A finales del
siglo XIX, las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras
seguía siendo de miseria y esclavitud; no podían ser peores: jornada
laboral de 16 horas, salario escaso y sin derechos. Niños trabajando
desde los 6 años y mujeres de noche para completar el salario familiar.
La miseria y la explotación eran un lugar común entre la clase
trabajadora y la represión policial al servicio del patrón. Ante esta
situación extrema por sobrevivir, empezó la lucha obrera a partir de la
década de 1880, una lucha por derechos, mejores salarios, seguridad y
dignidad.
Con estos
antecedentes históricos, nos encontramos en el año 2025 y los sindicatos
CCOO y UGT, vuelven a convocar manifestaciones el 1º de Mayo para
reivindicar que se cumpla el acuerdo para rebajar la jornada laboral
hasta las 37,5 horas en 2025 y para urgir a que se inicie una mesa de
diálogo social en la segunda parte de la legislatura que permita
emprender la reforma del despido en España. Este año bajo el lema
Proteger lo conquistado, ganar futuro. Ante la situación arancelaria
derivada de las políticas comerciales de Estados Unidos, la movilización
por el Día de los Trabajadores será la que más connotaciones globales
tenga de los últimos 100 años.
En 1890, el 1
de Mayo, se estableció como Día Internacional de los Trabajadores, en
homenaje a los Mártires de Chicago ejecutados y a las 5.000 huelgas
simultaneas que se produjeron al grito: ¡Ningún obrero debe trabajar más
de 8 horas por día! ¡8 horas de trabajo! ¡8 horas de reposo! ¡8 horas de
recreación!. En 1886, en Chicago los sucesos tomaron un sesgo violento,
que culminaron en la masacre de la plaza Haymarket (4 de Mayo). En el
juicio amañado contra los dirigentes anarquistas y socialistas, cuatro
fueron condenados a morir en la horca.
El 12 de agosto de 1888, en el Círculo Socialista
de Barcelona se celebró el Primer Congreso Nacional Obrero. Pablo
Iglesias Posse propuso que la nueva organización obrera llevara por
nombre
Unión General de Trabajadores y así quedó
fundada. Hasta 1920 no asumió la lucha de clases como principio básico
de la acción. En el periodo de la I Guerra Mundial se produjo un
acercamiento y unidad de acción con los anarcosindicalistas de la CNT,
que se interrumpieron durante la dictadura de Primo de Rivera, con la
que la UGT colaboró, mientras que la CNT era prohibida y perseguida
duramente. Durante la época de la Segunda República, UGT, con Largo
Caballero, apoyó la revolución de 1934. La UGT se define hoy como una
institución de trabajadores, organizados por grupos afines de oficios y
profesiones liberales que, para mantenerse en sólida conexión, respeta
la más amplia libertad de pensamiento y táctica de sus componentes
siempre que estos tiendan a la transformación de la sociedad, para
establecerla sobre bases de justicia social, de igualdad y de
solidaridad.
Durante la
dictadura franquista, teniendo como referente el sindicato clandestino
Oposición Sindical Obrera, las primeras comisiones obreras fueron
organizadas durante los años 1960 en Asturias, Cataluña, Madrid y las
provincias vascas de Guipúzcoa y Vizcaya como movimiento surgido de
conflictos laborales para su dirección al margen del sistema franquista.
Se trataba de órganos de representación de los trabajadores elegidos en
asamblea. Fueron impulsadas por el Partido Comunista de España, el
Partit Socialista Unificat de Catalunya, movimientos cristianos obreros
(JOC y HOAC) y otros colectivos opuestos al régimen franquista, lo que
hizo pasar de las comisiones momentáneas surgidas de los conflictos a un
movimiento estable y organizado, CCOO.
Para el secretario general de UGT, Pepe Álvarez,
estamos ante un Primero de mayo profundamente ideológico que tiene que
servir para plantar cara a la extrema derecha.
En declaraciones a los medios de comunicación ha recordado que casi todo
el mundo está llamado a manifestarse en este Primero de mayo: si eres
mujer o una persona LGTBIQ+ los avances en igualdad y los derechos
conquistados están en peligro. Ha insistido en que hay quien no quiere
que los jóvenes tengan alternativas de vida dignas, ni que suban los
salarios, ni que se reduzca la jornada laboral. Así, el secretario
general ha concretado que la internacional del odio encabezada por el
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es un peligro que tenemos
que abordar desde una perspectiva global.
Pepe Álvarez
ha insistido en que el Congreso de los Diputados tiene que tramitar el
anteproyecto de ley sobre la reducción de la jornada laboral sin merma
salarial de tal manera que la ciudadanía pueda tomar buena nota de las
posiciones y los argumentos de las fuerzas políticas. En su opinión los
datos que se conocen de los beneficios de las empresas en nuestro país
son absolutamente escandalosos y no se corresponden con lo que cobran
las personas trabajadoras.
Por su parte Unai Sordo, secretario general de
CCOO, ha hecho un
llamamiento a la ciudadanía a participar masivamente en las más de 50
manifestaciones que se han convocado en todo el país
en defensa de los derechos laborales y sociales, y para respaldar el
proyecto europeo como pilar de democracia, convivencia y progreso.
Porque frente a la precariedad, la desigualdad, el autoritarismo y la
guerra, el sindicalismo de clase plantea propuestas, compromiso y
movilización.
Este Primero
de Mayo se produce en un contexto internacional complejo por lo que el
secretario general de CCOO ha lanzado un mensaje de solidaridad con los
trabajadores y sindicatos de todo el mundo, especialmente con los que
sufren represión. En este sentido, ha reivindicado la jornada como un
día internacional del sindicalismo, mostrando su solidaridad y
denunciando el genocidio que está perpetrando el Estado de Israel bajo
el gobierno de Netanyahu y la extrema derecha sionista, reiterando el
apoyo del sindicato a la causa y al derecho a la autodeterminación del
pueblo saharaui, así como la condena a la guerra que persiste en
Ucrania.
Bajo el lema
Proteger lo conquistado, ganar el futuro, la reducción de la jornada
laboral a 37,5 horas semanales es uno de los grandes ejes
reivindicativos de este Primero de Mayo, un compromiso ya pactado con el
Gobierno y que, según Unai Sordo, debe materializarse lo antes posible.
Es una reivindicación histórica que llega en un momento en el que el
sindicalismo sale reforzado tras años de políticas laborales que han
mejorado el empleo, los salarios y la productividad, ha señalado. Sobre
la necesidad de reformar el régimen de despido en España, debe adecuarse
a los estándares de la Carta Social Europea, por lo que no puede ser que
siga siendo la salida fácil y barata para las empresas.
Las
organizaciones sindicales CCOO y UGT, firmemente comprometidas con un
sindicalismo internacionalista, solidario y transformador, reafirman en
este 1º de Mayo el compromiso con la cooperación intersindical y la
defensa de los derechos laborales y sociales en todo el mundo. En un
contexto global de profundas transformaciones, reivindicamos el
sindicalismo como herramienta esencial para construir sociedades más
justas y democráticas. Rinden homenaje a quienes son perseguidos y
asesinados por defender los derechos sociales y laborales y expresamos
nuestra solidaridad con los pueblos que sufren represión, ocupación y
guerra. Condenando la persistencia del conflicto bélico en Ucrania tras
la invasión de Rusia.
Así mismo
exigen el fin de la ocupación en Palestina, de la limpieza étnica de su
población, el fin del genocidio en Gaza y los ataques indiscriminados en
Cisjordania. Ni el silencio ni la neutralidad son opciones. La inacción
de la comunidad internacional está permitiendo que el gobierno de
Netanyahu continúe violando el derecho internacional. Los sindicatos
reafirman su solidaridad y compromiso con la causa del pueblo palestino,
su derecho a tener un Estado propio, en el que pueda convivir en paz y
seguridad con el Estado de Israel.
La guerra
comercial impulsada por la nueva administración Trump, con la imposición
de aranceles que amenazan gravemente al comercio mundial, requiere una
respuesta firme y coordinada de la Unión Europea. Frente a las políticas
de las extremas derechas, que promueven el desmantelamiento del Estado
de bienestar, el deterioro de los servicios públicos, el odio a la
diversidad, la oposición a la políticas de igualdad, su defensa del
racismo y la xenofobia o el negacionismo de la crisis climática, se suma
una abierta hostilidad al proyecto europeo. Para hacer frente a ello es
preciso reforzar la cooperación de los estados miembro para seguir
avanzando en una Europa fuerte y unida, con una mayor integración
política que priorice la justicia social, reduzca las desigualdades
sociales y acabe con la pobreza, movilizando recursos y llevando a cabo
políticas expansivas que creen empleo de calidad a través del refuerzo
industrial, de la transición energética y la innovación digital, con la
participación del sindicalismo de clase como garante de la democracia,
la cohesión social y la igualdad.
En España, es
imprescindible seguir impulsando el diálogo social para reforzar el
empleo digno, mejorar los salarios a través de la negociación colectiva,
garantizar el derecho a la vivienda, especialmente dañado entre la
juventud, pero que supone un problema social de primer orden, y avanzar
en igualdad de género y en la lucha contra la violencia machista.
En el
manifiesto de este Primero de Mayo, UGT y CCOO hacen un llamamiento a la
movilización en defensa de los derechos sociales y laborales, y en
respaldo al proyecto europeo como pilar de democracia social,
convivencia y progreso:
1 Por la
reducción de jornada, para ganar tiempo de vida.
2 Por los
salarios, para ganar estabilidad.
3 Por el
feminismo, para ganar igualdad.
4 Por la
igualdad, para ganar libertad.
5 Por la
negociación colectiva, para ganar derechos laborales.
6 Por la
salud laboral, para ganar calidad de vida.
7 Por el
sindicalismo, para ganar democracia.
8 Por la
democracia, para poder respirar.
9 Por las
pensiones, los cuidados, la educación y la sanidad públicas para ganar
bienestar.
10 Por la
industria y el campo, para ganar economía productiva.
11 Por la
vivienda, para ganar autonomía.
12 Por la
cultura, para ganar pensamiento crítico.
13 Por los
derechos humanos, para ganar solidaridad.
14 Por la
solidaridad, para ganar seguridad.
15 Por una
Europa social contra la barbarie externa e interna.
Yo, ahora
jubilado, pero trabajador durante cincuenta y dos años, sigo apoyando y
coincido con que dicen los sindicatos: ahora más que nunca, es necesario
proteger lo conquistado y movilizarnos para ganar el futuro.