Muchas de las obras de
Vargas Llosa están influidas por la percepción
del escritor sobre lasociedad
peruanay
por sus propias experiencias comoperuano;
sin embargo, de forma creciente ha tratado
temas de otras partes del mundo. Ha residido
enEuropa(entre
España,Gran
Bretaña,SuizayFrancia)
la mayor parte del tiempo desde1958,
cuando inició su carrera literaria, de modo
que en su obra se percibe también una cierta
influencia europea.
Vargas Llosa nació en el
seno de una familia declase
mediade
ascendenciamestizaycriollaen
la ciudad deArequipa,
en el sur delPerú.Fue
el único hijo de Ernesto Vargas Maldonado y de
Dora Llosa Ureta, quienes se separaron meses
antes de su nacimientoparadivorciarseluego
del mismo, de mutuo acuerdo.Poco
después de que Mario naciera, su padre reveló
que tenía una relación con una mujeralemanay,
como resultado de dicha unión nacieron dos
medio hermanos menores del escritor: Enrique y
Ernesto Vargas(el
primero falleció deleucemiaa
los once años de edad; el segundo es abogado y
ciudadanoestadounidense).
Mario vivió con su
familia materna en Arequipa hasta un año
después del divorcio de sus padres, momento en
que su abuelo Pedro J. Llosa Bustamante se
trasladó con toda su familia a
Bolivia, donde había
conseguido un contrato para administrar una
hacienda algodonera cercana aCochabamba.En
dicha ciudad pasó Mario los primeros años de
su niñez, junto con su madre y la familia de
esta, cursando estudios primarios en el
Colegio La Salle, hasta el cuarto grado.Hasta los diez años, se le hizo creer
que su padre había fallecido, ya que su madre
y su familia no querían explicarle que se
habían separado.
Al iniciarse el gobierno
del presidenteJosé
Luis Bustamante y Riveroen1945,
su abuelo (que era pariente del presidente)
obtuvo el cargo deprefectodeldepartamento
de Piura, por lo que
la familia entera regresó al Perú. Los tíos de
Mario se establecieron en Lima, mientras que
Mario y su madre siguieron al abuelo a la
ciudad dePiura.Allí
Mario continuó sus estudios de primaria en el
Colegio Salesiano Don Bosco,cursando
el quinto grado y donde hizo amistad con uno
de sus compañeros,Javier
Silva Ruete, quien
tiempo después sería ministro de economía.
A fines de1946o
principios de1947,
y cuando contaba con diez años de edad, Mario
se encontró con su padre por primera vez en
Piura.Sus
padres restablecieron su relación y se
trasladaron a Lima, instalándose enMagdalena
del Mar, un distrito
de clase media.Luego
se trasladaron aLa
Perla, en el Callao,
donde vivieron en una pequeña casa aislada.
Los fines de semana Mario solía visitar a sus
tíos y primos que vivían en el barrio de Diego
Ferré, en eldistrito
de Miraflores, donde
hizo muchos amigos y donde tuvo sus primeros
enamoramientos.
En Lima estudió en elColegio
La Salle, de la
congregaciónHermanos
de las Escuelas Cristianas,
de1947a1949,cursando
el sexto grado de primaria en 1947, y los dos
primeros años de secundaria de 1948 a 1949. La
relación con su padre, siempre tortuosa,
marcaría el resto de su vida. Por años, guardó
hacia él sentimientos entremezclados, como el
temor y el resentimiento, debido a que durante
su niñez debió soportar violentos arrebatos de
parte de su padre, además de un resentimiento
hacia la familia Llosa y grandes celos para
con su madre; pero, sobre todo, a causa de la
repulsión de su padre hacia su vocación
literaria, que nunca llegó a comprender.
A los 14 años, su padre
lo envió alColegio
Militar Leoncio Prado,
en elCallao,
un internado donde cursó el 3º y el 4º año de
educación secundaria, entre1950y1951.
Allí soportó una férrea disciplina militar, y,
según su testimonio, fue la época en la que
leyó y escribió «como no lo había hecho nunca
antes», consolidando así su precoz vocación de
escritor.Sus
lecturas predilectas fueron las novelas de los
escritores francesesAlejandro
DumasyVíctor
Hugo. Entre sus
profesores figuró el poeta surrealistaCésar
Moro, quien por un
tiempo le dio clases defrancés.
Durante las vacaciones
veraniegas de1952,
Vargas Llosa empezó a trabajar comoperiodistaen
el diario limeñoLa
Crónicadonde
se le encomendaron reportajes, notas y
entrevistas locales.Ese
mismo año se retiró del colegio militar y se
trasladó aPiura,
donde vivió con su tío Luis Llosa (el “tío
Lucho”) y cursó el último año de educación
secundaria en elcolegio
San Miguel de Piura.Simultáneamente
trabajó para el diario local,La
Industria, y
presenció la representación teatral de su
primera obra dramatúrgica,La
huida del Inca,
en el teatro «Variedades».
En1955,
a la edad de 19 años, contrajo matrimonio conJulia
Urquidi, su tía
política por parte materna, quien era 10 años
mayor.Debido
al rechazo que este acto causó en su familia,
se vieron forzados a separarse durante un
tiempo estando recién casados. Para lograr
mantener una vida en común, el joven Mario,
ayudado por Porras Barrenechea, consiguió
hasta siete trabajos simultáneos: como
asistente de bibliotecario del Club Nacional,
escribiendo para varios medios periodísticos e
incluso catalogando nombres de laslápidasdelCementerio
Presbítero Matías Maestrode
la ciudad deLima;
finalmente ingresó a trabajar como periodista
en Radio Panamericana, aumentando
sustantivamente sus ingresos.
Por entonces Vargas
Llosa empezó con seriedad su carrera literaria
con la publicación de sus primeros relatos:El
abuelo(en
el diarioEl
Comercio, 9 de diciembre de 1956)yLos
jefes(en
la revistaMercurio
Peruano, febrero
de 1957).A
fines de 1957 se presentó a un concurso de
cuentos organizado porLa
Revue Française, una importante
publicación francesa dedicada al arte. Su
relato tituladoEl
desafío obtuvo
el primer premio, que consistía en quince días
de visita enParís,
hacia donde partió en enero de1958.
Su estadía en la capital de Francia se
prorrogó durante un mes, antes de retornar a
Lima.Ese
mismo año se graduó de bachiller en
Humanidades en laUniversidad
Nacional Mayor de San Marcos,
a mérito de su tesis sobre las «Bases
para una interpretación de Rubén Darío».Fue
además considerado como el alumno sanmarquino
más distinguido de Literatura,por
lo que recibió labeca«Javier
Prado» para seguir cursos deposgradoen
la Universidad Complutense de Madrid, enMadrid,
España.Antes
de partir hacia Europa, hizo un corto viaje
por laamazoníaperuana,
experiencia que después le serviría para
ambientar algunas de sus novelas en dicho
espacio geográfico.
En1960,
luego de que culminara su beca en Madrid,
Vargas Llosa se mudó a Francia con la
impresión de que iba a obtener una beca para
estudiar ahí; sin embargo, habiendo llegado a
París se enteró que su solicitud había sido
denegada.A
pesar del inesperado estado financiero de
Mario y Julia, la pareja decidió quedarse en
París donde Vargas Llosa comenzó a escribir de
forma prolífica.Su
matrimonio duró algunos años más, pero terminó
endivorcioen1964.Un
año después, Vargas Llosa se casó con su
prima, Patricia Llosa,con
quien tuvo tres hijos:Álvaro
Vargas Llosa(1966),
escritor y editor; Gonzalo (1967),
empresario; yMorgana(1974),
fotógrafa.
En la capital francesa,
terminó de escribirLa
ciudad y los perrosy
allí, a través del hispanistaClaude
Couffon, entró en
contacto conCarlos
Barral, director de
la editorialSeix
Barral. La novela
consiguió en 1962 el «Premio
Biblioteca Breve» y
se publicó al año siguiente en la editorial
barcelonesa. En 1966, durante la lectura que
hizo deLa
casa verde, la
entonces solo responsable de derechos de la
editorial,Carmen
Balcells, decidió
proponerse al escritor para convertirse en su
agente literario. Lo animó a centrarse
exclusivamente en la literatura y le consiguió
sustento económico durante el tiempo que
durase la redacción deConversación
en La Catedral,
a condición de que el contrato con la
editorial lo hiciese ella. A partir de ese
momento, se convirtió en su agente y llegó a
conseguirle contratos extraordinarios.
En1983su
ex esposa Julia Urquidi publicó sus memorias
tituladasLo
que Varguitas no dijoen
respuesta a la novelaLa
tía Julia y el escribidor, basadas en la
relación entre ambos.
Obra
Mario Vargas Llosa
Narrativa
Características generales
Mario Vargas Llosa ha
sido definido como el más completo narrador de
su generación y una figura destacada de la
literatura hispanoamericana.Representante
ideal del espíritu literario delBoom
Latinoamericano,
pues nació literariamente con él y ayudó a
definirlo y a identificarlo con una nueva
generación de escritores,su
obra narrativa se caracteriza por la
importancia de la experimentación técnica, aspecto por el que es valorado como un maestro
de la composición novelística y en el que se
ha desempeñado como un notable innovador de
posibilidades narrativas y estilísticas.
Desde el punto de vista
temático, sus novelas tratan de la antinomia
entre lo histórico y lo estructural, como así
lo expresa el título de varias de sus novelas
(La ciudad y los perros,La
casa verde,Conversación
en la catedral), en las que la presencia
deestructuras
de muestra el interés casi obsesivo que el
autor tiene por éstas.Asimismo,
en cuanto a los tonos, su obra presenta las
características más variadas, desde el humor y
la comicidad hasta la caída trágica.
Por otra parte, el hecho
de que el grueso de su producción literaria la
haya realizado desde el extranjero, explica el
sesgo retrospectivo que domina buena parte de
la misma, así como la reconstrucción constante
que hace de vivencias íntimas o colectivas delPerúcomo
base de su ficción, salvo algunas excepciones
comoLa
guerra del fin mundoy
algunas de sus últimas novelas.
En cuanto a sus modelos
literarios, o “precursores” (a los que ha
dedicado en varios casos estudios críticos),
hay que citar, por un lado, a lanovela
de caballeríasTirant
lo Blanc, de
Joanot Martorell, y aCien
años de soledad,
deGarcía
Márquez, ambas como
ideales del concepto denovela
total(la
que funde lo real con lo irracional y el
mito); por otro, son imprescindibles para
Vargas Llosa dos escritores en especial:Flaubert,
como modelo de la literatura como vocación, de
la utilización de la realidad como pozo sin
fondo para encontrar contenidos y temas (la
mediocridad del ser humano, la violencia y el
sexo), como modelo, también, de la importancia
de una estructura narrativa rigurosa y de un
narrador impasible ante los hechos narrados,
etc.; yFaulkner,
tanto en lo que respecta a temas y ambientes,
como a rasgos formales, especialmente, el
multiperspectivismo, los saltos en el tiempo,
el uso de varios narradores en vez del
omnisciente, la retención de información, el
uso de historias paralelas, etc.
Por su parte, el propio
Vargas Llosa ha ejercido una importante
influencia en escritores posteriores,
especialmente, por ejemplo, en los autores
peruanosLuis
Urteaga CabrerayJorge
Eduardo Benavides.
Trayectoria narrativa
Los inicios literarios
de Vargas Llosa fueron el estreno enPiura,
cuando tenía 16 años, de una obra de teatro,
hoy probablemente perdida, titulada laLa
huida del Inca, y algunos cuentos
publicados enLimaen
diversos medios.
En Lima, la presencia
literaria dominante era la de los narradores
de la llamadageneración
del 50. Aunque
finalmente se distanciaría de ellos, el grupo
estimuló su vocación literaria con su visión
realista de la sociedad peruana, especialmente
la de Lima. Más en concreto,
Con ellos, aprendió a
cultivar el realismo urbano, de clara
intención social y testimonial, a veces
inspirado en la escuela narrativa
norteamericana, el neorrealismo literario y
cinematográfico italiano y las ideas del
«compromiso» desarrolladas por Sartre. Estos
influjos son visibles en los cuentos
juveniles de Vargas Llosa y aun en sus
primeras novelas.
Luego, la ruptura con los criterios estéticos
de esa generación se produce sobre todo en el
plano técnico y en la resistencia de Vargas
Llosa a defender en sus obras tesis o
propuestas ideológicas de determinado signo.
Así, la novedad básica que introduce con sus
obras es
la ruptura del modelo
de representación naturalista y del esquema
intelectual algo simplista en el que se
apoyaba el documentalismo de ese grupo. La
misma evolución de las novelas del autor
demostraría su rápida independencia
estética, estimulada por su experiencia
europea y el descubrimiento de otras formas
y propuestas.
La críticatiende
a distribuir su obra narrativa en tres grupos:
En un
primer grupo estarían sus obras iniciales:Los
jefes,Los
cachorros,La
ciudad y los perros,La
casa verdeyConversación
en la catedral. Aunque se trata de
narraciones muy diversas en intención,
asunto y formas (y, de hecho, cada obra
constituye una intensificación de la
complejidad técnica y de contenido respecto
de la anterior), presentan una
incuestionable unidad en cuanto a la
complejidad del proyecto y a la visión
narrativa que proponen.
A partir de 1973, con la
publicación dePantaleón
y las visitadoras, Vargas Llosa inicia una
fase marcada por una actitud cuestionadora
tanto de los grandes problemas de la sociedad
latinoamericana moderna (en especial, los
referidos a Perú, en un momento crítico de su
historia), como las del arte narrativo con el
que intenta representarlas.Así,
y de una forma evidente, se aprecia una
moderación de su afán totalizante y una
tendencia a la plasmación de historias
generalmente menos complejas y dentro de unos
márgenes más restringidos, aunque sin
prescindir de recursos técnicos esenciales
para él como el efecto de contraste que
permite el desarrollo paralelo de dos o más
historias.Con
todo, publica en esta fase una obra,La
guerra del fin del mundo, que constituye
no solo una excepción a estos rasgos generales
de la misma (es la obra de mayor ambición y
trascendencia del período), sino la primera
incursión de Vargas Llosa fuera de la realidad
física o histórica de su país.
Desde finales de los
setenta, además, su reflexión como narrador
aborda especialmente la relación entre lo real
y su transposición literaria, esto es, la, así
llamada por él, «verdad de las mentiras», o la
constatación de que la palabra crea un mundo
propio que se parece a la realidad externa,
pero que tiene sus propias reglas y
«verdades».
En consecuencia, todos estos rasgos se
manifiestan de una u otra manera, en otros dos
grupos de obras:
Por un
lado, en una serie de novelas de tema
político, comoLa
guerra del fin del mundo,Historia
de Mayta,Lituma
en los Andes,La
fiesta del Chivo, etc.;
Por otro,
en una serie que empieza conPantaleón
y las visitadoras, y en la que aborda
tanto temas centrados en la reelaboración de
experiencias más privadas (La tía Julia y
el escribidor...) o de modelos clásicos
de novela policíaca (¿Quién mató a
Palomino Molero?...) o erótica (Elogio
de la madrastra...).
Obras
Su primer libro
publicado fue una colección de cuentos
tituladaLos
Jefes(encabezada
por elrelato
del mismo nombre),
que obtuvo el premio Leopoldo Alas (1959).
Su primeranovela,La
ciudad y los perros,
fue publicada en1963.
La obra se desarrolla en medio de una
comunidad de cadetes en unaescuela
militarenLimay
la trama está basada en las propias
experiencias del autor en elColegio
Militar Leoncio Pradode
Lima.Esta
prematura obra adquirió la atención general
del público así como un éxito inmediato.Su
vitalidad y hábil uso de técnicas literarias
sofisticadas impresionó de inmediato a los
críticos,y
ganó así elPremio
de la Crítica Española.
En1966publicó
su segunda novela,La
casa verde,
acerca de una casa-burdel del mismo nombre
cuya presencia enPiuraafecta
las vidas de los personajes. La trama se
centra en Bonifacia, una chica de origenaguarunaque
es expulsada de unconventopara
transformarse luego en «la selvática», laprostitutamás
conocida de «La casa verde». La novela obtuvo
de inmediato una entusiasta recepción por
parte de lacrítica,
que confirmaba a Vargas Llosa como una
importante figura de la narrativa
latinoamericana.
La tercera novela de
Vargas Llosa,Conversación
en La Catedral,
fue publicada en1969,
a la edad de 33 años. En1971,
Vargas Llosa publicóGarcía
Márquez: historia de un deicidio,
que había sido su tesis doctoral en laUniversidad
Complutense de Madrid.
Dicha tesis fue posteriormente publicada como
un libro.Después
de la publicación de la monumental obra
Conversación en La Catedral, la producción
de Vargas Llosa se distanció de los temas de
mayor seriedad, como son la política y los
problemas sociales. El especialista en
literatura latinoamericana, Raymond L.
Williams, describe esta fase de su carrera
literaria como «el descubrimiento del humor».Su
primer intento de escribir una novela satírica
fuePantaleón
y las visitadoras,
obra publicada en1973.
El3
de noviembrede2010,
la editorialAlfaguarapublicóEl
sueño del celta,
última novela de Vargas Llosa sobre la vida deRoger
Casement, cónsul
británico en elCongo
Belgay
en Perú, que entre 1903 y 1911 se dedicó a
investigar y a denunciar las atrocidades
—explotación salvaje, torturas y genocidio—,
del régimen deLeopoldo
IIen
el país africano en el Congo y de la compañía
C. Arana y de la británica Peruvian Rubber
Companyen en la remota selva del Putumayo
peruano.
Se declara melómano,
sintiendo una especial predilección porGustav
Mahler.
Durante su encuentro con
la prensa internacional en elInstituto
CervantesdeNueva
York, tras conocer
que le había sido otorgado elPremio
Nobel2010,
Vargas Llosa declaró que dicho galardón lo
consideraba como un reconocimiento alidioma
español.Asimismo,
respecto a su producción literaria manifestó:
"Lo que hago, lo que digo, expresa el país en
el que he nacido, el país en el que he vivido
las experiencias fundamentales que marcan a un
ser humano, que son las de infancia y
juventud, de tal manera que el Perú soy yo. Yo
le puedo agradecer a mi país, a lo que yo soy,
el ser un escritor".
En el ámbito
futbolístico, Vargas Llosa ha declarado ser
hincha delUniversitario
de Deportesde
Perú.El
propio escritor ha confesado en su obraEl
pez en el aguaque
desde pequeño ha sido hincha del llamadoequipo
crema, al que vio por primera vez en el
terreno de juego un día de 1946 cuando apenas
tenía 10 años de edad.En
febrero de 2011, elClub
Universitario de Deportesle
otorgó la condición de socio honorario
vitalicio, en una ceremonia llevada a cabo en
elEstadio
Monumental.
El04
de febrerode2011se
publica en elReal
Decreto con el cual el reyJuan
Carlos Ile
concede el título de marqués de Vargas Llosa,
que de acuerdo con la legislación nobiliaria
española es hereditario, mencionando como
fundamento "su extraordinaria contribución,
apreciada universalmente, a la Literatura y a
la Lengua española, que merece ser reconocida
de manera especial". Comentando este
acontecimiento, el escritor dijo: "Hay que
tomarlo con humor, viviendo y siendo de un
país republicano; con agradecimiento porque es
un gesto muy cariñoso del rey de España; y con
una sorpresa descomunal pues jamás imaginé que
me harían marqués [...]. Agradezco a España,
agradezco al rey. Y al mismo tiempo digo que
yo nací plebeyo y voy a morir plebeyo, a pesar
del título”.
Como homenaje por la
obtención delPremio
Nobel, el30
de marzodel2011en
el marco de las celebraciones por el 460º
aniversario de laUniversidad
de San Marcos—alma
materdel
escritor—, la universidad distinguió a Vargas
Llosa con su máxima condecoración: la "Medalla
de Honor Sanmarquina" en el grado de Gran
Cruz, además creó una cátedra que lleva su
nombre e inauguró una sala museo sobre el
laureado escritor y sus años en sualma
mater. La ceremonia se realizó en la
históricaCasona
de San Marcosy
contó con la participación de destacados
intelectuales sanmarquinos quienes también han
sido compañeros, amigos y profesores de Vargas
Llosa.
Participación política
Como presidente del PEN
Internacional, organización mundial de
escritores, el 22 de octubre de 1976 envió una
carta al dictador argentinoJorge
Rafael Videladenunciando
que fuerzas oficiales y comandos armados
vestidos de civil han perseguido
intelectuales, secuestrándolos en sus casas y
luego asesinándolos, torturándolos o haciendo
desaparecer sin que se tengan noticias de su
paradero. Señaló también que decenas de
escritores, artistas y periodistas habían
debido huir del país, por amenazas de muerte
recibidas. Esta carta fue difundida por
diversos medios periodísticos del mundo.
En la década de1980,
Vargas Llosa se volvió políticamente activo y
causó sorpresa por sus posicionesliberales,
ya que la intelectualidad de la época se
caracterizaba por su perfilizquierdista.
En1983fue
nombrado por el entoncespresidente
del Perú,Fernando
Belaúnde Terry,
presidente de la Comisión Investigadora delCaso
Uchuraccay, cuya
misión era aclarar el asesinato de ocho
periodistas que habían viajado a la aldea para
investigar anteriores masacres enHuaychao,
en las que sospechaban que podían estar
involucrados elementos de las Fuerzas Armadas
delPerú.
Pese a que la comisión presidida por Vargas
Llosa exculpaba a los militares, más tarde se
demostraría su implicación en los asesinatos y
algunos, como el general Clemente Noel Morán,
fueron procesados y condenados a varios años
de cárcel.
En1987,
ante los intentos del gobiernoapristadeAlan
Garcíade
nacionalizar la banca peruana, Vargas Llosa se
perfiló como líder político, encabezando la
protesta contra esa acción. Inició su carrera
política fundando el movimiento Libertad y se
presentó como candidato a laPresidencia
del Perúen1990.
Durante gran parte de la
campaña electoral, fue el candidato favorito.
El súbito crecimiento de la popularidad deAlberto
Fujimori, quien
hasta 15 días antes de la elección aparecía
con menos del 10% de las preferencias, forzó
una segunda vuelta electoral en la cual Vargas
Llosa fue derrotado. Después de laselecciones, se instaló enMadrid.
El gobierno deAlberto
Fujimoriamenazó
con quitarle la nacionalidad peruana,por
lo que para evitar convertirse en unapátridaa
petición del escritor, el Gobierno español le
concedió la
nacionalidadespañolaen1993,
sin que tuviera que renunciar a laperuanaen
virtud al convenio de doble nacionalidad
vigente entre ambos países.
Vargas Llosa calificó en
1990 como la dictadura perfecta al sistema
político mexicano, conCarlos
Salinas de Gortari(1988-1994)
en la presidencia de México, dado en el
contexto de más de seis décadas de
predominancia delPRIen
el gobierno, lo que le valió a Vargas Llosa
tener que salir rápidamente de México para
evitar un problema político.
Ha sido un permanente
crítico de las dictaduras y de aquellos
gobiernos que considera autoritarios,
cuestionándolos desde artículos periodísticos
y declaraciones públicas.
El29
de septiembrede2007participó
en el acto de presentación del partido españolUnión,
Progreso y Democracia,
de cuyaFundación
Progreso y Democraciafue
nombrado patrono de honor.Apoyó
la candidatura presidencial del empresario
chileno dederecha,
Sebastián
Piñeray,
además, fue invitado para participar junto a
la presidenta de ese país,Michelle
Bachelet, en la
inauguración del Museo de la Memoria y los
Derechos Humanos, en conmemoración de las
víctimas en la dictadura militar deAugusto
Pinochet. Hasta su
renuncia irrevocable, en setiembre de2010,
como protesta "contra la aprobación de
decretos legislativos cuya vigencia hubiera
permitido la liberación de violadores de
Derechos Humanos" , Vargas Llosa fue el
presidente de la Comisión de Alto Nivel para
la constitución delLugar
de la Memoria del Perú,dedicado
a la dignificación de las víctimas delconflicto
armado internode
este país.
Enabrilde2011,
el escritor participó en laselecciones
generales,
sufragando en favor del candidatoAlejandro
Toledo(expresidente
del Perú en el período 2001-2006).Al
conocerse que los candidatosKeiko
FujimoriyOllanta
Humalaserían
quienes definan la presidencia delPerúen
una segunda vuelta, el escritor señaló que
respaldaría a este último a efectos de impedir
el «retorno de la dictadura que gobernó el
país en la década de los noventa», en clara
alusión a la candidatura deKeiko
Fujimori.
El19
de mayo, en la
histórica Casona de laUniversidad
Nacional Mayor de San Marcos,Ollanta
Humalarealizó
el juramento "Compromiso en Defensa de la
Democracia" ante la presencia de varios
destacados intelectuales y artistas peruanos
quienes le brindaron su apoyo. Durante la
ceremonia se proyectó un video que envió Mario
Vargas Llosa, en el cual el escritor peruano
le reiteraba su apoyo en los siguientes
términos:
Yo creo que este
juramento y su plan de gobierno rectificado
deberían desvanecer todas las dudas que aún
persisten en quienes no han decidido su
voto. Yo los exhorto a votar por Ollanta
Humala para defender la democracia en el
Perú y evitarnos el escarnio de una nueva
dictadura.
A menos de una semana de
la votación, Vargas Llosa rompió relaciones
con el diarioEl
Comercio, medio
peruano que publicaba su columna "Piedra de
Toque". En una carta al director del
periódico, el escritor afirmó que «el diario
se ha convertido en una máquina
propagandística de Keiko Fujimori que, en su
afán de impedir por todos los medios la
victoria de Ollanta Humala, viola a diario las
más elementales nociones de la objetividad y
de la ética periodísticas»Terminados
los comicios, y conocida la victoria deOllanta
Humala, Vargas Llosa
manifestó que su participación activa en la
campaña electoral había terminado, al
considerar que había contribuido a salvar la
democracia de su país.
Vargas Llosa, discurso aceptación
del Nobel
Discurso
pronunciado por Mario Vargas Llosa
en la ceremonia de entrega de los
Premios Príncipe de Asturias de
1986.
Imagino que se me ha confiado la
honrosa tarea de agradecer los
Premios Príncipe de Asturias
porque, entre los premiados, yo
puedo testimoniar mejor que nadie
sobre el espíritu generoso que los
informa y, viniendo del remoto
Perú, sobre su vocación universal.
Lo hago con la modestia debida,
pero, también, orgulloso de
compartir este reconocimiento con
los distinguidos intelectuales,
artistas, científicos e
instituciones que los han
merecido. Y feliz de hacerlo en
esta tierra de Asturias, de recias
cumbres y verdes campiñas, donde
nació uno de los escritores que
más admiro -Clarín- y que es un
símbolo, en la historia de
Occidente, de amor a la soberanía
y a la libertad.
Y puesto que los Premios Príncipe
de Asturias hermanan, cada año, a
hombres y mujeres de España y de
América, quizás ésta sea una
ocasión propicia para reflexionar
en alta voz sobre aquel hecho
fronterizo en la Historia, del que
pronto celebraremos cinco siglos:
la inserción de América, por obra
de España, en el mundo occidental.
Vale la pena hacerlo porque,
aunque antiguo y sabido, es un
hecho que todavía no resulta
evidente para todos ni suelen
sacar de él, algunos gobiernos y
personas, las conclusiones que se
imponen.
Españoles e hispanoamericanos
vivimos trescientos años de
historia común y, en esos tres
siglos, la tierra a la que llegó
Colón, desapareció y fue
reemplazada por otra,
sustancialmente distinta. Una
tierra que, enriquecida por los
fermentos de su entraña pre-histórica
y por los aportes de otras
regiones del planeta -el África,
principalmente-, piensa, cree, se
organiza, habla y sueña dentro de
los valores y esquemas culturales
que son los mismos de Europa.
Quien se niega a verlo así tiene
una visión insuficiente de América
o de lo que es el horizonte
cultural de Occidente.
Luego de tres siglos en que fueron
una sola, las naciones que España
ayudó a formar y a las que marcó
de manera indeleble, estallaron en
una miríada de países que, entre
fortunas e infortunios -más de
éstos que de aquéllas- tratan de
forjarse un destino decente y de
aniquilar a esos demonios que han
emponzoñado su historia: el
hambre, la intolerancia, las
desigualdades inicuas, el atraso,
la falta de libertad, la
violencia. Son demonios que España
conoce porque también en la
Península han causado estragos.
Lo que la Historia unió los
gobiernos se encargan a menudo de
desunirlo. Nuestro pasado, en
América, está afeado por querellas
estúpidas en las que nos hemos
desangrado y empobrecido
inútilmente. Pero todas las
guerras y disensiones no han
podido calar más hondo de la
superficie; bajo los transitorios
diferendos subsisten, irrompibles,
aquellos vínculos que España
estableció entre ella y nosotros,
y entre nosotros mismos, y que el
tiempo consolida cada vez más: una
lengua, unas creencias, ciertas
instituciones y una amplísima gama
de virtudes y defectos que, para
bien y para mal, hacen de nosotros
parientes irremediables por encima
de nuestros particularismos y
diferencias.
Quizás una pequeña historia podría
ilustrar mejor lo que me gustaría
decir. Ya que eso es lo que soy
-un contador de historias-
permítanme que se la cuente.
Es la historia de un indio del
Perú, que nació en 1629 ó 1632
-nadie ha podido precisarlo-, en
una aldea perdida de los Andes
cuyo nombre, Calcauso, ni siquiera
figuró en los mapas. Estaba -a lo
mejor está aún- en la provincia de
Aymaraes, en Apurímac. Era un
muchacho curioso y vivaracho a
quien, un día, un clérigo de paso,
impresionado por sus dotes, llevó
consigo al Cusco e hizo estudiar
en el Colegio de San Antonio Abad,
donde se concedían algunas becas
para "hijos de indígenas". Sabemos
muy pocas cosas de su biografía.
Ni siquiera es seguro que se
llamara con el nombre y el
apellido españoles con que ha
pasado a la historia: Juan
Espinoza Medrano. Parece probado,
eso sí, que tenía la cara averiada
por verrugas o por un enorme lunar
y que a ello debió su apodo: el
Lunarejo.
Pero sus contemporáneos le
pusieron también otro sobrenombre
más ilustre: el Doctor Sublime.
Porque aquel indio de Apurímac
llegó a ser uno de los
intelectuales más cultos y
refinados de su tiempo y un
escritor cuya prosa robusta y
mordaz, de amplia respiración y
atrevidas imágenes, multicolor,
laberíntica, funda en América
hispana esa tradición del barroco
de la que serían tributarios,
siglos más tarde, autores como
Leopoldo Marechal, Alejo
Carpentier y Lezama Lima.
La leyenda dice que cuando el
Doctor Sublime predicaba, desde el
púlpito a la modesta iglesia del
barrio de San Cristóbal, en el
Cusco, de la que fue párroco, la
nave rebotaba de fieles y que
había quienes hacían largas
travesías para escucharlo.
¿Entendía esa apretada multitud lo
que el Lunarejo les decía? A
juzgar por los sermones que de él
nos han llegado -La Novena
Maravilla se titula, con cierta
hipérbole, la recopilación- es
probable que, la mayoría, no. Pero
no hay duda de que esa palabra
lujosa, musical, que convocaba con
autoridad a los poetas griegos y a
los filósofos romanos, a
fabulistas bizantinos, trovadores
medievales y prosistas castellanos
y los hacía desfilar galanamente
por la imaginación de sus oyentes,
hechizaba a su auditorio.
El único libro orgánico escrito
por el Lunarejo del que tenemos
noticia es un texto polémico: el
Apologético en favor de don Luis
de Góngora, que publicó en 1662,
refutando al crítico portugués
Manuel de Faría y Souza, que había
atacado el culteranismo. Hay a
quienes la intención de este
turbulento panfleto hace reír. ¿No
era patético que, allá, tan lejos
de Madrid, y tan fuera del tiempo,
ese indiano se empeñara en
intervenir en una polémica que,
aquí, en Europa, había cesado
hacía varias décadas y cuyos
protagonistas estaban ya muertos?
A mí, el anacrónico empeño del
curita cusqueño, lanzándose, desde
su barriada andina, a reavivar esa
extinta polémica, me conmueve
profundamente. Porque en su texto
erudito, belicoso, atiborrado de
pasión y de metáforas, hay una
voluntad de apropiación de una
cultura que adelanta lo que es
hoy, intelectualmente, América
Latina. En el Lunarejo, y en un
puñado de otros creadores
indianos, como el Inca Garcilaso o
Sor Juana Inés de la Cruz, las
ideas y la lengua que fueron de
Europa a América han echado raíces
y germinado en un pensamiento y en
una estética que representan ya un
matiz diferente, una inflexión
propia muy nítida dentro de la
literatura española y la
civilización occidental.
En el Apologético en favor de don
Luis de Góngora, el Lunarejo cita
o glosa a más de ciento treinta
autores, desde Homero y
Aristóteles hasta Cervantes,
pasando por el Aretino, Erasmo,
Tertuliano y Camoens. Las citas
cultas eran un ritual de los
tiempos, como rendir pleitesía al
cielo y a los santos. En su caso,
son, también, un ejercicio de
magia simpatética, un conjuro para
atraer a esas tierras y arraigar
en ellas a quienes representaban,
entonces, las cimas de la
sabiduría y el arte. Aquella
brujería fue eficaz: obras como
las de Neruda, Borges y Octavio
Paz han sido posibles en América
Latina gracias a la testarudez con
que, gentes como el Lunarejo,
decidieron hacer suya, asumir como
propia la cultura que España
trasplantó a sus tierras.
En los tiempos del Doctor Sublime,
la mayoría de nuestros escritores
eran meros epígonos: repetían, a
veces con buen oído, a veces
desafinando, los modelos de la
metrópoli. Pero, en algunos casos,
como en el suyo, apunta ya un
curioso proceso de emancipación en
el que el emancipado alcanza su
libertad y su identidad eligiendo
por voluntad propia aquello que
hasta entonces le era impuesto. El
colonizado se adueña de la cultura
del colonizador y, en vez de
mimarle, pasa a crearla,
aumentándola y renovándola. Así,
se independiza en la medida en que
se integra. En eso consiste la
soberanía cultural de
Hispanoamérica: en saber que
Cervantes, el Arcipreste y Quevedo
son tan nuestros como de un
asturiano o un leonés. Y que ellos
nos representan tan legítimamente
como las piedras de Machu Picchu o
las pirámides mayas.
Aquel proceso fue extraño, sinuoso
y, sobre todo, lento. Como el
Doctor Sublime, otros
hispanoamericanos encontraron su
propia voz, sin proponérselo,
tratando de emular a los
peninsulares. En el Lunarejo, la
inventiva y el brío verbal son tan
fuertes que rompen los moldes
estrechos y rastreros del género
que escogió para expresarse. Su
Apologético no es tal, sino un
poema en prosa en el que, con el
pretexto de reverenciar a Góngora
y vituperar a Faría y Souza, el
apurimeño se libra a una suntuosa
prestidigitación. Juega con los
sonidos y el sentido de las
palabras, fantasea, canta,
impreca, cita y va coloreando los
vocablos y los malabares con un
deje personal. Al final, no vemos
en su texto una reinvindicación de
Góngora y una abominación del
portugués: lo vemos a él,
emergiendo, borracho de verbo y de
retruécanos, con una figura propia
tan resuelta que afantasma al
poeta y al crítico.
En el Lunarejo se vislumbra lo que
serían el Perú, Hispanoamérica: la
frontera austral del Occidente, un
mundo en ciernes, inconcluso,
ansioso por cuajar, que tiene
prisa y que a veces se cae de
bruces. Pero la meta final de esa
carrera de obstáculos en que está
América Latina es clarísima y nada
nos ayudaría tanto a alcanzarla
como que Europa Occidental
entendiera que nuestra suerte está
unida a la de ella y que el anhelo
de nuestros pueblos es lograr
sociedades prósperas y justas,
dentro del sistema de libertad y
convivencia que es la más grande
contribución de Occidente a la
humanidad.
A lo mucho que nos unió en el
pasado, hoy nos une, a españoles y
a hispanoamericanos, otro
denominador común: regímenes
democráticos, una vida política
signada por el principio de
libertad. Nunca, en toda su vida
independiente, ha tenido América
Latina tantos gobiernos
representativos, nacidos de
elecciones, como en este momento.
Las dictaduras que sobreviven son
apenas un puñado y alguna de
ellas, por fortuna, parecen estar
dando las últimas boqueadas. Es
verdad que nuestras democracias
son imperfectas y precarias y que
a nuestros países les queda un
largo camino para conseguir
niveles de vida aceptables. Pero
lo fundamental es que ese camino
se recorra, como quieren nuestros
pueblos -así lo hacen saber,
clamorosamente, cada vez que son
consultados en comicios legítimos-
dentro del marco de tolerancia y
de libertad que vive ahora España.
Para nuestros países, lo ocurrido
en la Península, en estos años, ha
sido un ejemplo estimulante, un
motivo de inspiración y de
admiración. Porque España es el
mejor ejemplo, hoy, de que la
opción democrática es posible y
genuinamente popular en nuestras
tierras. Hace veintiocho años,
cuando llegué a Madrid como
estudiante, había en el mundo
quienes, cuando se hablaba de un
posible futuro democrático para
España, sonreían con el mismo
escepticismo que lo hacen ahora
cuando se habla de la democracia
dominicana o boliviana. Parecía
imposible, a muchos, que España
fuera capaz de domeñar una cierta
tradición de intolerancias
extremas, de revueltas y golpes
armados. Sin embargo, hoy todos
reconocen que el país es una
democracia ejemplar en la que,
gracias a la clarísima elección de
la Corona, de las dirigencias
políticas y del pueblo español, la
convivencia democrática y la
libertad parecen haber arraigado
en su suelo de manera
irreversible.
A nosotros, hispanoamericanos,
esta realidad nos enorgullece y
nos alienta. Pero no nos
sorprende; desde luego que era
posible, como lo es, también,
allende el mar, en nuestras
tierras. Por eso, a las muchas
razones que nos acercan,
deberíamos decididamente añadir
esta otra: la voluntad de luchar,
hombro con hombro, por preservar
la libertad conseguida, por ayudar
a recobrarla a quienes se la
arrebataron y a defenderla a los
que la tienen amenazada. ¿Qué
mejor manera que ésta de
conmemorar el quinto centenario de
nuestra aventura común?
La palabra Hispanidad exhalaba, en
un pasado reciente, un tufillo
fuera de moda, a nostalgia
neocolonial y a utopía
autoritaria. Pero, atención, toda
palabra tiene el contenido que
querramos darle. Hispanidad rima
también con modernidad, con
civilidad y, ante todo, con
libertad. De nosotros dependerá
que sea cierto. Hagamos con esas
dos palabras, Hispanidad y
Libertad, las piruetas que le
gustaban al Lunarejo: juntémoslas,
arrejuntémoslas, fundámoslas,
casémoslas y que no vuelvan a
divorciarse nunca.
Participación en los medios de
comunicación
Mario Vargas Llosa
publicó su primer artículo periodístico en el
número 198 de la revistaperuanaCaretasen
mayo de1960.
El25
de juliode1977estrenó
su columnaPiedra
de toque, la meditación desde el punto de
vista de un escritor sobre el acontecer
humano. Estas columnas han sido muy leídas y
desde1997vienen
siendo publicadas quincenalmente en Caretas,
así como en más de 20 diarios y revistas de
diferentes partes del mundo occidental. A lo
largo de sus intervenciones enPiedra
de Toque, el autor ha tratado los
siguientes temas:
Debates de actualidad: temas de reflexión
abiertos
Sobre
todas lasdictaduras:
el escritor recuerda su animadversión hacia
toda clase de dictaduras y su respeto por el
proceso democrático
Además de ser constantemente entrevistado por
otros periodistas en la radio y la televisión,
y de ser muchas veces invitado como
colaborador o invitado especial en programas
de televisión y de radio, Vargas Llosa tuvo su
propio programa en la televisión peruana,
tituladoLa
torre de Babel.
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