Todos los
derechos humanos tienen la misma importancia y todos los gobiernos
deben tratarlos de un modo justo y equitativo, en los mismos
términos y con el mismo énfasis. Todos los Estados tienen, con
independencia de su sistema político, económico y cultural, la
obligación de promover y proteger todos los derechos humanos para
todas las personas sin discriminación. Los derechos humanos son los
mismos para todos los hombres, mujeres, niños y niñas de todo el
mundo, con independencia de cuáles sean sus circunstancias.
La Declaración Universal de Derechos Humanos
es considerada el fundamento de las normas internacionales sobre
derechos humanos. Aprobada hace 76, la
DUDH
ha inspirado un valioso conjunto de tratados internacionales de
derechos humanos legalmente vinculantes y la promoción de estos
derechos en todo el mundo. Además, sigue siendo una fuente de
inspiración, ya sea en momentos de conflicto, en sociedades que
sufren represión, en la lucha contra las injusticias, y en los
esfuerzos por lograr el disfrute universal de los derechos humanos.
La
Declaración supone el primer reconocimiento universal de que los
derechos básicos y las libertades fundamentales son inherentes a
todos los seres humanos, inalienables y aplicables en igual medida a
todas las personas, y que todos y cada uno de nosotros hemos nacido
libres y con igualdad de dignidad y de derechos. Independientemente
de nuestra nacionalidad, lugar de residencia, género, origen
nacional o étnico, color de piel, religión, idioma o cualquier otra
condición. En 1948 la comunidad internacional se comprometió a
defender la dignidad y la justicia para todos los seres humanos.
La Declaración Universal de los Derechos
Humanos es un documento que marca un hito en la historia de los
derechos humanos. Elaborada por representantes de todas las regiones
del mundo con diferentes antecedentes jurídicos y culturales, la
Declaración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su (Resolución
217 A (III)) como un ideal común para
todos los pueblos y naciones. La Declaración establece, por primera
vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el
mundo entero y ha sido traducida a más de 500 idiomas. La DUDH es
ampliamente reconocida por haber inspirado y allanado el camino para
la adopción de más de setenta tratados de derechos humanos, que se
aplican hoy en día de manera permanente a nivel mundial y regional.
Nada de
la Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere
derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender
y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión
de cualquiera de los derechos y libertades proclamados (Artículo
30). Dice su Preámbulo: Considerando que la libertad, la justicia y
la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los
miembros de la familia humana.
Los
derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos,
sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo,
origen nacional, étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra
condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin
discriminación alguna. Son derechos interrelacionados,
interdependientes e indivisibles. El derecho internacional de los
derechos humanos establece las obligaciones que tienen los gobiernos
de tomar medidas en determinadas situaciones, o de abstenerse de
actuar de determinada forma en otras, a fin de promover y proteger
los derechos humanos y las libertades fundamentales de los
individuos o grupos.
El
término derechos humanos se menciona hasta siete veces en la Carta
fundacional de la ONU, por lo que su promoción y protección son
objetivos fundamentales y principios rectores de la Organización. En
1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos los situó en
el terreno del derecho internacional. La Declaración, fue el primer
documento legal de protección de estos derechos. Junto con el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, son los
tres instrumentos que forman la llamada Carta Internacional de los
Derechos Humanos.
El
derecho internacional establece las obligaciones que deben cumplir
los Estados. La obligación de respetar supone que los Estados deben
abstenerse de restringir los derechos humanos o de interferir en su
realización. La obligación de proteger exige que los Estados
protejan a las personas o grupos de personas de las violaciones de
los derechos humanos. La obligación de promover significa que los
Estados deben adoptar medidas positivas para facilitar la
realización de los derechos humanos básicos.
La
Segunda Guerra Mundial dejó a las ciudades de toda Europa y Asia en
ruinas. Millones de personas murieron, millones más quedaron sin
hogar o morían de hambre. En abril de 1945, delegados de cincuenta
naciones se reunieron en San Francisco. La meta de la Conferencia
era crear un organismo internacional para promover la paz y evitar
guerras futuras. Los ideales de la organización se establecieron en
el preámbulo al Acta Constitutiva que propusieron: Nosotros, la
gente de las Naciones Unidas, estamos decididos a proteger a las
generaciones venideras del azote de la guerra, la cual dos veces en
nuestra vida ha producido un sufrimiento incalculable a la
humanidad.
Los
derechos humanos podemos diferenciarlos en civiles, políticos,
económicos o sociales. El objetivo último de la Declaración, fue la
promoción y la protección de los derechos humanos con un único fin:
conseguir libertad, justicia y paz para todos los seres humanos: 1.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y
derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros. 2. Todas las
personas somos iguales sea cual sea nuestro origen, etnia, color,
sexo, idioma, religión, opinión política o cualquier otra condición.
3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a su
seguridad personal. 4. Nadie estará sometido a esclavitud ni a
servidumbre. 5. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos
crueles, inhumanos o degradantes.
España
tiene todavía un camino que recorrer para convertirse en un país
libre de violaciones de derechos humanos. En relación a las amenazas
a los derechos humanos sobre la libertad de expresión, asociación y
reunión, las reformas legislativas de los últimos años en el ámbito
penal y el relativo a seguridad ciudadana ponen en peligro el
ejercicio de derechos como el de libertad de expresión. Derechos
económicos, sociales y culturales también están amenazados. El
Estado español está limitando el derecho a la salud, que podría
afectar al derecho a la vida de los colectivos más sensibles.
También la vulneración del derecho a la vivienda es preocupante, con
cada desalojo sin las debidas garantías. En los últimos años ha
crecido la violencia contra las mujeres, poniendo de relieve la
gravedad y la dimensión del problema.
Los
derechos humanos incluyen tanto derechos como obligaciones. La
obligación de respetarlos significa que los Estados deben abstenerse
de interferir en el disfrute de los derechos humanos, o de
limitarlos. La obligación de protegerlos exige que los Estados
impidan los abusos de los derechos humanos contra individuos y
grupos. Con la obligación de realizarlos significa que los Estados
deben adoptar medidas positivas para facilitar el disfrute de los
derechos humanos básicos. En el plano individual, debemos hacer
respetar nuestros derechos, como también respetar los derechos de
los demás.
Los
derechos de las mujeres y las niñas son derechos humanos. Abarcan
todos los aspectos de la vida: la salud, la educación, la
participación política, el bienestar económico, el no ser objeto de
violencia, así como muchos más. Las mujeres y las niñas tienen
derecho al disfrute pleno y en condiciones de igualdad de todos sus
derechos humanos y a vivir libres de todas las formas de
discriminación: esto es fundamental para el logro de los derechos
humanos, la paz y la seguridad, y el desarrollo sostenible.
No puede
haber distinción de ninguna clase, como raza, color, sexo,
orientación sexual o identidad de género, idioma, religión, opinión
política o de cualquier otro tipo, origen nacional o social,
fortuna, nacimiento y cualquier otra situación. Universal significa
todas las personas en todos los lugares.
La DUDH
también nos muestra que los derechos humanos son interdependientes e
indivisibles. Los 30 artículos de la Declaración tienen la misma
importancia. Nadie puede decidir que unos son más importantes que
otros. Arrebatar un derecho tiene un impacto negativo en todos los
demás.
Los
derechos humanos son inalienables: Todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos. Podríamos decir que al
nacer, venimos con esa Declaración debajo del brazo. Para que así
sea, hagamos que se cumplan y respeten,