Ha comenzado
el curso político como terminó. Un Partido Popular que sigue sin aceptar
la legitimidad del Gobierno y las reglas de las mayorías del Congreso de
los Diputados para la formación de gobiernos de coalición. Está
dispuesto a seguir atacando al Gobierno, judicializando las decisiones
políticas, incluso presentando una moción de censura, si las
circunstancias le son favorables. Insultos, falsedades, mentiras y
oponerse a todo lo que se mueve junto al presidente Pedro Sánchez, sin
reconocer que la economía crece, la inflación disminuye y el empleo
crece consolidándose.
Pedro Sánchez ha inaugurado el curso en el Comité
Federal del Partido Socialista Obrero Español, pidiendo el partido
profundice en un modelo federal que otorgue más capacidad de
autogobierno al conjunto de Comunidades Autónomas. El PP reclama 18.000
millones de euros de los fondos europeos que salen de los impuestos de
las clases medias y trabajadoras, para dárselos en forma de rebaja
fiscal a una élite privilegiada, diciendo que defienden la igualdad
entre españoles. Frente a ese modelo que ha dibujado respecto a las
políticas de la derecha, y tras el goteo de críticas internas que se han
sucedido durante el verano entre los líderes territoriales,
Pedro Sánchez ha señalado al PSOE el rumbo de una España más federal,
con más capacidad de autogobierno también en materia fiscal para todos
los territorios que así lo soliciten.
La posición
federal del PSOE no es nueva. El Congreso de Suresnes de 1974, se
pronunció por la constitución de una República Federal de las
nacionalidades que integran el Estado español por considerar que esta
estructura estatal permitiría el pleno reconocimiento de las
peculiaridades de cada nacionalidad y su autogobierno a la vez que
salvaguarda la unidad de la clase trabajadora de los diversos pueblos
que integran el Estado español; así como el reconocimiento del derecho
de autodeterminación de todas las nacionalidades ibéricas.
Por su parte, el PP de Núñez Feijóo también esta
definiendo su estrategia para el nuevo curso político, junto con sus
barones territoriales.
Feijóo ha tratado de exhibir un frente común contra el llamado cupo
catalán pactado entre el PSOE y los
independentistas. Unas horas antes de la reunión, la presidenta de la
Comunidad de Madrid se dirigió directa y públicamente a sus compañeros
de partido para pedirles no caer en la trampa de Pedro Sánchez. Ayuso no
solo no ha conseguido arrastrar al resto del partido a sus tesis, sino
que
ha causado un malestar interno que puede volverse en su contra;
ha cabreado al PP y dinamitado su exhibición de unidad.
Eligieron el Palacete de los Duques de Pastrana,
propiedad de la ONCE y que se alquila para eventos de empresas.
A falta de Moncloa, Feijóo podía simular ante todos que era presidente
de algo, en este caso presidente de todos los
presidentes autonómicos del PP. El motivo era fingir que todos ellos
tienen el mismo punto de vista sobre la financiación autonómica. Fuentes
socialistas les acusan de no tener una propuesta seria para la
financiación autonómica y de buscar enfrentar a Cataluña con el resto de
España.
El Gobierno
presentará Presupuestos y Sánchez se prepara para una legislatura larga.
Ha habido cambios en el Gobierno: Óscar López ha sido nombrado nuevo
ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, en
sustitución de José Luis Escrivá, el cual ha sido designado como nuevo
gobernador del Banco de España. Asimismo, Diego Rubio ha sido nombrado
nuevo director de Gabinete de la Presidencia del Gobierno. Como novedad
tenemos una nueva presidenta del Poder Judicial y del Tribunal Supremo a
una mujer, por primera vez en doscientos años.
Escrivá
tendrá que intentar bajar los tipos de interés y lograr que la banca no
corte el crédito. Deberá afrontar desafíos como contribuir a gestionar
las señales de cambio de ciclo que hay en Europa, conteniendo la
inflación sin dañar el crecimiento. Todo ello bajo la crítica
destructiva del Partido Popular, que no acepta que un ministro en activo
sea nombrado para dirigir una institución que a su juicio compromete la
independencia de la institución. El nuevo gobernador deberá dirigir el
banco, presidir su Consejo de Gobierno, la Comisión Ejecutiva y
representar a la entidad legalmente ante aquellas instituciones y
organismos internacionales en los que está prevista su participación.
Isabel Perelló, la nueva presidenta del Consejo
General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, apenas tuvo 24 horas,
después de tomar posesión, para preparar su primer discurso oficial,
pronunciado ante el Rey y toda la cúpula judicial, fiscal y numerosos
representantes políticos. Recomponer el CGPJ y cubrir las vacantes son
las dos prioridades de la presidencia de Perelló. La labor más ingente
que tiene ante sí la primera mujer al frente del CGPJ
es recuperar el destrozado prestigio institucional y abordar de una vez
la democratización de ese Poder que por muchos
factores de endogamia y de formación ideologizada ha seguido mostrando
una resistencia marmórea a respetar su papel constitucional y
democrático. Habrá que ver en los próximos días si el acuerdo que ha
facilitado el nombramiento de Perelló incluye algún compromiso respecto
a la comisión de nombramientos o, si cabe tan importantes o más, la
comisión disciplinaria o el apodado gran inquisidor.
Por su parte
el Congreso de los Diputados, reanuda su actividad. La financiación
autonómica y la crisis migratoria centrarán el primer pleno del curso
político donde la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María
Jesús Montero, liderará al Gobierno por la ausencia del jefe del
Ejecutivo, Pedro Sánchez, en viaje oficial a China.
Montero
tendrá que responder ante el pleno por la financiación singular para
Cataluña, criticada por la oposición, que considera que el "cupo" va
contra la igualdad y supondrá la independencia fiscal de esta comunidad.
El pleno debatirá una moción con la que los populares quieren que el
Gobierno de cuenta de las previsiones y compromisos adquiridos en torno
a la financiación autonómica, asunto ligado al anterior y que será uno
de los ejes del curso político recién inaugurado.
Los grandes retos siguen pendientes, convertidos
en verdaderos desafíos como el de la migración. Lo mismo puede pasar con
el turismo, un sector que representa el 13% del PIB y que, o se abordan
sus problemas y contradicciones, o se acabará la gallina de los huevos
de oro.
Mientras todo esto sucede, la economía crece, el desempleo baja, la
desigualdad poco a poco va retrocediendo, hay políticas públicas que
avanzan (aunque otras muchas no lo hagan) y
España, por mucho que la derecha se empeñe, ni se rompe ni se despeña
por un abismo, como viene augurando la derecha desde hace demasiado
tiempo. La economía española continúa avanzando a un ritmo muy superior
al del resto de grandes economías europeas (Eurostat). El conjunto de
veinte países que comparten divisa ha experimentado un crecimiento del
0,2% durante el segundo trimestre del año. España, por su parte, avanzó
a un ritmo del 0,8% entre abril y junio.
Pedro Sánchez
ha asegurado que el Ejecutivo encara este nuevo curso político con
renovada energía y una hoja de ruta clara. Ha subrayado que España
cuenta con un Gobierno limpio que nació hace seis años como respuesta a
la corrupción, la quiebra territorial y los recortes del Estado del
Bienestar y que ha superado cinco años de bloqueo judicial, con una
renovación pactada del Consejo General del Poder Judicial y la elección
de la primera presidenta del Tribunal Supremo.
Ha anunciando las que serán las
seis prioridades que centrarán la acción del Gobierno de coalición
progresista durante los próximos meses:
competitividad económica, dignidad laboral, estado del bienestar,
vivienda, paz e igualdad. La competitividad económica, supone continuar
impulsando el cambio de modelo productivo, desplegando 3.100 millones de
euros en préstamos procedentes de los fondos europeos para
reindustrializar España y poner en marcha el "nuevo Consejo de
Productividad y estrenar doce nuevos grados universitarios y módulos de
FP, para mejorar las competencias de los trabajadores en los ámbitos
como las energías renovables, las tecnologías digitales y la salud.
La segunda
prioridad apunta al fortalecimiento del estado del bienestar, que supone
blindar y expandir derechos; así como modernizar y reforzar los
servicios públicos. La tercera prioridad será la vivienda, que supone el
mayor problema al que se enfrentan los jóvenes y muchas familias, para
lo que se impulsarán nuevas medidas destinadas a ampliar el parque
público de vivienda, perseguir la especulación, fijar un mejor
equilibrio entre la actividad turística y el bienestar de los
residentes, y lograr que la vivienda sea un derecho de todos y no el
negocio de unos pocos.
La dignidad
laboral es la cuarta prioridad del Ejecutivo en este nuevo curso
político y por ello Sánchez ha garantizado que van a seguir negociando
con patronal y sindicatos hasta reducir la jornada laboral a las 37,5
horas, para que todos los españoles trabajen para vivir, y no vivan para
trabajar; van a adaptar la normativa estatal del SMI a los estándares
que fija la directiva europea, y van a aprobar un Estatuto del Becario.
La quinta
prioridad será seguir luchando contra la desigualdad en todas sus
formas, renovando el Pacto de Estado contra la Violencia de Género y
poniendo en marcha nuevas acciones destinadas a acotar los privilegios
desproporcionados de ciertas élites y a gravar fiscalmente a quienes ya
tienen en el banco suficiente dinero para vivir cien vidas. La sexta
prioridad del Gobierno será la paz de nuestra en el mundo.
No puedo
dejar pasar una más de las incongruencias del PP en la crisis de
Venezuela. El Gobierno ha concedido asilo político al opositor Edmundo
González, mientras el PP critica la decisión por quitarle un problema a
la dictadura de Maduro.,
Este curso
que comienza, tiene tres años por delante hasta las elecciones generales
y casi dos años sin elecciones autonómicas. Se abre un tiempo de nuevos
avances para sacar adelante las políticas necesarias para mejorar la
calidad de la democracia y la convivencia.
Hay que
seguir avanzando en una España más igualitaria y justa, en crecimiento
económico, así como en liderazgo internacional, con optimismo y
determinación. Por el bienestar del conjunto de la ciudadanía.