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La literatura española es aquella desarrollada en España o en idioma español; también podría incluirse en esta categoría la literatura hispanolatina clásica y tardía, la literatura judeoespañola y la literatura arábigoespañola, escritas respectivamente en latín, hebreo y árabe. Abarca desde las primeras expresiones poéticas conservadas en lengua vernácula, las jarchas, hasta la actualidad, más de mil años de historia. Es una rama de la literatura románica y ha dado lugar a otra importante rama, la literatura hispanoamericana. |
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Sólo a partir del siglo XIII y en un sentido exclusivamente geográfico es posible hablar de literatura españolaescrita. Hasta este período, se supone la coexistencia de una poesía de transmisión oral en lengua romance, tanto lírica como épica, junto a unos usos escriturales cultos cuya lengua de expresión y transmisión era el latín. Primeras manifestaciones
Hasta la década de 1950 fue habitual considerar que el comienzo de la literatura española se daba con una obra épica: el Cantar de Mio Cid (siglo XII), obra que era transmitida generalmente de forma oral por los juglares. La historiografía literaria no tuvo en cuenta datos proporcionados por crónicas anteriores a la definitiva fijación textual de dicho cantar de gesta. Estos datos se refieren a la tradición oral tanto en su versión lírica más antigua como a los romances, ambas formas de expresión que formaban parte del patrimonio popular. En el año 1948, Samuel Miklos Stern, un investigador húngaro, descubrió en antiguos manuscritos conservados en El Cairo, unas estrofas líricas en lengua romance aljamiada, denominadas jarchas. Glosas Emilianenses (siglo X): El primer texto escrito en formas románicas españolas. En realidad no tiene carácter literario. Apareció en un manuscrito de San Millán de la Cogolla. El texto dice así:
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Las jarchas (siglo XI): Breves composiciones líricas de carácter amoroso, escritas en árabe vulgar, o en la lengua romance de los cristianos que vivían en al-Ándalus (mozárabes). Ejemplo de jarcha:
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Cronológicamente el primero en surgir es el Mester de Juglaría, formado por cantares de gesta que imitan las chansons francesas al principio y luego reaccionan con una temática nacional bien diferenciada agrupándose en varios ciclos, de los cuales los más importantes son los relativos a El Cid, a los Siete infantes de Lara y el relativo a Bernardo del Carpio. Frente a la épica francesa, la épica española posee unos rasgos diferenciales muy acusados:
En este mester podríamos agrupar también la literatura oral tradicional de las jarchas en lengua mozárabe, de las cantigas de amigo en gallego portugués y la literatura trovadoresca que, en lengua provenzal, empiezan a escribir algunos trovadores catalanes. En cuanto a lírica castellana en este siglo apenas nada se ha conservado, salvo algunos restos de villancicos. Según Ramón Menéndez Pidal el Cantar de Mio Çid fue compuesto alrededor del año 1145, cuarenta y seis años después de la muerte del Cid; Antonio Ubieto Arteta, sin embargo, ha corregido esa hipótesis inicial y ha fechado la composición de la obra alrededor del año 1207. Se ignora el autor, aunque debía poseer algunos conocimientos jurídicos y quizá se hallaba relacionado con el culto sepulcral establecido en torno al sepulcro del Cid en el monasterio de San Pedro de Cardeña; Menéndez Pidal piensa, a causa de la distribución de los topónimos que se encuentran en el Cantar, que pudieron ser dos autores relacionados con San Esteban de Gormaz y Medinaceli; el manuscrito fue copiado por un tal Per Abbat, Pedro Abad.
Siglo XV
Durante el siglo XV se da el llamado Prerrenacimiento. La producción literaria aumentó exponencialmente. Los poetas más destacados de este siglo son Juan de Mena, Íñigo López de Mendoza (marqués de Santillana) y Jorge Manrique, quien con su obra Coplas a la muerte de su padre reflejó perfectamente la aceptación cristiana de la muerte.
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El período histórico que sucede a la Edad Media en Europa es conocido como el Renacimiento, comprende todo el siglo XVI aunque sus precedentes se encuentran en los siglos XIV y XV y sus influencias se dejan notar en el XVII. Se inició en Italia y se extendió por toda Europa favorecido por el invento de la imprenta. Los escritores del renacimiento adoptaron como modelos que debían ser imitados a los escritores de la antigüedad clásica, y a los grandes italianos del siglo XIV Dante, Petrarca, y Boccaccio. Este movimiento fue influido por los humanistas que estudiaron la cultura de Grecia y Roma, entre los que destacan Erasmo de Rotterdam, Antonio de Nebrija y Juan Luis Vives. Durante la Edad Media el arte es un medio para honrar a Dios. En el Renacimiento el centro del mundo es el hombre, los poetas cantan al amor humano, la naturaleza, los hechos guerreros, y también tratan temas filosóficos y políticos. Poesía durante el reinado de Carlos V Juan Boscán influido por los artistas italianos e instado por Navagero, introduce las nuevas formas, escribiendo muchos poemas de gran calidad. Su amigo Garcilaso de la Vega es el definitivo adaptador de las formas italianas, utilizando el verso endecasílabo y los recursos típicos de la poesía italiana: soneto, terceto, la canción, la lira, la rima interna, los versos sueltos. Una serie de poetas siguieron los pasos formando la Escuela Petrarquista cuyos representantes más importantes son:
Poesía Lírica en la época de Felpe II Existen dos tendencias:
La ascética y la mística La aparición de este género en España parece influenciada por místicos extranjeros anteriores como Kempis, Tauler, Ruysbrock, etc. Entre los primeros escritores ascéticos está el Beato Juan de Ávila (1500-1569). Los más importantes escritores ascéticos son:
Ver más > Literatura en el Renacimiento |
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Es un periodo de creación literaria que abarca aproximadamente desde las obras iniciales de Góngora y Lope de Vega, en la década de 1580, hasta bien entrado el siglo XVIII. El siglo más característico del barroco literario español es el XVII, en el que alcanzan su cénit prosistas como Baltasar Gracián y Francisco de Quevedo, dramaturgos como Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca y Juan Ruiz de Alarcón o la producción poética de los citados Quevedo, Lope de Vega y Góngora. Las características fundamentales de la literatura barroca española son la progresiva complejidad en los recursos formales y una temática centrada en la preocupación por el paso del tiempo y la pérdida de confianza en los ideales neoplatónicos del Renacimiento. Asimismo, es de destacar una variedad y diversidad en los asuntos tratados, la atención al detalle y el afán de atraer a un público amplio, de lo que es ejemplo el auge de la comedia nueva lopesca. Contexto Histórico El Barroco español se produce en medio de los llamados Siglos de Oro de la literatura española. España estuvo gobernada en ese lapso por tres monarcas: Felipe II, Felipe III y Felipe IV, gobernando este último hasta 1665. Felipe II, hijo y sucesor de Carlos V del Sacro Imperio Romano y I de España, por abdicación de este, tomó posesión del trono español en 1556. Durante la centuria anterior a esta, España había alcanzado su mayor unidad y extensión territorial. Por herencias, conquistas, convenios diplomáticos o matrimonios reales, llegaron a estar sometidas al cetro de Carlos V, Nápoles y Sicilia; Flandes, Alemania, Hungría y Portugal, aparte de las nuevas y ricas tierras de América. Por el contrario, a Felipe III y Felipe IV les tocó perder una a una todas las tierras europeas. Esto ocasionó graves problemas, religiosos, políticos, internos e internacionales. Características del Barroco El Barroco se caracteriza por lo siguiente:
Actitudes de los escritores Ante la crisis barroca, los escritores españoles reaccionan de varias maneras:
Escritores de la época Baltasar Gracián Ver más > Literatura española Barroco y siglo de Oro
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El siglo XVIII: La Ilustración y el Neoclasicismo A lo largo del siglo XVIII eclosiona una nueva mentalidad que enlaza con la antropología renacentista y que en consecuencia viene a romper la cosmovisión del mundo Barroco. Este período ha recibido el nombre de «Ilustración». Dicho movimiento se cimienta, a grandes rasgos, en el espíritu crítico, que rompe abruptamente con el principio de autoridad, en el predominio de la razón y su fundamentación en la experiencia. Esta estructura del saber tiene como consecuencia que la filosofía y la ciencia sean las disciplinas más valoradas. Este período ha sido conocido en la Historia de las Ideas como "Siglo de las Luces" o "Siglo de la razón". Su característica más relevante es la búsqueda de la felicidad humana a través de la cultura y el progreso. Las nuevas ideas asociadas al pensamiento ilustrado hicieron que el arte y la literatura se orientaran hacia un nuevo clasicismo (Neoclasicismo), del que se deriva el adjetivo "neoclásico". En literatura se busca la expresión moderada de las emociones, y emular normas y reglas clásicas (puestas de actualidad gracias a los descubrimientos arqueológicos de este período). Al mismo tiempo se valoró el equilibrio y la armonía como el principio estético dominante. Tradicionalmente se ha tendido a afirmar que contra tanta rigidez se reaccionó a finales de siglo, produciéndose una vuelta al mundo de los sentimientos, otorgándole el nombre de "Prerromanticismo". Para algunos autores como Marta Manrique Gómez en la línea del historiador de la literatura Russeld P. Sebold el romanticismo no se constituye como una reacción contra formas obsoletas sino como el desarrollo de un modo de expresión previamente imbricado en los autores que reconocemos canónicamente como ilustrados. Se distinguen tres etapas en la literatura española del siglo XVIII
Ver más > Literatura española La Ilustración. Neoclasicismo
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El siglo XIX: Romanticismo y Realismo La Literatura española en el siglo XIX puede dividirse en varias etapas: En 1898, con el desastre del 98, comienza el siglo XX respecto al ámbito literario.
El Romanticismo
Cansados del escrupuloso rigor de los escritores ilustrados, surge, en la década de 1830 y bajo la influencia de los escritores prerrománticos europeos, como Goethe o Rousseau, el Romanticismo en España. Los autores románticos se rebelan contra todo lo establecido por el Neoclasicismo, son atraídos por lo misterioso y tratan de evadirse del mundo que les rodea, disgustados por la sociedad burguesa y apática en la que les tocó vivir. En esta época, los conservadores trataban de preservar sus privilegios, mientras los liberales luchaban por suprimirlos. En Europa se desarrolla fuertemente la industria y crece culturalmente, mientras España parecía aislarse cada vez más, dando la imagen de un país retrasado. Las primeras manifestaciones del Romanticismo en España fueron en Andalucía, siendo uno de sus máximos exponentes la escritora Cecilia Böhl de Faber y Larrea, más conocida por su pseudónimo, Fernán Caballero. Fue precisamente su padre Juan Nicolás Böhl de Faber quien publicó en el Diario Mercantil de Cádiz una serie de artículos defendiendo el teatro del Siglo de Oro, y en Cataluña, a través del diario El Europeo, siguiendo el modelo de Böhl y defendiendo un Romanticismo moderado y tradicionalista. Uno de los principales introductores del prerromanticismo fue Manuel José Quintana.
Poesía En la poesía, los poetas plasman con euforia y pasión todo cuanto sienten. Los principales temas son el amor pasional, las reivindicaciones sociales, el Yo del poeta y la naturaleza, ambientada en lugares oscuros y misteriosos. El representante más destacado de la poesía del Romanticismo es José de Espronceda (1808-1842), aunque también cabe destacar a otros poetas como Carolina Coronado (1823-1911), Juan Arolas (1805-1873), el gallego Nicomedes Pastor Díaz (1811-1863), Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873) y Pablo Piferrer (1818-1848). TeatroEl teatro neoclásico no logró calar en los gustos de los españoles. A comienzos del siglo XIX aún se aplaudían las obras del Siglo de Oro. Estas obras eran despreciadas por los neoclásicos por no sujetarse a la regla de las tres unidades (acción, lugar y tiempo) y mezclar lo cómico con lo dramático. Sin embargo aquellas obras atraían fuera de España, precisamente por no sujetarse al ideal que defendían los neoclásicos. El Romanticismo triunfa en el teatro español con La conjuración de Venecia, de Francisco Martínez de la Rosa; El Trovador, de Antonio García Gutiérrez; Los amantes de Teruel, de Juan Eugenio Hartzenbusch; pero el año clave es 1835, cuando se estrena Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas (1791–1865). Cabe mencionar también la importante obra Don Juan Tenorio (1844) de José Zorrilla y Muérete y verás de Bretón de los Herreros. Lo más cultivado es el drama. Todas las obras contienen elementos líricos, dramáticos y novelescos. La libertad domina en el teatro en todos los aspectos. Romanticismo tardío Ya en la segunda mitad del siglo XIX, los gustos por lo histórico y lo legendario pasaron a un segundo plano, y la poesía se tornó sentimental e intimista. Los poetas están influenciados por la poesía alemana, en especial la de Heinrich Heine. La poesía, al contrario de la novela y el teatro, continúa siendo romántica (la novela y el teatro seguirá la tendencia realista). Centra su atención a lo emotivo que puede poseer el poema. Se reduce la retórica y se aumenta el lirismo, con el amor y la pasión por el mundo por lo bello como temas principales. Se buscan nuevas formas métricas y nuevos ritmos. La homogeneidad de la que gozaba el Romanticismo se transforma en pluralidad en las ideas poéticas. Los poetas más representativos de este período son Gustavo Adolfo Bécquer, Augusto Ferrán y Rosalía de Castro, aunque ya no triunfan en aquella sociedad de la Restauración, utilitaria y poco idealista. Se admiraron más a los escritores que trataban temas de la sociedad contemporánea, como Ramón de Campoamor y Gaspar Núñez de Arce, pese a que hoy en día no tengan demasiada relevancia crítica.
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El Realismo En España el Realismo caló con suma facilidad, ya que existía un precedente en las novelas picarescas y en El Quijote. Alcanzó su máximo esplendor en la segunda mitad del siglo XIX (Juan Valera, Pereda y Galdós), aunque sin llegar al punto de rigurosidad de los cánones establecidos por la escuela de Balzac.
También hay que destacar el auge del folletín, con autores como Manuel Fernández y González. .
El naturalismo en España, al igual que en Francia, también tuvo sus detractores y se crearon grandes polémicas. Entre los opositores es encuentran Pedro Antonio de Alarcón y José María de Pereda, los cuales llegaron a calificarlo de «inmoral». Sus defensores más encarnizados fueron Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán. La controversia más dura tuvo lugar a partir de1883, a raíz de la publicación de La cuestión palpitante de Pardo Bazán. Generación del 68Esta generación está formada por una serie de escritores considerada nueva clase nacional. El período de máxima coincidencia como generación tuvo lugar en la década de los ochenta. Dicha generación la integran: Pedro Antonio de Alarcón, José María de Pereda, Benito Pérez Galdós, Juan Valera, Leopoldo Alas Clarín, Emilia Pardo Bazán y Armando Palacio Valdés. Las características que definen a este grupo son una conciencia de clase y optimismo (que más tarde tornará al pesimismo, por la revolución de 1868). A nivel individual cada uno presenta un estilo propio. De todos los autores de este grupo, Alarcón es el único que presenta algunos rasgos heredados del romanticismo, sobre todo el costumbrismo más romántico. Esta influencia se aprecia claramente en Cuentos amatorios (1881),Historias nacionales (1881) y Narraciones inverosímiles (1881). PoesíaCierto es que hacia la segunda mitad del siglo XIX la novela evolucionó rápidamente hacia el Realismo, pero esto no ocurrió con la lírica y en el teatro, cuya transformación fue menos violenta y aún continuaron impregnados de romanticismo hasta final de siglo. Este romanticismo postrero es más aparente que real; en ocasiones carece de fondo y sin la exaltación lírica a la que se entregaba el romanticista de pro. Esto es debido a la sociedad, pues era el momento de la burguesía que consolidaría la Restauración de 1875. Dicha sociedad, que estaba sentando las bases del capitalismo y dando los primeros pasos de industrialización del país, no dejó cabida para las personas que admiraban el arte de forma desinteresada. Los escritores más representativos son Gaspar Núñez de Arce y Ramón de Campoamor, en ocasiones adscritos al Romanticismo como opositores al movimiento pues en este romanticismo tardío aún quedaban pequeños vestigios con Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. TeatroEl teatro realista español describe un arco desde las posturas más conservadoras y acríticas a las más progresistas y ácidas: desde la alta comedia de Adelardo López de Ayala yVentura de la Vega, al teatro éticamente inquieto de Benito Pérez Galdós y la acerada crítica de Enrique Gaspar y Rimbau, dramaturgo de minorías. Junto a estos autores, se reanudó el interés por el costumbrismo que reflejó el público burgués más conservador a través de géneros como la zarzuela o género chico, el sainete o el teatro por horas. Se trataba de un teatro fundamentalmente de evasión, que procuraba no plantear problemas de conciencia al burgués. Junto a ello, se intentaba revitalizar los anticuados valores conservadores de la honra con las iniciativas para hacer revivir el drama histórico romántico por parte de Manuel Tamayo y Baus o por parte del neorromanticismo del matemático José Echegaray.
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El Modernismo surgió en los últimos años del siglo XIX en Europa y en América. Las incipientes corrientes del pensamiento finisecular tenían la intención de renovar la situación social y política, así como las tendencias artísticas del momento, es decir, Realismo y Naturalismo. En un principio el término “modernista” tuvo carácter despectivo ya que era utilizado por aquellos que se oponían a las novedades, pero con el tiempo pasó a designar, sin ninguna connotación negativa, a los cultivadores de esta nueva tendencia. El máximo representante del Modernismo es el nicaragüense Rubén Darío. Puede decirse que el Modernismo empieza a gestarse en los primeros años de la década de los 80 del siglo XIX. Su desarrollo llegaría hasta la Primera Guerra Mundial. En este periodo se producen acontecimientos como la crisis y el desastre del 98 para España. El año1898 significó para España la pérdida definitiva de todas sus antiguas colonias americanas. Sin embargo, en 1898 no perdió tanto territorio (Cuba y Puerto Rico en América y Filipinas en Asia) como durante el reinado de Fernando VII de España. Hay que destacar que la literatura en español desde finales del siglo XIX no tiene su centro de irradiación en España como ocurría en siglos anteriores. En el caso del Modernismo, además, hay que decir que es un movimiento que más bien surge en América. La entrada del Modernismo en España se produjo en 1892 con la llegada de Rubén Darío. El Modernismo en España es incomprensible sin ponderar la aportación de la literatura americana. No hay consenso en la actualidad para el debate “entre los que perciben el Modernismo como opuesto a la Generación del 98 y los que proponen un punto de vista más ancho o "epocal" de la cultura española finisecular”. El Modernismo supuso también renovación y rebeldía frente a la literatura imperante en la época. Los modernistas innovaron para encontrar otros temas y formas que estuvieran más acordes con sus inquietudes. Una gran influencia para el Modernismo fueron estas dos corrientes literarias francesas: Parnasianismo y Simbolismo. La ruptura modernista también tiene su origen en la crisis espiritual generalizada de finales del XIX, con distintas características a ambos lados del Atlántico. El Modernismo ha sido nombrado como "rebeldía de soñadores". Federico de Onís lo ha definido como "la forma hispánica de la crisis universal y del espíritu que inicia hacia 1885 la disolución del siglo XIX". En Hispanoamérica, como consecuencia de los sentimientos independentistas y nacionalistas de los Estados que se habían independizado recientemente de la metrópoli o de aquellos que lo harían próximamente, surge el rechazo ante los modelos españoles. Por tanto, los modernistas americanos estuvieron más influidos por escritores europeos, especialmente por los literatos franceses, que por los españoles. Esta intención de separación de lo que había representado una opresión se vio frenada en los viajes de los escritores americanos a Europa y concretamente a España, pues encontraron en España también una serie de escritores sensibles al cambio estético y social. Los viajes supusieron una influencia mutua y un importante acercamiento. Los modernistas españoles, en cambio, sí fueron influidos principalmente por el Modernismo hispanoamericano, aunque también lo fueron por los parnasianos y simbolistas franceses. Uno de los sucesos más importantes para la España de la época fue, como se ha dicho, el Desastre del 98. Características Los rasgos característicos del Modernismo se ven tanto en los temas como en el estilo. En general, desea la armonía, la plenitud y la perfección de un mundo que quieren idealizar y del cual huyen. Temas
EstiloPara plasmar la belleza y su mundo interior, los modernistas escogen cuidadosamente las palabras, para producir efectos de musicalidad y color. Recursos:
Parnasianismo y simbolismo ![]() Charles Baudelaire La influencia de estos dos movimientos, desarrollados en Francia desde mediados del siglo XIX, fueron muy importantes en la instauración del Modernismo en España.
El contexto del Modernismo literario en España En literatura el precursor del Modernismo en España fue Rubén Darío, aunque no hay que olvidar al español Salvador Rueda. El desastre del 98España fue la gran potencia mundial con Carlos I y Felipe II, pero desde el reinado de los Austrias menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) y de sus validos, España llevó un proceso de decadencia constante y continuado que culminó en 1898 con la pérdida de las últimas colonias americanas (Puerto Rico y Cuba) y las Islas Filipinas en el Pacífico. El problema español durante el siglo XIX había dado lugar a ideas reformistas, pero tras el 98 la crisis caló entre la sociedad y surgieron ideas como las regeneracionistas, que pretendían realizar una cambio mayor. Dado que el Desastre del 98 se produce después de que surja el Modernismo, no influyó enormemente en el movimiento, pero sí tienen que ver el independentismo americano, la guerra en Cuba (desde 1868) y las continuas crisis políticas en España. La crisis de 1898 fue mucho más influyente para la Generación del 98. La guerra de Cuba y FilipinasDesde el fin de la Primera República y hasta 1923, el sistema político español es un sistema bipartidista a imagen y semejanza del modelo inglés. Este sistema es introducido por Antonio Cánovas del Castillo, líder del partido conservador. El Partido Liberal de Práxedes Mateo Sagasta y el de Cánovas se van turnando pacíficamente en el gobierno hasta 1897, cuando Cánovas es asesinado y sube al poder de nuevo Sagasta. Desde entonces hay otros líderes y también ganan fuerza otros partidos políticos y los nacionalismos. Sagasta y Cánovas llevan a cabo las decisiones más importantes respecto a la guerra de Cuba y Filipinas. RegeneracionismoSe llama Regeneracionismo al movimiento intelectual que entre los siglos XIX y XX reflexiona objetiva y científicamente sobre las causas de la decadencia de España como nación y piensa en las soluciones que la crisis española puede tener. Sin embargo, se suele confundir con la Generación del 98, ya que, aunque ambos movimientos expresen el mismo juicio pesimista sobre España, los regeneracionistas lo hacen de una forma objetiva, documentada y científica, mientras que los autores de la Generación del 98 expresan sus sentimientos de dolor y de amor por España de forma más literaria y subjetiva. El principal representante del Regeneracionismo es el aragonés Joaquín Costa con su lema "Escuela, Despensa y siete llaves al sepulcro del Cid". Con este lema llamaba a la educación y a olvidar el pasado glorioso de España, para volver a levantarla. Institución Libre de EnseñanzaDe entre los organismos de gran relieve en esta época, cabe destacar la Institución Libre de Enseñanza, fundada en Madrid en 1876 por el catedrático y pensador malagueño Francisco Giner de los Ríos. Con ideas filosóficas de origen alemán, emprendió un duro trabajo de modernización cultural de España, en la enseñanza y en la investigación. Fue muy influyente su carácter europeísta durante el siglo XX, particularmente durante la II República Española, que acogió de buena gana sus ideales reformadores. En 1939, la Institución desapareció, duramente reprimida por los vencedores de la Guerra Civil. Pese a todo, un pensamiento decididamente moderno se difundió mayoritariamente entre la burguesía, clase de la cual saldrán los autores más importantes del siglo XX.
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