El
franquismo fue una larga dictadura cruel personalizada en la figura
del general Francisco Franco y sus gerifaltes, quienes acapararon
todos los poderes del Estado hasta su defunción en 1975. Pasados
cincuenta años no conviene olvidar lo que verdaderamente significó,
pues estaríamos condenados a que se repitan los errores.
El 20 de
noviembre de 2025 se cumplen 50 años de la muerte del dictador
Francisco Franco, fecha simbólica que abrió la esperanza en amplias
capas de la ciudadanía de poner fin a la dictadura franquista e
iniciar un proceso de transición para la recuperación de la
democracia y las libertades en España. Con 50 años de España en
Libertad se pretende celebrar la conquista de las libertades y la
democracia que se inició con la Transición y la Constitución de
1978. Los grandes avances y transformaciones políticas y sociales
experimentadas a lo largo de esas décadas han convertido a nuestro
país en uno de los más avanzados del mundo.
Mucha
oposición proveniente de las derechas reaccionarias y del Partido
Popular, marcan la celebración de estos avances, pretendiendo poner
al franquismo como impulsor del bienestar en España, arquitecto de
los avances y quien paralizó el avance del comunismo, que provenía
de la Rusia de la fecha, encarcelando a todos aquellos que, según
ellos, querían establecer aquel régimen, que precisamente fue gran
impulsor de la democracia durante la Transición. Se olvidan de las
chavolas que recogían la vida de miles de españoles que sufrían las
consecuencias del régimen.
Esta
fecha simbólica refleja el gran cambio que supuso dejar atrás un
país sin libertades ni derechos, de atraso, de represión física,
moral y cultural, para comenzar a proyectar una España con
libertades políticas plenas, que diese cauce a las ansias de
modernización social y cultural, que incorporase como reto la mejora
de las condiciones de vida del conjunto de la población, que trazase
un nuevo modelo en la estructura territorial del Estado acorde con
su realidad histórica y aspiraciones sociales, y que permitiese la
incorporación a Europa.
El
Gobierno de España pretende la celebración de los 50 años de España
en Libertad, desde el Ministerio de Política Territorial y Memoria
Democrática, cuya función principal será la de coordinar los actos
logísticos y operativos precisos para la celebración de los
diferentes actos conmemorativos de los últimos 50 años de ejercicio
de libertades en España, en el ámbito de la Administración General
del Estado y sin perjuicio de la colaboración que pueda llevar a
cabo a este respecto con el resto de las administraciones públicas.
El Real Decreto 1/2025, de 7 de enero, crea el Comisionado para la
celebración de los 50 años de España en Libertad.
Miles de
jóvenes, no vivieron aquellos acontecimientos, por su edad y porque
en sus casas se evitó contar las vivencias y sufrimientos de
aquellos cincuenta años. Tampoco desde la educación, desde el
sistema educativo, se ha tenido en cuenta la historia de aquellas
trágicas fechas. Lo más que se venía a decir es que tras la guerra
que ganó el Franco, se instauró un régimen de principios y
libertades, para evitar una nueva confrontación entre españoles, a
través de la religión y principios de la Iglesia y el Movimiento
Nacional. Solo por esto es necesario abordar ahora la historia de
aquellos cincuenta años, su procedencia y consecuencias entre la
ciudadanía española.
El
franquismo fue una larga dictadura, personalizada en la figura del
general Francisco Franco, quien acaparó todos los poderes del Estado
hasta su defunción en 1975. Esta dictadura se impuso por la fuerza
después de un golpe de estado militar contra el gobierno legítimo de
la Segunda República, que provocó una trágica guerra, llamada civil,
(1936-1939), cuyas consecuencias fueron la muerte de centenares de
miles de personas, miles de desaparecidos y fusilados, hasta días
antes de la muerte del dictador
Una de
las características de estos cincuenta años de dictadura fue la
sistemática represión que las autoridades franquistas ejercieron
desde un primer momento, que continuaron una vez terminó la guerra.
Esto explica la fuga hacia el exilio de centenares de miles de
personas ante el avance de las tropas rebeldes. Muchos fueron
encarcelados, depurados y despedidos de sus empleos durante la
inmediata posguerra, caracterizada también por la miseria que afectó
a la población civil ante la carencia de víveres y suministros, de
las primeras materias más básicas.
El
franquismo, sobre todo a lo largo del periodo 1939-1959, se
caracterizó por el miedo, la represión política y social, el control
ideológico y moral de la población, la pobreza y la carencia de las
libertades y derechos humanos más elementales, tanto individuales
como colectivos. Esto permitía al gobierno, entre otras cosas,
perseguir la lengua y la cultura catalanas y aniquilar los derechos
sindicales y laborales de la clase trabajadora. Se trata de un
período oscuro para una mayoría de ciudadanos y ciudadanas que no se
podían expresar libremente, y al mismo tiempo, permitía el
enriquecimiento de los que colaboraron activamente con el régimen,
mediante expropiaciones y otras formas.
No fue
hasta la muerte del dictador y con el principio de la llamada
Transición a la democracia, cuando se nos abrieron las esperanzas de
que todo fuera posible, incluso la desaparición del franquismo. Hoy
vemos que desaparición, desaparición, no se ha producido. El
franquismo sigue vivo en muchas mentes, que nunca abandonaron la
idea y otras que comienzan ahora a retomarla, como está ocurriendo
en Europa con el nazismo y en el mundo con la llega del trumpismo.
No hace
falta ser de una determinada ideología, ni de izquierdas ni de
centro ni de derechas, para mirar con tristeza y terror los años
oscuros del franquismo y temer que ese retroceso se repita. Basta
con ser demócratas. Según Pedro Sánchez, vamos a conmemorar a lo
largo de este año 2025, que en 1975, en un momento de gran
incertidumbre política, la sociedad española decidió apostar por la
democracia y por la libertad. España decidió emprender un largo y
azaroso proceso de transformación política, institucional, social y
económica que triunfó y que nos acabó convirtiendo en el país
avanzado, abierto, influyente y tolerante que hoy somos.
Durante
2025 se llevarán a cabo centenares de actos con tres objetivos:
celebrar la gran transformación económica, social y política que ha
protagonizado España en los últimos 50 años; Homenajear a todas
aquellas personas, colectivos e instituciones que hicieron y han
hecho posible esta transformación de éxito: los trabajadores, los
empresarios, la sociedad civil, los partidos políticos, los
ayuntamientos, las comunidades autónomas y los distintos Gobiernos
que ha tenido nuestro país; y poner en valor el esfuerzo de los
ciudadanos, que con su talento y su ambición han hecho de España una
referencia mundial en estabilidad, prosperidad y tolerancia.
Hay que
reconocer, pese a que todo podía haber sido mejor y de otra manera,
la gran transformación lograda en este medio siglo de democracia, y
homenajear a todas las personas y colectivos que la han hecho
posible. Un tiempo en el que nuestro país pasó de ser una dictadura,
pobre y aislada, a una de las democracias más plenas del mundo. Una
economía moderna, abierta y sostenible, una sociedad tolerante e
inclusiva, y una potencia internacional, comprometida con el
multilateralismo, el europeísmo y la paz.
Mi hija,
la pequeña, siempre ha dicho que vivió diez meses en dictadura,
considerando que en noviembre se terminó (¡¡¡Felicidades, mi
vida!!!). Que iluso fui, pensando que la dictadura terminó en aquel
20 de Noviembre. Después de tanto tiempo luchando por la igualdad,
las libertades y la democracia, siento que no hemos conseguido el
fin del franquismo. Sigue vivo, y eso podría significar un fracaso.
Hay que
transmitir a los jóvenes la importancia de vivir en democracia,
porque cuando uno ha pasado toda su vida bajo su velo protector, es
fácil olvidar las enormes fortalezas de la democracia y dejarse
seducir por quienes prometen a la gente orden, seguridad y riqueza a
cambio de arrebatarles el poder de elegir su destino.