatrales
como 'La Barraca', etc, ya que tras unos pocos
años de luz reflejados en la República, llegaron
más de cuarenta años de oscuridad, de dictadura,
de “pan y cebolla”, como diría Miguel Hernández,
cuarenta años de nacionalcatolicismo del que
desgraciadamente todavía sufrimos las
consecuencias.
Porque Lorca representaba todo los contrario a
esa España negra descrita por Solana en sus
cuadros, de esa España de incienso y procesión,
de achicoria y martes de carnaval, de curas
sentados a la mesa del señorito del pueblo
dilucidando el futuro de las almas de los pobres
jornaleros. ¡Ojo! Y Lorca participó de los
clichés que se relacionaban con la España de
siempre, esa España de toreros y cantaores de
flamenco que tanto buscan hoy en día los guiris
en las cuevas del Sacromonte granadino.
Lorca, Poeta maldito.
Pero la visión de Lorca de España y de Andalucía
era totalmente distinta a la habitual. Así lo
dejó escrito Francisco Umbral en su libro
'Lorca, poeta maldito', donde se esboza la idea
de que Lorca fue el único poeta maldito de la
poesía española, precisamente porque “es el
cantor de las tres grandes razas postergadas de
nuestra civilización: los gitanos, los negros y
los homosexuales.
Lorca, en Granada, está con los gitanos frente a
la Guardia Civil, frente al orden establecido.
Lorca,
En Nueva York, está con los negros, está con
Harlem frente a Wall Street. Lorca, en su
Oda a Walt
Whitman y en sus
Sonetos del
amor oscuro, libro póstumo, mítico e
inédito, canta a la pasión que no se atreve a
decir su nombre. Lorca es, radicalmente, un
hombre en contra”. Y ahí es donde radica la
diferencia.
Este es el Lorca revolucionario, el Lorca que
mataron por rojo y homosexual, el Lorca tan
lejano de esa España que trajeron Franco y los
curas, esos mismos que trataron de vestirlo y
simplificarlo a la imagen del voluble señorito
andaluz que tocaba el piano y escuchaba la
guitarra. Lorca es el poeta de los olvidados, de
los reprimidos, de los perseguidos, de los que
se sienten “asesinados por el cielo”, de los que
no caben en esta sociedad por amar distinto, por
ser distintos.
Es normal que quisieran acallar su voz. Es
normal que los que “le dieron café”, quisieran
enterrar su memoria en esa fosa común del
olvido. Pero no lo consiguieron. Y hoy, ochenta
años después, Lorca sigue más vivo que nunca en
sus versos, en sus conferencias, en sus obras de
teatro.... Porque el arte hace al poeta superar
la muerte y la memoria siempre será el paraíso
del que nadie podrá expulsar a nadie.
Fuente: nuevatribuna

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Lorca: el
poeta sin tumba
Tras dos intentos fallidos, en septiembre comienza
la tercera búsqueda de sus restos y los de sus
compañeros en la muerte
El poeta se había refugiado en casa de su amigo Luis
Rosales porque creía que la pertenencia de los cinco
hermanos a la Falange lo protegería. No fue así. En
la tarde del 16 de agosto de 1936 se lo llevaron
detenido al Gobierno Civil de Granada.
De allí lo sacaron al día siguiente en dirección al
frente. Lo mataron a tiros de madrugada, en algún
punto del camino entre Víznar y Alfacar. Por «rojo»,
por «maricón» o por rencillas familiares, según
quien lo diga. Lo enterraron junto a un maestro
nacional y dos banderilleros anarquistas hace 80
años. Y todavía lo andan buscando.
Quizá Federico García Lorca nunca tenga una tumba.
Al menos, no una sobre la que se pueda dejar unas
flores o una nota, como las de William Shakespeare,
Oscar Wilde o Antonio Machado. Y no por falta de
admiradores dispuestos a peregrinar hasta el
panteón: el autor de «Poeta en Nueva York» es,
posiblemente, el escritor español más universal
después de Cervantes, el símbolo del horror de
nuestra Guerra Civil en todo el mundo.
Pero la opinión de la familia es terminante: si
algún día se encuentran sus huesos, se quedarán
donde están. Es uno más. «No necesitamos saber
detalles, cuántos tiros le dieron a Federico», dijo
una vez Laura García Lorca, una de las cuatro
sobrinas vivas, que no ha querido participar en este
reportaje. La fundación que dirige negocia estos
días el traslado de todo su patrimonio al Centro
Lorca, un edificio de 23 millones de euros en pleno
centro de la capital de la Alhambra.
Oposición de la familia
El escritor Luis García Montero defiende la postura
de las herederas: sería una forma de proteger de la
especulación urbanística a las víctimas de la
sublevación fascista cuyos cadáveres se hallan
también en estos parajes, entre 300 y 8.000, según
la fuente. «Las leyes cambian, las corporaciones
cambian, los políticos se venden, y ese lugar solo
permanecerá defendido por el recuerdo de Lorca»,
afirma.
No todo el mundo lo ve así. El historiador Miguel
Caballero, impulsor de la excavación que comenzará a
mediados de septiembre en busca de los restos del
maestro Dióscoro Galindo, su camarada en la muerte,
recuerda que esa zona tiene doble protección, como
parte del Parque Natural de la Sierra de Huétor y
como vía pecuaria.
Cree que detrás de la oposición de la familia hay un
interés económico: según sus cálculos, las obras del
escritor pasarán al dominio público el 1 de enero de
2022, 80 años después de la inscripción de su
fallecimiento en 1941; si se encuentra el cuerpo y
un juez ordena un nuevo registro con la fecha
correcta, 1936, la familia perdería cinco años de
los suculentos derechos de autor de un artista cuya
obra literaria, musical y plástica sigue siendo
reeditada, representada e interpretada por todo el
mundo. «Lorca se ha convertido en una marca
comercial», lamenta.
«Socialista y masón»
Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre el
motivo del asesinato. Hace unos meses salió a la luz
un informe policial elaborado en 1965 a petición de
la escritora francesa Marcelle Auclair –nunca lo
recibió– en el que las autoridades franquistas
reconocían que Federico fue ejecutado por
«socialista y masón» y por «homosexualismo».
Aunque no militó en ningún partido, el poeta de
Fuente Vaqueros era un firme defensor de la
República, para la que trabajó como vocal de la
Junta Nacional de Música y Teatro y como secretario
del ministro Fernando de los Ríos. El alcalde de
Granada, Manuel Fernández Montesinos, fusilado pocas
horas antes que él frente a las tapias del
cementerio, estaba casado con su hermana Concha.
Hay quien sostiene que algunas de sus obras habían
levantado ampollas: una de las piezas de «Romancero
gitano» molestó a la Guardia Civil y con «La casa de
Bernarda Alba» ofendió a unos parientes con los que
su padre, próspero hombre de negocios, mantenía una
disputa por lindes de tierras. En el pelotón de
fusilamiento había dos familiares lejanos.
La noticia tuvo eco mundial. En octubre de ese mismo
año, H. G. Wells, presidente del PEN Club de
Londres, pidió explicaciones al Gobierno Militar. La
búsqueda de sus restos la inició en 1948 el
investigador galo Claude Couffon, en 1949 la
continuó el británico Gerald Brenan y en 1955, el
norteamericano Agustín Penon.
Hace medio siglo, el hispanista irlandés Ian Gibson
también comenzó una incansable misión que aún no ha
cesado: en base al testimonio que le ofreció Manolo
«El Comunista», que aseguraba haber participado en
el enterramiento, la Junta de Andalucía realizó en
2009 la primera excavación en Fuente Grande, junto
al parque en memoria de poeta. Removieron miles de
metros cúbicos de tierra durante más de dos meses.
Ni rastro.
Cinco años después, otro equipo, en esta ocasión
encabezado por Caballero, volvió a intentarlo en los
Llanos de Corbera, a 400 metros del sitio anterior.
La ubicación fue elegida esta vez siguiendo los
testimonios recogidos por el investigador Eduardo
Molina Fajardo, que sitúa allí la plaza de armas
donde formaban las tropas. Para el historiador, es
más probable que los testigos de aquellos hechos
trágicos –hoy todos muertos– dijeran la verdad a
alguien del bando franquista, como ellos, que a unos
investigadores extranjeros.
Otra pista que guió al equipo no vino de la parte de
los asesinos, sino de las víctimas: Isabel García
Lorca, hermana pequeña del poeta, dirigió en 1998
una carta indignada al alcalde de Alfacar –con copia
al presidente de la Junta y al «New York Times»–
quejándose de la «afrenta» que suponía el plan de
construir allí un campo de fútbol y una
urbanización, «justo donde fueron a caer miles de
hombres asesinados (...). También está ahí mi
hermano».
Las obras se pararon. En noviembre de 2014 se
realizó la segunda excavación. De nuevo,
decepcionante. Ahora, el mismo equipo vuelve a la
carga. Los investigadores han confrontado los
testimonios orales con cientos de fotografías aéreas
realizadas en 1937 por la República, y en 1945 y
1956 por el Ejército de Estados Unidos, imágenes de
prensa e incluso la acuarela de un artista. Han
registrado cada olivo arrancado, cada cambio del
terreno. Y realizaron un nuevo estudio de georradar
que detectó, a solo 20 metros de la zona ya
levantada en 2014, tres pozos de agua fallidos.
Tercer intento
Cuentan con luz verde del Ayuntamiento de Alfacar y
del parque natural. Y con la mayor parte de los
33.000 euros que necesitan para cavar en un área de
18 por 24 metros y a una profundidad de 4 a 7. Las
donaciones llegaron de todo el mundo a través del
«crowdfunding» y la aportará 5.000 euros.
En alguno de esos pozos esperan encontrar los cuatro
cadáveres. «No vamos a saltar por encima de la
voluntad de ninguna familia», subraya Miguel
Caballero. Si hay huesos, tomarán muestras de ADN de
cada cuerpo y las cotejarán con los familiares que
se presten; ya disponen de material genético de una
nieta de Galindo, el único al que podrían exhumar.
Si aciertan, a uno de los cadáveres le faltará una
pierna –el maestro de Pulianas era cojo– y otro
tendrá un defecto en los pies y un cráneo algo más
grande de lo normal. Ese sería Federico, la leyenda.
Fuente: ABC

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Federico García Lorca, 80 años después de su
fusilamiento, sigue siendo noticia
Repetimos los versos de Lorca todo el tiempo. “Verde
que te quiero verde”, decimos, dicen, sobre todo los
hinchas de equipos de fútbol de uniforme verde, sin
saber que la frase viene de un poema suyo, de Lorca:
‘Romance sonámbulo’.
Verde que te quiero verde/Verde viento/ Verdes
ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la
montaña… Verde que te quiero verde/ grandes
estrellas de escarcha, vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba…
Sus versos dejaron de ser suyos, para ser, entonces,
los versos del pueblo. Y ahí, dice la poetisa
venezolana radicada en Cali Betsimar Sepúlveda, está
parte de su inmortalidad.
Porque 80 años después de su fusilamiento (19 de
agosto de 1936) seguimos recordando a Lorca.
***
Federico García Lorca todavía es noticia. La más
reciente se conoció hace apenas días. Según la
Asociación Verdad, Justicia y Reparación existe un
corral de ganado, un establo, en la zona Peñón del
Colorado de Alfacar, en Granada, España, donde
estarían sus restos.
En el comunicado de prensa, la Asociación explica
que todo el terreno podría estar repleto de fosas
comunes de la Guerra Civil española en las que se
podrían encontrar los despojos de unos 2000
desaparecidos, víctimas del franquismo.
La Asociación Regreso con Honor, que se encarga
justamente de buscar esas fosas comunes de la Guerra
Civil, anunció que en septiembre próximo iniciará
las excavaciones para además de dar con los restos
del poeta, encontrar también a quienes, al parecer,
estaban junto a él cuando lo fusilaron: el maestro
de escuela Dióscoro Galindo y los banderilleros
Joaquín Arcollas Cabezas y Francisco Galadí.
***
Lorca murió muy joven, 38 años, y sin embargo, ya
era un poeta mundialmente conocido. Nació el 5 de
junio de 1898 en Fuente Vaqueros, un municipio de
Granada, y a los 17 tocaba el piano y estudiaba
Filosofía, Letras y Derecho. En 1928 fundó una
revista, Gallo, y en 1931 un grupo de teatro
universitario con el que recorrió su país, La
Barraca.
Y claro, escribía. Su primer libro en prosa fue
‘Impresiones y paisajes’ (1918), y diez años después
publicaría ‘Primer romancero gitano’, que tuvo muy
buena crítica y sobre todo, lectores. Versos con un
tono muy local, la cultura gitana, el folclor
andaluz. “Poeta costumbrista”, lo empezaron a
llamar. Y a él eso le incomodó.
“Los gitanos son un tema. Y nada más. Yo podía ser
lo mismo poeta de agujas de coser o de paisajes
hidráulicos”, escribió. “No quiero que me
encasillen. Siento que me van echando cadenas”.
Tal vez por eso ‘Poeta en Nueva York’, el poemario
que escribió entre 1929 y 1931, contiene a otro
Lorca, más moderno, más vanguardista, escribiendo de
la manera que nadie más lo había hecho hasta ese
momento, dice el escritor José Zuleta.
Aunque Lorca no solo era poeta, no solo era
dramaturgo. También fue un gran dibujante,
ensayista. Un artista integral, le ‘encasillan’.
Entre sus amigos estaban Luis Buñuel, Salvador Dalí,
el poeta Juan Ramón Jiménez y el compositor Manuel
de Falla y tantos otros intelectuales de distintas
artes que pudieron influenciarlo.
Cuando Lorca regresó a España en 1934 después de un
viaje a Nueva York, Cuba, Argentina y Uruguay, la
política se empezaba a caldear. Él, mientras tanto,
utilizaba su obra para sentar una posición, para
decir lo que pensaba.
Durante dos años recorrió España con La Barraca,
presentando montajes que representaban, como dice el
dramaturgo y director del teatro Esquina Latina de
Cali, Orlando Cajamarca, no a los que hacían las
leyes, sino a quienes debían soportarlas. Un mes
antes de su muerte Lorca escribió ‘La casa de
Bernarda Alba’ que retrata el machismo de la
sociedad española de entonces y de la humanidad
entera, por ejemplo, cuando ser homosexual era
(¿era?) una ofensa. La militancia que, tal vez,
incomodó a ciertos generales.
El 14 de julio de 1936 Lorca llegó a Huerta de San
Vicente, la finca de la familia. Tres días después
se produjo la sublevación militar contra La
República, el régimen democrático que dirigía a la
España de entonces. El 20 de julio sucedió la toma
de Granada. Al frente de los militares golpistas
estaba un hombre llamado Francisco Franco, quien
recibiría apoyo de otros dictadores, Hitler y
Mussolini. Fue cuando empezó la Guerra Civil
Española. Cuando terminó, en 1939, se inició la
dictadura franquista que duró 36 años.
Según su biógrafo, Ian Gibson, a Lorca, entonces,
lo acusaron de espía, secretario del dirigente de
izquierda Fernando de los Ríos y homosexual. Esas
eran ‘razones’ suficientes para detenerlo. En un
pueblo de la provincia de Granada llamado Víznar
pasó encarcelado su última noche. El 19 de agosto lo
fusilaron. Su cuerpo fue arrojado a una fosa hasta
ahora desconocida.
Según la historia, Juan Luis Trescastro, uno de sus
ejecutores y familiar del padre de Lorca, dijo
haberle pegado dos tiros en las nalgas “por
maricón”.
Gibson, en una entrevista concedida al periodista
Alejandro Torrús, del diario Público, agregó sobre
la muerte de Lorca.
- Lo mataron por rojo, por homosexual
y también por envidia. La envidia mata. Sin
televisión, el poeta ya era un hombre famoso y una
figura internacional. Había triunfado en Buenos
Aires y en Nueva York.
El
Defensor de Granada,
diario progresista, lo pone por las nubes. El
Ideal,
el periódico de editorial católica, ni menciona a
Lorca. Ya hay una Guerra Civil en la prensa. Además,
tiene en contra la historia de su familia. Su padre
era un terrateniente muy rico gracias a la remolacha
de azúcar, pero era un liberal, muy amigo de
Fernando de los Ríos, que tenía enemigos mortales
dentro de la CEDA (Confederación Española de
Derechas Autónomas). Obviamente, Franco no mató a
Lorca personalmente, pero lo mató el nuevo régimen.
Y, ojo, Lorca ayudó a derribar el régimen de Franco.
Tras años de censura, el régimen tuvo que publicar
las obras de Lorca. Había un clamor para leer a
Lorca y Franco tuvo que ceder. Se rindió y dio
permiso a Aguilar para publicar las obras completas,
que luego no eran completas.
El escritor Juan Gustavo Cobo Borda, quien escribió
una semblanza de Lorca que se encuentra en un libro
publicado por la Universidad Autónoma de
Bucaramanga, ‘Retrato de poetas’, dice que en el
caso de la muerte de Federico en realidad tuvo que
ver todo: su homosexualidad en la época, pertenecer
a una clase española pudiente, ser un señorito que
se había formado en la famosa Residencia de
Estudiantes en Madrid. Aquello lo hacía sospechoso
en la España de entonces, lo ponía en la mira de
ciertos militares y de los ‘bien pensantes’. Como
una cruz de la que no lo pudieron salvar ni siquiera
amigos como el poeta Leopoldo Panero, que era
pariente de Carmen Polo, la esposa de Franco.
***
Si muero, dejad el balcón abierto. /El niño come
naranjas. (Desde mi balcón lo veo)./El segador siega
el trigo. (Desde mi balcón lo siento). /¡Si muero,
dejad el balcón abierto!
‘Despedida’, de Federico García Lorca.
***
Cuando la poetisa Betsimar Sepúlveda escuchó la
frase que se repite como refrán popular, “verde que
te quiero verde”, quiso saber su origen. Un niño es,
sobre todo, alguien curioso. Y como en su niñez no
había Internet, se fue a los libros. Entonces
descubrió a Lorca. Y lo que primero le llamó la
atención fue la musicalidad de sus versos. Federico,
por cierto, también era músico.
- Quedé atrapada en ese ritmo. Y luego por supuesto
me identifiqué con sus luchas, con su militancia
política, de género, y quedé prendida no solamente
del Lorca como poeta, sino del Lorca como hombre.
Cada autor tiene una especie de escritor totémico.
Nos ponemos bajo la luz de un maestro. O de varios.
Yo particularmente tengo como un altar propio de
varios escritores, en el que está García Lorca. Él
es de esos escritores a los que siempre le voy a
rendir culto, porque le debo mucho.
¿Qué sucede con su poesía? Es consecuente. Es decir:
cada poeta debe ser consecuente tanto en la manera
como vive, como piensa, como en la manera en que
escribe. Y eso es García Lorca. Como vivía,
escribía. Aún con ese monstruo que tenía encima
haciéndole mella, fue un militante activo con su
obra. No en vano murió en su ley. Fue asesinado no
solamente por su condición sexual sino también por
su condición intelectual, artística.
A los totalitarismos no le gusta la gente ‘sentipensante’,
como decía Eduardo Galeano. Gente que no separa la
razón del corazón, que siente y piensa. Y eso era
García Lorca. Al ser humano lo salva de la muerte,
del olvido, el tamaño de la huella que deja. Y Lorca
lo hizo en ambos sentidos: dejó huella con su obra,
pero también con su militancia. Cuando un autor no
es consecuente termina cayendo. Eso no se puede
sostener. Como dioses con pies de barro. A Lorca
entonces lo sostienen su vida y su obra.
***
Como los grandes hombres, sin embargo, no todos lo
aman, no todos admiran sin reparo a Lorca. En el
libro ‘El Palabrista’, textos recogidos por Esteban
Peicovich, se lee lo siguiente.
“Jamás me gustó Lorca. Vi ‘Yerma’ y la encontré tan
estúpida que me marché del teatro. No podía
soportarlo. Lorca no era un pensador, pero creo que
tenía un don para las palabras. Su mundo era un
mundo prácticamente de palabras. Un mundo de
metáforas chocantes. Charlé con él en Buenos Aires.
Me pareció un hombre que actuaba, que representaba
un papel. Yo he vivido en Andalucía y los andaluces
no son nada así. Tal vez pensó que en Buenos Aires
debía mantener ese personaje. Bueno, pues cuando yo
conocí a Lorca, él era un andaluz profesional.
Quería deslumbrarnos. Me dijo que estaba muy
preocupado por un personaje muy importante del mundo
contemporáneo. Un personaje en el que se podía leer
toda la tragedia de Estados Unidos. Siguió hablando
de esa manera hasta que le pregunté cuál era ese
personaje. Resultó ser Mickey Mouse. Supongo que
intentaba hacerse el vivo”.
Firma: Jorge Luis Borges.
***
El dramaturgo Orlando Cajamarca está del lado de los
que admiran incondicionalmente a Lorca. Incluso cada
5 de junio, cuando se celebra el natalicio del
poeta, presenta en su teatro, Esquina Latina, una
obra en su honor. La muerte, en cambio, no la tiene
tan presente.
-Soy
de celebraciones, no de conmemoraciones.
Cajamarca calcula que empezó a leer a Lorca en el
bachillerato, y sus versos los utilizó para
conquistar sus primeros amores, “mis primeros
intentos de seducción”.
Después esos versos, la obra lorquiana en general,
influenciaron su dramaturgia. Tanto que Cajamarca
quiso rendirle una especie de tributo, un
agradecimiento, con una obra que se llama ‘Elegía…
Lorca’, Premio Iberoamericano de Dramaturgia
Alejandro Casona, Principado de Asturias, 2004.
Es la historia de un hombre que, como Orlando
Cajamarca, busca desesperadamente a Federico, se
busca a sí mismo como creador recorriendo el mundo
del poeta español.
- Lorca ha sido como un faro en mi vida. Su
influencia es integral, tanto con su obra como en la
manera de vivir. Sus textos, la potencia de su
dramaturgia, al igual que su posición contestataria.
En la obra que escribí sobre él, de alguna manera,
me reflejo. Es una imagen especular, que parece pero
que no es. El personaje que busca a Lorca es
metafóricamente la misma búsqueda del arte. Uno
siempre está buscando el punto de llegada y nunca lo
encuentra. Por fortuna eso hace parte del espíritu
artístico. Nunca se está satisfecho. El arte es un
camino de incertidumbre. Y el espíritu lorquiano es
ese.
Pero definitivamente las obras dan cuenta de uno, y
en este caso da cuenta de esa ansiedad que tengo tan
tenaz de capturar el espíritu lorquiano.
Lorca, pese a su muerte prematura, además, dejó una
vasta obra. Fue prolífico. Típico de los grandes
hombres. Uno se siente mal, incluso. Pasa y pasa el
tiempo y no ha hecho ni la milésima parte de estos
grandes personajes. Por desgracia todos estos
personajes maravillosos mueren jóvenes. Es una
paradoja de la vida. Y muchas veces la muerte
temprana mitifica, porque deja vacíos y esos vacíos
los llena el mito.
Eso sucede con personajes que son dimensionadas en
lo que les faltó hacer. Eso se cumple en el escritor
caleño Andrés Caicedo, por ejemplo. Es un personaje
muy grande, muy importante, pero el mito ha llenado
lo que hubiera podido hacer y no hizo. En el caso de
Lorca su obra fue muy prolífica para su edad. Y
también un elemento muy importante fue que su
posición ante el mundo, el tomar partido no por los
que hacen las leyes sino por los que las padecen,
que es un sentimiento de grandeza, también lo
inmortaliza.
***
Federico García Lorca, entonces, sigue siendo
noticia. Otra de las más recientes tienen que ver
con su legado: manuscritos, obras de arte,
partituras, dibujos que están avaluados en 22
millones de dólares.
Los objetos se encuentran en la Residencia de
Estudiantes, en Madrid, a cargo de la Fundación
García Lorca dirigida por la sobrina del poeta,
Laura. El gobierno español, sin embargo, destinó un
centro en Granada que está recién construido - es a
pruebas de terremotos - y que tiene como propósito
proteger la memoria de Lorca.
Entre la familia del poeta y el gobierno aún no se
han puesto de acuerdo sobre quién controlará el
centro. Y en la misma Fundación hay problemas. El
gerente está siendo investigado por un juez debido a
una mala gestión de recursos públicos. Fue la misma
presidenta de la Fundación García Lorca, Laura,
quien lo denunció.
Un año después de haber sido abierto el centro para
la conservación de la memoria de Lorca en Granada,
continúa vacío.
***
Lorca fue también un conferencista prodigioso que
se enfrentaba a temas enigmáticos: el significado
del duende en la poesía, los secretos del alma
gitana, los faraones, dice el poeta Juan Gustavo
Cobo Borda.
Lorca tenía eso. Era un ser misterioso, como
poseído, y con un espíritu de la amistad muy
travieso que se deja ver en las cartas que le
escribió al periodista y escritor colombiano Jorge
Zalamea, quien aseguraba que Lorca, como buen
gitano, tenía cualidades adivinatorias, intuitivas.
En una ocasión, de hecho, cuando Lorca conoció al
presidente Alberto Lleras - se lo presentó Zalamea
- no le dirigió la palabra. Zalamea le preguntó qué
había pasado, y Lorca le dijo: “no me gustan los
animales de sangre fría”. Alberto Lleras resultó ser
un político distante, sin carisma.
La relación de Lorca con Zalamea es de las pocas
relaciones directas entre el poeta y Colombia,
aunque su obra ha permeado a las obras de autores
colombianos. ‘La Casa Grande’, la única novela de
Álvaro Cepeda Samudio, se inspiró en parte en la
‘La Casa de Bernarda Alba’ de Lorca que, dice el
escritor José Zuleta, fue un ‘contaminador’. Inspiró
a otros a arriesgarse, o a imitarlo. Arriesgarse,
porque hacía cosas que nadie hacía, como rimar un
apellido.
Juan Gustavo Cobo Borda dice:
-A mí lo que me parece es que tras su muerte, Lorca
pasó a representar el símbolo del poeta contra un
poder infame. Y como pasa siempre, los políticos
demagogos, altisonantes, dictatoriales, la historia
los arroja al basurero que se merecen. En cambio,
solo siguen subsistiendo los versos.
***
No quise. No quise decirte nada. Vi en tus ojos dos
arbolitos locos. De brisa, de risa y de oro. Se
meneaban. No quise.
Federico García Lorca.
Fuente: El País

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Pablo Neruda habla
sobre Federico García Lorca |
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Federico
García Lorca: 1936-2016
Textos inéditos de:
Caballero Bonald
Clara Janés
Luis Antonio De Villena
Luis García Montero
Antonio Lucas
Felipe Benítez Reyes
Manuel Vilas
Lorenzo Oliván
Julieta Valero
En la madrugada del 18 de agosto de hace 80 años fue
fusilado uno de los escritores con mayor talento del
siglo XX. Su muerte en las primeras horas de la
guerra civil le convirtió en una leyenda que aún
pervive. Quebró con Poeta en Nueva York el verso que
se escribía entonces y fue autor teatral de éxito.
EL MUNDO homenajea su figura con la publicación de
nueve textos inéditos, entre los que figura el
Premio Cervantes José Manuel Caballero Bonald y seis
poemas de otras tantos poetas fundamentales en las
letras de hoy.
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La refundación del lenguaje, por Caballero Bonald
De las diversas aproximaciones a la poesía de García
Lorca, elijo la que concierne a su extraordinaria
capacidad de refundación lingüística. Es ahí
propiamente donde el poeta alcanza su más acrisolada
singularidad creadora. Desde un primer momento,
desde Poema del cante jondo, García Lorca consigue
algo artísticamente esencial: la modificación del
significado de las palabras a medida que se
incorporan al poema. Es un trasvase aparentemente
subordinado a los dispositivos poéticos habituales,
pero que en este caso responde a una compleja
mudanza semántica. Las palabras más comunes, al ser
trasferidas de determinado modo al curso de la
poesía, tienden a desbordar su más consabida
significación. El prodigio se ha verificado: las
palabras dicen ya algo distinto, mucho más sugestivo
por sorprendente, de lo que consignan los
diccionarios. El pensamiento lógico queda invalidado
por la intuición imaginativa. Lo insólito ha
desplazado taxativamente a lo rutinario.
Semejante facultad sitúa a García Lorca en ese
eminente trayecto de la historia de la poesía en
lengua española que va -pongo por caso- de Juan de
la Cruz a Juan Ramón Jiménez, de Góngora a César
Vallejo, de Quevedo a Neruda y se perpetúa a raíz de
una particular transfiguración del lenguaje poético.
En el Cántico espiritual, en las Soledades, en
Animal de fondo, en Trilce, en las Musas, en
Residencia en la tierra, se estabiliza de diferentes
modos un mismo paradigma verbal, ese que también
afecta a García Lorca y viene a elevar su idioma
poético a un rango de extrema seducción. No es que
el poeta fuera asimilando esa facultad a medida que
avanzaba su obra, sino que la llevaba implícita
desde siempre en sus modales comunicativos, en su
manera de observar el mundo.
La palmaria potencia metafórica de García Lorca
tiene algo que ver con todo eso. Viene a ser una
consecuencia directa de ese dinamismo léxico que
constituye el fundamento formal de su poesía. La
designación de los objetos, la exteriorización de
las sensaciones, son sometidas -por así decirlo- a
un natural proceso de reajustes lingüísticos. El
autor del Llanto, de Poeta en Nueva York, pero
también de no pocos romances y canciones, junta de
pronto unas palabras que nunca habían tenido la
menor conexión y rompen así un sello: perpetran una
nueva realidad, descubren un mundo desconocido. Los
ejemplos son copiosos y pueden elegirse al azar:
"tienen, por eso no lloran, / de plomo las
calaveras", "como todos los muertos que se olvidan /
en un montón de perros apagados", "debajo de las
multiplicaciones / hay una gota de sangre de pato",
etc. etc.
La fascinación manifiesta que proporciona la poesía
lorquiana tiene pues su origen en lo que he llamado
la refundación del lenguaje. El hecho de que haya
palabras que acuden al poema para dotarlo de un
nuevo sentido, de una nueva noción del mundo,
traspasa también su poder modificador a las
imágenes. Lorca tiende a descoyuntar la secuencia
racional del poema en beneficio de esas
significaciones desconocidas. Cada imagen altera el
orden de la realidad. El irracionalismo hace ya las
veces de desvelador de los secretos estacionados en
los entresijos del lenguaje. Incluso el carácter de
la Andalucía que propone el poeta ha dejado de ser
histórico para transformarse en mitológico. De ahí
se infiere esa insufrible e irrisoria frustración de
todos aquellos que han pretendido secundar a un
poeta sin segundo.
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Lorca, la fama y el mito, por Luis Antonio de
Villena
Creo que la mayoría sabe hoy que Federico García
Lorca (1898-1936) fue mientras aún vivía el miembro
más famoso y popular de su hoy tan célebre
generación. Es posible que -un tiempo- el prestigio
mayor lo tuviera Jorge Guillén, poeta muy original y
catedrático de Literatura. Pero sin duda a partir
del estreno de su drama Mariana Pineda (1927) sobre
la heroína republicana de Granada, el fervor fue
para Federico. Mucho más popular que hoy, el teatro
era en esos años -sobre todo si lo interpretaban
actores célebres, como Margarita Xirgu- un muy
fuerte medio de popularidad.
Si pensamos que en la época de su trágico asesinato
García Lorca tenía algunos libros o conjuntos de
poemas inéditos (sin ir más lejos Poeta en Nueva
York, del que sólo habían salido poemas en revistas
y una plaquette en 1935 con la Oda a Walt Whitman)
es evidente que la fama de Lorca venía de su
alargada sombra como poeta -su teatro se calificaba
de poético- pero aplicada a la dramaturgia que
triunfó también en la América Hispana, singularmente
en Argentina, donde el propio Lorca estuvo. Yerma,
Bodas de sangre y la última, La casa de Bernarda
Alba son en realidad, viviendo su autor, el sostén
más literario de su indudable fama. Y como esta es
un fenómeno poroso y plural, sobre todo cuando entra
la popularidad, es obvio que lo que se dijera del
autor contaba -como cuenta hoy- asimismo.
Se sabía el carácter muy alegre o melancólico de
Federico, y naturalmente se comentaba su
homosexualidad, aunque el tema sólo pasó de la
comidilla (y acaso de su muerte) porque es bien
sabido que su familia desaprobaba esas cosas -no
ahora sus sobrinas, que no lo conocieron- y Federico
sufrió ese ser y no ser de su condición. Si pensamos
en nombres hoy muy conocidos de esa generación,
amigos además de Federico, uno a la larga Premio
Nobel, Vicente Aleixandre, o el gran Luis Cernuda,
hemos de convenir que entonces -antes de la Guerra
Civil- sólo eran conocidos de una minoría literaria,
mientras que Lorca era realmente famoso, incluso en
parte como lo entendemos hoy.
El libro de poemas más célebre (y exitoso) que Lorca
publicó en vida fue Romancero gitano (1928), que a
mí me parece de una finura y de calidad
extraordinarias y donde el elogio a la belleza
varonil late doquier a la vez que la defensa de un
pueblo marginal y pansexual: los gitanos. Pero es
bien sabido que el éxito y hasta casi la divulgación
en coplas basadas en ese mundo de tal libro
(canciones de Rafael de León como Ojos verdes)
terminó cansando a Federico a quien le agobió la
etiqueta de "cantor de los gitanos". No lo era, o no
al menos como lo sugería, demasiado denotativa la
frase. Su defensa de la marginación pasó en Nueva
York de los gitanos a los negros, que bajo las
diferencias tenían mucho en común, por ejemplo una
sexualidad abierta, generosa. Una vez Rafael
Martínez Nadal, profesor en Inglaterra y uno de los
mejores amigos de Lorca, me dejó ver una breve carta
manuscrita (una cuartilla por ambas caras) que
Federico le envió desde NY narrándole, en unas
expresivas pinceladas, una orgía con negros. Al
final de la carta se podía leer: "Cuando la leas,
rómpela". Era de 1930 y entonces quizás hubiera sido
normal que la rasgara, pero ¿a fines de 1981, cuando
yo la leí? Rafael la había guardado muchos años con
devoción -esa y otras muchas cartas- pero el dueño,
que me había hecho el cumplido de mostrármela y
dejarla en mis manos, me aseguró que algún día la
rompería. Sigo sin entender y hace ya no pocos años
que Martínez Nadal murió. ¿Qué se hizo de esas
cartas más secretas? Yo no lo sé y nadie hasta hoy
me ha dado respuesta. Todo es posible.
La fama de Lorca era tanta que cuando llegó a Buenos
Aires en 1934 la prestigiosa Sur, que era como decir
Victoria Ocampo, tiró una edición de Romancero
gitano con muchos ejemplares (no sé si todos)
firmados por el autor. Está claro que se celebraba
al poeta, aunque el viaje lorquiano tenía más
relación con las conferencias y el teatro. Es cuando
dicen que en alguna entrevista radiofónica -le
hicieron muchas- podía conservarse la hoy
desconocida voz de Federico. Lo malo es que, al
parecer, no vive ya nadie que conociera o
identificara la voz para siempre ignota de Lorca.
¿El mito no es la consecuencia máxima y postrera de
la fama? Sin duda. Pero yendo más allá. Como muerto
trágico -asesinado en una guerra civil, le llamaron
"rojo y maricón"- y muerto joven, tenía 38 años
recientes, Federico cumple las leyes del mito.
Es un altísimo poeta, no se duda, pero es muy
posible que sin esa muerte trágica que conmocionó al
mundo, la fama hubiera crecido más; pero el mito,
auténtica esencia de la inmortalidad, no hubiese
llegado nunca. Y Federico es un mito. Algo que parte
de la fama pero la supera. José Saramago decía que
la grandeza enorme de Pessoa había terminado
suponiendo como un valladar para los sucesivos
poetas portugueses. Como si Pessoa cerrara ese
Olimpo. Algo semejante se dijo años atrás del mito
Lorca, inmenso, y la posterior poesía española. Pero
si ese efecto barrera de algún modo existió para el
extranjero, hoy no es así. Federico es un mito y un
gran poeta, pero el agua mejor de la poesía española
fluye ya con todas sus riquezas bajo ese puente
singular... ("Vuelan en la araña gris/ siete pájaros
del prisma").
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Se
quedó el agua desnuda, por Clara Janés
Creo que pocos poetas de mi generación y de
generaciones inmediatas podrían negar la presencia
de Lorca como el paisaje preponderante que acompañó
sus orígenes. Algunos lo han confesado, otros no,
pero lo cierto es que para los que nos lanzamos a
partir de los 60 del siglo pasado, sus poemas fueron
una de las primeras cartillas. Inolvidables para mí
son las reuniones en cafés con mis compañeros de la
Universidad de Barcelona, donde se trataba ante todo
de leer a Lorca en voz alta. Yo llegué a más:
escribí en mis zapatos blancos de verano unos versos
de Federico, en uno "¡Ay que trabajo me cuesta
quererte como te quiero!"; en el otro, "¡Por tu amor
me duele el aire, el corazón y el sombrero!".
También fui protagonista de un proyecto del entonces
estudiante, hoy reconocido pintor, Julián Grau
Santos, que consistía en una exposición entera sobre
el Romancero gitano. Hizo el boceto completo, con
guache, página a página, en mi libro -un tesoro por
su belleza-, y en él yo soy Soledad Montoya y la
Virgen que acompaña al romance de San Gabriel...
Años más tarde, esta presencia viva de Lorca se
produjo a través de dos de sus amigos, que fueron
grandes amigos míos: Rafael Martínez Nadal y
Marcelle Auclair. Conocí a la segunda cuando buscaba
datos para su En fances et mort de Federico Garcia
Lorca, que empieza con una Introduction a la mort
donde habla del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías y
da muchas claves: detalles de aquella corrida
última, sucesos posteriores, recuerdos de Ignacio de
sus primeras tentativas, cuando, contando 16 años,
se iba a torear vaquillas sin testigos, pero con el
aplauso de los olivos agitados por el viento que le
hacía levantar la mano y saludar, lo que explica el
último verso del poema: "y recuerdo una brisa triste
por los olivos".
A cada pregunta concreta que hacía yo a Marcelle
sobre Lorca, me contestaba: "Llama a Rafael". Así
fue como un día, sin más, marqué el número de Rafael
Martínez Nadal de Londres. Desde aquel momento,
cuando venía a Madrid, cenar en el Olivar de
Castillejo con él y su mujer, Jacinta, y muchas
veces los hermanos de ésta, David y Leonardo, Rosa
Chacel, Jeannine Mestre, José Luis Gómez o el
escultor Juan Haro se hizo habitual. Rafael recitaba
a Federico, y sus imágenes volaban por encima de las
jaras y las retamas... Todo tenía un sentido
secreto. Era un poeta tan universal y fuerte que en
cualquier lengua caía de pie... Bien comprobé yo
esto cuando me lo recitó en farsi el gran Ahmad
Shamlu, que, a través de Lorca, llevó a cabo la
modernidad de la lírica en su país.
Aún los veo a todos, atentos a la palabra. Y la
sonrisa destella en cada hoja tocada por la noche
luminosa mientras la llama de una vela oscila sobre
la mesa junto a la fruta y una ráfaga de viento mece
las sombras del ramaje. Y es la felicidad esa
armonía, siempre bajo el ala del poema, mientras
Rafael recita:
Eran tres
(vino el día con sus hachas.)
Eran dos
(alas rastreras de plata.)
Era uno.
Era ninguno
(se quedó desnuda el agua).
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Diez pistas para no perderse
en la búsqueda de Lorca
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El rastreo se centra en el Peñón del
Colorao, en una parcelita con suelos de
relleno por un proyecto de campo de
fútbol, y está previsto que se incien
este lunes
-
El terreno está irreconocible ochenta
años después, lo que dificulta la
búsqueda, con un presupuesto de algo más
de 30.000 euros
-
Si aparecen restos, el equipo
arqueológico debe informar al juzgado de
guardia y a la Junta de Andalucía
Dos nietas del maestro republicano
Dióscoro Galindo, asesinado y
supuestamente enterrado junto a Federico
García Lorca entre Víznar y Alfacar
(Granada) en la madrugada del 17 al 18 de
agosto de 1936, han impulsado la búsqueda
de los restos de su abuelo, que puede
llevar a su vez hasta el poeta de Fuente
Vaqueros. Se han cumplido ya 80 años de su
fusilamiento. A partir de los planes de
trabajo, investigaciones históricas,
testimonios y estudios geoarqueológicos
que fundamentan la búsqueda,
infoLibre
desentraña las
claves del
tercer intento de
encontrar la fosa de Lorca, la víctima
más emblemática de la Guerra Civil.
1. ¿Dónde se busca?
El lugar de actuación se encuentra en el
paraje denominado Los Llanos de Corbera o
Peñón del Colorao, en la parcela catastral 10812A00900029 del
término municipal de Alfacar, a la altura
del punto kilométrico 4,5 de la carretera
local de Granada 3101, en terrenos de
titularidad pública dentro del Parque
Natural de Sierra de Huétor.
Según el plan de trabajo del arqueólogo
director de los trabajos, Javier Navarro,
la zona más probable para el hallazgo es
"un
área de 10 x 18 metros", una superficie sobre una plataforma de rellenos
(de entre 5 y 8 metros, según las
distintas investigaciones) colocados en su
día para la construcción de un
campo de fútbol que no se llegó a realizar.
La zona en cuestión está pegada a otra en
la que ya se realizó una
búsqueda fallida en 2014, y a unos 400 metros del punto del
actual Parque García Lorca en el que se
excavó también sin éxito en 2009. La
búsqueda fallida de 2009, la que alcanzó
mayor repercusión pública, se basó en el
testimonio de Manolillo
el
Comunista,
recogido por los investigadores Agustín
Penón e Ian Gibson.
2. ¿Por qué se busca ahí?
La búsqueda se basa en la reconstrucción
de los hechos del periodista falangista
Eduardo Molina Fajardo,
publicada en 1983. El libro
Las trece
últimas horas en la vida de García Lorca,
del historiador Miguel Caballero,
publicado en 2011, realiza una
comprobación documental de los testimonios
recogidos por Molina Fajardo, al tiempo
que amplía la investigación. Caballero,
impulsor de este proceso de búsqueda junto
al arqueólogo Navarro y a las nietas de
Dióscoro Galindo, fundamenta la posible
ubicación de la fosa en el testimonio del
general José María Nestares, capitán
responsable del frente de Víznar cuando
fue asesinado Lorca, el de su hijo
Fernando Nestares y de los falangistas
Joaquín Espigares y Pedro Cuesta, entre
otros.
"Todos los testimonios, prestados por
distintas personas, en diferentes épocas
y sin conexión personal entre ellos, dan
verosimilitud al probable lugar de la
ejecución, y apuntan a unos
pozos abiertos en
la cabecera del denominado campo de
instrucción, que era donde las tropas del
sector realizaban las maniobras de
instrucción militar", escribe Miguel
Caballero en su libro sobre las últimas
horas de Lorca. "Esto se debía a que era
el único sitio cercano al cuartel del
Palacio Moscoso de Víznar lo
suficientemente llano para tal tarea", añade
Los testimonios coinciden en que eran unos
pozos ovalados, que se cavaron para la
extracción de agua,
posiblemente para abrevar el ganado. Pero
la búsqueda de agua no dio resultado o lo
dio por muy escaso tiempo. En esos pozos
es donde se va a buscar.
3. ¿Cómo ha cambiado el terreno desde
1936?
La zona ha sufrido
modificaciones sustanciales a finales de los 80 que dificultan
el proceso de búsqueda, según José Luis
Peña, catedrático emérito de Geografía
Física de la Universidad de Zaragoza, y
Marta Sampietro, directora del Laboratorio
de Geoarqueología de la Facultad de
Ciencias Naturales de la Universidad
Nacional de Tucumán (Argentina), que han
elaborado un estudio geográfico y
cartográfico de la zona.
Su informe se
realiza a partir de los testimonios sobre
la posible ubicación de las fosas
existentes en la zona del Peñón del
Colorao y sobre la información estratigráfica
resultante de la
excavación anterior llevada a cabo en 2014, también
liderada por el arqueólogo Navarro y el
investigador Caballero. Los cambios
producidos en la zona desde 1936, y
especialmente desde 1997, "son de gran
magnitud y generan problemas
para la ubicación espacial de
cualquiera de los testimonios existentes
hasta el presente," señalan Peña y
Sampietro en su informe.
La mayor parte del
olivar que existía en las inmediaciones
del Cortijo Pepino –lugar recurrente en
los relatos sobre las últimas horas de
Lorca–
ha desaparecido. Dicho cortijo ha cambiado de dimensiones. La zona
se ha utilizado como
pista de motocross. La
ladera ha sido removida y sus materiales
trasladados para generar la explanada
sobre la que se asentaría el campo de
fútbol de Alfacar, que no se construyó.
"Todas estas intervenciones dieron por
resultado un
nuevo paisaje cuya
restitución total a las condiciones
originales es compleja pero factible con
la metodología adecuada", señala el
informe.
4. ¿Cuál es el método de trabajo?
El plan de trabajo
establece el inicio de la búsqueda el
19 de septiembre, si bien esta fecha no puede ser determinada con
total seguridad. Lo primero será proceder
al movimiento de los materiales de
relleno. La tierra extraída será
desplazada y acopiada en la zona de ladera
que fue excavada para la obtención de
dicho relleno.
Posteriormente el
equipo arqueológico intentará detectar los
cambios de coloración y textura
en el primer estrato geológico
que se encuentre inalterado, con el objeto
de localizar los pozos, para lo que se
realizará una nueva prospección geofísica
sobre la base de los puntos obtenidos en
el estudio geográfico y cartográfico de
Peña y Sampietro. En caso de localizarse
los pozos, se procederá a delimitarlos y
se realizarán sondeos
arqueológicos en el interior de los mismos para detectar la presencia de
restos humanos.
Al finalizar la
actuación arqueológica –y la
exhumación en su caso de los restos humanos existentes– el equipo de
investigadores repondrá la tierra retirada
y compactará el terreno afectado.
Está previsto que
todo el proceso de búsqueda en Alfacar
dure
entre tres y cuatro semanas, aunque
el calendario seguramente variará por
condiciones climáticas, resultados que se
produzcan –o no–,
prescripciones legales e imprevistos.
5. ¿Quién busca a Lorca?
La búsqueda es impulsada fundamentalmente
por
Nieves García,
nieta de Dióscoro Galindo, asesinado y
posiblemente enterrado junto a Lorca y los
banderilleros anarquistas Joaquín Arcollas
y Francisco Galadí. A la petición de
autorización de Nieves García ante la
Junta de Andalucía se sumaron la
asociación
Regreso con Honor,
radicada en Zaragoza, y la
CNT,
en calidad de "familia ideológica" de los
dos banderilleros, en palabras de Sonia
Turón, secretaria de cultura del comité
confederal de la CNT. Los directores de
los trabajos son Javier Navarro,
presidente de la asociación Regreso con
Honor, en el aspecto arqueológico, y el
historiador Miguel Caballero.
A ellos se suman los
arqueólogos
Miguel Ángel Zapater, especialista en munición, y
Miguel Mezquida,
especialista en la Guerra Civil, así como
dos arqueólogos, Belén Jimeno y Javier
Iglesias, y un equipo técnico de cinco
personas de la CNT. La Universidad de
Nottingham, que ya colaboró en la búsqueda
de 2014, ha ofrecido apoyo.
"En segunda línea, ya
en laboratorio, para el caso de que
aparezcan restos", según explica Javier
Navarro, "se incorporarían a los trabajos
los
forenses
Miguel Botella y Francisco
Etxeberría", ambos de enorme prestigio
profesional.
6. ¿Qué pasa si aparecen los restos?
Si aparecen restos, la asociación Regreso
con Honor perderá el control de los
trabajos. Cualquier hallazgo debería ser
puesto de inmediato en conocimiento del
juzgado de guardia y de la Dirección
General de Memoria Democrática de la
Consejería de Cultura de la Junta, dirigida
por Rosa Aguilar (PSOE). Los
investigadores necesitarían el permiso de
la Consejería de Cultura para intentar
identificar, mediante estudio
antropológico y genético, los restos de
Dióscoro Galindo, cuya familia ha
impulsado el proceso.
7 ¿Qué papel desempeñan las familias?
En principio, es hasta Dióscoro Galindo
hasta donde llega este proyecto. Pero, si
aparecieran realmente los restos de cuatro
personas, supuestamente Galindo, Galadí,
Arcollas y Lorca, ¿quién podría frenar la
identificación de Lorca, en un previsible
contexto de
atención mundial? ¿Quién frena la posible identificación del poeta
cuya muerte encarna el símbolo de la
barbarie del fascismo frente al genio y la
inteligencia?
"Si aparecen restos, creemos que la
familia Lorca se avendrá...", señala
prudentemente Javier Navarro. A la
búsqueda de Lorca
se opone la sobrina nieta del poeta y presidenta de la fundación que lleva su
nombre, Laura García Lorca, reticente ante
la espectacular dimensión pública que
adquiere todo lo relacionado con el autor
de La casa de Bernarda Alba.
infoLibre
ha intentado sin éxito recabar la opinión
de Laura García Lorca.
Arcollas no dejó
descendencia, por lo que la CNT se
reivindica como su "familia
ideológica "
para implicarse en el proceso de búsqueda.
Los herederos de Francisco Galadí –que se
implicaron en la búsqueda fallida de 2009
y se llevaron una gran decepción– no se
han pronunciado en esta ocasión. Nieves
García Catalán, nieta de Dióscoro Galindo,
asegura que mantiene contacto con uno de
los nietos. "Entiendo y respeto que
alguien prefiera quedarse al margen. La
familia Galadí ha sufrido mucho. Ahora
mismo si nosotros no empujamos, esto –la
búsqueda de la fosa en la que podría estar
Lorca– estaría parado", afirma Nieves.
8. ¿Qué coste tienen los trabajos?
La financiación de
la búsqueda es
privada,
porque así lo han preferido los
promotores. Es necesaria financiación
–como en todo trabajo de este tipo– para:
1)
medios auxiliares, como máquina excavadora, generador eléctrico...
2) intendencia, desplazamiento,
alojamiento y
manutención; y 3)
honorarios de los profesionales. "Los dos
primeros los tenemos asegurados. En el
tercero, si hay remanente se cobrará y si
no, pues no", afirma Javier Navarro, que
se dice "acostumbrado al trabajo
vocacional".
El total del
presupuesto necesario para cubrir los tres
aspectos anteriores es de
33.117 euros. Navarro no
precisa de cuánto dinero dispone Regreso
con Honor para el trabajo, pero sí asegura
que, una vez superados los problemas
burocráticos, el aspecto financiero "no
será un problema". Regreso con Honor ha
recibido aportaciones privadas, cuyo
origen no aclara. CNT contribuye
económicamente.
9. ¿Cómo afecta la investigación de la
jueza Servini?
Una
denuncia
de la Asociación para la Recuperación de
la Memoria Histórica ante la jueza
argentina
María Servini de Cubría
ha provocado la apertura por parte de ésta
de una
investigación.
Los denunciantes
basan su denuncia en un documento de la 3ª
Brigada Regional de Investigación Social
de la Jefatura Superior de Policía de
Granada, de fecha 9 de julio de 1965, que
señala que Lorca fue “fue
pasado por las armas” y enterrado en un paraje "muy a flor de tierra,
en un barranco […] en un lugar que se hace
muy difícil de localizar”. La Asociación
para la Recuperación de la Memoria
Histórica reclama a Servini que, a través
de las autoridades judiciales españoles,
recabe toda la documentación existente
sobre el asesinato de Lorca en manos del
Ministerio del Interior.
Así pues, en paralelo
al inminente proceso de búsqueda discurre
una
investigación penal de la justicia
argentina. Según Emilio Silva, las competencias de la jueza
le permitirían incluso "tomar el control
de la excavación, llegado el caso". El
arqueólogo Javier Navarro asegura que no
habría ningún problema con ello. El
escenario que no quiere ni plantearse es
que se produzca una paralización de los
trabajos por parte de la jueza argentina.
Ambos procesos (la
búsqueda a iniciativa civil y la
investigación penal) pueden ser
compatibles, aunque la investigación
histórica de Miguel Caballero y el informe
policial señalan que Lorca está en
sitios distintos.
La investigación
judicial "no es propiamente sobre la
muerte de Lorca, sino sobre la existencia
de
documentación sobre
la misma", explica Ana Messuti, una de las
abogadas que ha presentado la denuncia.
"No se le pide a España que investigue,
sino que facilite investigar a Argentina",
señala la abogada, que no se atreve a
hacer una previsión sobre si Messuti
podría o no tomar cartas en el proceso de
búsqueda en marcha.
10. ¿Qué hacen los partidos políticos?
Los prolegómenos de
la búsqueda de Lorca se están
desarrollando en un clima de
calma política que contrasta con el ruido que suele acompañar a todo lo
que toca el caso del poeta, como ocurrió
con las excavaciones en 2009 y 2014. Uno
de los motivos es que la Junta no impulsa
este proceso de búsqueda. Otro motivo es
que los partidos están intentando llevar
sin crispación el debate sobre la
Ley de Memoria Democrática de Andalucía, actualmente en tramitación
parlamentaria.
La Consejería de
Cultura es escéptica sobre los posibles
resultados de la búsqueda, pero ha dado
vía libre sin implicarse directamente. El
departamento que dirige Rosa Aguilar está
trabajando en multitud de excavaciones,
con escasa repercusión, y podría ocurrir
que un fracaso en esta búsqueda fuese todo
lo que al final se recordara de su gestión
a este respecto. Si aparecen restos,
aparecerá la Junta de Andalucía.
Las búsquedas de
Lorca han servido en varias ocasiones al
PP para
ridiculizar a la izquierda. El
entonces vicesecretario ejecutivo del PP,
Antonio Ayllón, dijo tras el fiasco de 2009 que la Junta de
Andalucía había convertido Alfacar "en un
teatro en el que no hacían falta tantos
georradares ni consejeras", y en el que al
final sólo se habían localizado "dos latas
de atún, ni siquiera de melva, y una
botella de refresco". En octubre de 2015
el senador del PP José Joaquín Peñarrubia
dijo: "Ya no hay más fosas que descubrir,
salvo que se empeñen en buscar a Federico
García Lorca en los cuatro puntos
cardinales de España".
Fuente:
infoLibre
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