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Facsímil del poema Pax de
Rubén Darío |
El Modernismo surgió en los últimos años del siglo
XIX en Europa y
en América.
Las incipientes corrientes del pensamiento finisecular tenían la
intención de renovar la situación social y política, así como las
tendencias artísticas del momento, es decir, Realismo y Naturalismo.
En un principio el término “modernista” tuvo carácter despectivo ya
que era utilizado por aquellos que se oponían a las novedades, pero
con el tiempo pasó a designar, sin ninguna connotación negativa, a
los cultivadores de esta nueva tendencia. El máximo representante
del Modernismo es el nicaragüense Rubén
Darío.
Puede
decirse que el Modernismo empieza a gestarse en los primeros años de
la década de los 80 del siglo XIX. Su desarrollo llegaría hasta la
Primera Guerra Mundial. En este periodo se
producen acontecimientos como la crisis y el
desastre del 98 para España. El año
1898 significó para España la pérdida
definitiva de todas sus antiguas colonias americanas. Sin embargo,
en 1898 no
perdió tanto territorio (Cuba y Puerto
Rico en América y Filipinas en Asia)
como durante el reinado de Fernando
VII de España.
Hay
que destacar que la literatura en español desde finales del siglo
XIX no tiene su centro de irradiación en España como ocurría en
siglos anteriores. En el caso del Modernismo, además, hay que decir
que es un movimiento que más bien surge en América.
La entrada del Modernismo en España se produjo en 1892 con
la llegada de Rubén Darío. El Modernismo en España es incomprensible
sin ponderar la aportación de la literatura americana. No hay
consenso en la actualidad para el debate “entre los que perciben el
Modernismo como opuesto a la Generación
del 98 y los que proponen un punto de
vista más ancho o "epocal" de la cultura española finisecular”.
El
Modernismo supuso también renovación y rebeldía frente a la
literatura imperante en la época. Los modernistas innovaron para
encontrar otros temas y formas que estuvieran más acordes con sus
inquietudes. Una gran influencia para el Modernismo fueron estas dos
corrientes literarias francesas: Parnasianismo y Simbolismo.
La ruptura modernista también tiene su origen en la crisis
espiritual generalizada de finales del XIX, con distintas
características a ambos lados del Atlántico.
El Modernismo ha sido nombrado como "rebeldía de soñadores".Federico
de Onís lo ha definido como "la forma
hispánica de la crisis universal y del espíritu que inicia hacia
1885 la disolución del siglo XIX".
En
Hispanoamérica, como consecuencia de los sentimientos
independentistas y nacionalistas de los Estados que se habían
independizado recientemente de la metrópoli o de aquellos que lo
harían próximamente, surge el rechazo ante los modelos españoles.
Por tanto, los modernistas americanos estuvieron más influidos por
escritores europeos, especialmente por los literatos franceses, que
por los españoles. Esta intención de separación de lo que había
representado una opresión se vio frenada en los viajes de los
escritores americanos a Europa y
concretamente a España,
pues encontraron en España también una serie de escritores sensibles
al cambio estético y social. Los viajes supusieron una influencia
mutua y un importante acercamiento.
Los
modernistas españoles, en cambio, sí fueron influidos principalmente
por el Modernismo hispanoamericano, aunque también lo fueron por los
parnasianos y simbolistas franceses. Uno de los sucesos más
importantes para la España de la época fue, como se ha dicho, el
Desastre del 98

Características
Los rasgos
característicos del Modernismo se ven tanto en los temas como en el
estilo. En general, desea la armonía, la plenitud y la perfección de
un mundo que quieren idealizar y del cual huyen.
Temas
La belleza sensorial y la huida del mundo: los modernistas buscan un
mundo más bello y expresivo en donde puedan refugiarse, quieren huir
del mundo real, de lo cotidiano y de la rutina abstracta. Por tanto,
tienen predilección por el mundo medieval,
por el mundo
clásico y el Renacimiento,
por la Francia de Versailles de los siglos XVII y XVIII y
por los lugares lejanos y exóticos. Son comunes los ambientes
refinados e historias en las que aparecen princesas, héroes mitológicos y
literarios, etc. El color azul y el cisne son algunos de los
elementos favoritos de los modernistas. El azul simboliza la
libertad y el cisne representa la tendencia a lo aristocrático (en
oposición a lo burgués). Esta tendencia a evadirse del mundo real y
buscar otros más bellos tiene relación con el Romanticismo, anterior
al Realismo.
El mundo interior del escritor: los modernistas se alejan del
Realismo, que se centra en la observación de los ambientes y los
paisajes, para pasar a describir sus sentimientos personales, que
muchas veces se identifican con el paisaje,
que es el reflejo del estado de ánimo del autor. Hay que destacar
también el sensualismo y la idealización de la mujer y del amor. En
la expresión del mundo interior también encontramos relación con el Romanticismo;
aunque, por ejemplo, el amor imposible es tratado de manera
distinta.
Estilo
Para plasmar
la belleza y su mundo interior, los modernistas escogen
cuidadosamente las palabras, para producir efectos de musicalidad y
color. Recursos:
-
Utilización de una gran cantidad
de recursos fónicos como onomatopeyas, aliteraciones,
etc.
-
Uso abundante de otras
figuras literarias como metáforas, alegorías, paralelismos y sinestesias.
-
Empleo frecuente
de adjetivación ornamental y de
palabras exóticas, cultas y sugerentes que expresen sus sentimientos.
-
Recuperación de algunos tipos de
versos poco utilizados, como el alejandrino o
el eneasílabo,
aunque se continúan utilizando otros como el endecasílabo y
el octosílabo,
que ya estaban más que consagrados en la literatura española.
También se da una recuperación de estrofas en desuso como la cuaderna
vía (que utiliza versos
alejandrinos) y se crean nuevas estrofas.
-
Versificación por
pies (distribución idéntica de acentos en grupos de sílabas
iguales) para conseguir una acentuación del ritmo.

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Parnasianismo y Simbolismo
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Charles Baudelaire |
La
influencia de estos dos movimientos, desarrollados en Francia desde
mediados del siglo
XIX, fueron muy importantes en la
instauración del Modernismo en España.
El Parnasianismo,
llamado así porque se manifestó con su revista Le Parnasse
Contemporain (1866-1876).
Esta publicación postula el arte por el arte, lejos de las
ambiciones trascendentes y sentimentales que defendía el Romanticismo.
Sus partidarios pretendían crear "objetos bellos", abordando temas
exóticos y orna.

El contexto del
Modernismo literario en España
En
literatura, el precursor del Modernismo en España fue Rubén Darío,
aunque no hay que olvidar al español Salvador
Rueda.
El desastre del 98
España
fue la gran potencia mundial con Carlos
I y Felipe
II, pero desde el reinado de los Austrias
menores (Felipe
III, Felipe
IV y Carlos
II) y de sus validos,
en España comenzó un proceso de decadencia constante y continuado
que culminó en 1898 con
la pérdida de las últimas colonias americanas (Puerto
Rico y Cuba)
y las
Islas Filipinas en el Pacífico. No
obstante, dado que el "Desastre del 98" se produjo después de que
apareciera el Modernismo.

Cuba y el amigo americano
Desde
el fin de la Primera
República y hasta 1923,
el sistema político español es un sistema bipartidista a imagen y
semejanza del modelo inglés. Este sistema es introducido por Antonio
Cánovas del Castillo, líder del partido
conservador. El Partido
Liberal de Práxedes
Mateo Sagasta y el de Cánovas se van
turnando pacíficamente en el gobierno hasta 1897,
cuando Cánovas es asesinado y sube al poder de nuevo Sagasta. Desde
entonces hay otros líderes y también ganan fuerza otros partidos
políticos y los nacionalismos. Sagasta y Cánovas llevan a cabo las
decisiones más importantes respecto a la guerra de Cuba y Filipinas.
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General Antonio
Maceo |
La
Guerra de Cuba no es la única guerra internacional que afronta
España en el último tercio del siglo XIX. En 1885 se
plantea un conflicto con Alemania por
las Islas
Carlinas, pero se resuelve
diplomáticamente y se las queda Alemania. En
1893 hay un conflicto en Melilla que
también se resuelve por vía diplomática y España mantiene el
protectorado. Son incidentes menores que sirven para conocer la
opinión pública ante una guerra. Esta se posiciona en contra de la
diplomacia, acusando a los gobernantes de blandos. Por tanto, cuando
se inicia el conflicto en Cuba, tanto Cánovas como Sagasta saben que
la opinión pública les exigirá intervenir militarmente. La actitud
de ambos, seguir los designios de la opinión pública, es la más
lógica teniendo en cuenta la situación del país, que se encuentra
bajo la regencia de María
Cristina de Habsburgo, lo que puede dar
lugar a un alzamiento carlista o
un intento de golpe de Estado por parte del ejército. Aún así,
Cánovas y Sagasta asumen que meten a España en una guerra suicida.
La
guerra comienza en 1895 con
el "Grito de Baire", un llamamiento al pueblo cubano para alzarse
contra la metrópoli. Los líderes de esta insurrección son
Máximo Gómez,
Antonio Maceo, Calisto
García y José
Martí. Todos habían estado exiliados en
Estados Unidos, desde donde parten para desembarcar en el este de
Cuba. José Martí muere en uno de los primeros enfrentamientos y
acaba siendo encumbrado como un mártir de la causa cubana. La
insurrección se extiende de este a oeste, mientras los españoles
esperan, controlando las grandes ciudades.
La
decisión política española con respecto a la guerra tiene dos
momentos. El gobierno de Cánovas, en 1895, nombra al general
Martínez Campos Capitán General de Cuba.
Se espera de él que vuelva a ser “el Pacificador”. La estrategia de
Martínez Campos es desgastar a los insurrectos, cortar su avance e
intentar crear una división entre los revolucionarios. En un
principio funciona bien, pero en España la catalogan de blanda.
Martínez Campos dimite en 1896.
Fracasado el primer plan, el gobierno español nombra como Capitán
General a Valeriano
Weyler, que se muestra firme con una
durísima represión contra los rebeldes. Sobre todo llama la atención
la política de reconcentración, que consiste en concentrar a la
población en las ciudades para evitar que los rebeldes se mezclen
con la población rural. El resultado es que el abandono de las
tierras de cultivo colapsa la economía.
En
agosto de 1897 Cánovas
es asesinado y accede al poder Sagasta, liberal que quiere
diplomatizar el conflicto de Cuba. Sustituye a Weyler y a Polavieja
y promete, entre otras mejoras, una amplia autonomía democrática,
sufragio universal masculino y libertad económica. En Estados
Unidos la prensa ya había creado un tenso
clima bélico y el senado esperaba la más mínima ocasión para entrar
en guerra. Con la excusa de la voladura y hundimiento del acorazado
Maine en el puerto de La
Habana, suceso del que se acusó a los
españoles, EE.UU. declaró una guerra, desigual y fulminante,
bloqueando la costa cubana. El almirante
Cervera recibió la orden, contra su
voluntad, de dejar el puerto de Santiago y salir a luchar contra los
estadounidenses. La 'armada' española fue derrotada y hundida en
cuatro horas.
Con
Cuba en manos de los EE.UU., el 12
de agosto se anexionan también Puerto
Rico; hay que recordar que poco antes, en
la batalla de Cavite, se habían hecho con el control de Filipinas.
En diciembre de 1898 se
firmó el vergonzoso y humillante Paz
de París, por el que España tuvo que
reconocer la independencia de Cuba, Filipinas y Puerto Rico y pagar
20 millones de indemnización.

Regeneracionismo
Se
llama Regeneracionismo al movimiento intelectual que entre los
siglos
XIX y
XX reflexiona objetiva y científicamente
sobre las causas de la decadencia de España como nación y piensa en
las soluciones que la crisis española puede tener. Sin embargo, se
suele confundir con la Generación
del 98, ya que, aunque ambos movimientos
expresen el mismo juicio pesimista sobre España, los
regeneracionistas lo hacen de una forma objetiva, documentada y
científica, mientras que los autores de la Generación del 98
expresan sus sentimientos de dolor y de amor por España de forma más
literaria y subjetiva. El principal representante del
Regeneracionismo es el aragonés Joaquín
Costa con su lema "Escuela, Despensa y
siete llaves al sepulcro del Cid". Con este lema llamaba a la
educación y a olvidar el pasado glorioso de España, para volver a
levantarla.

Institución Libre de
Enseñanza
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Anuncio de la Junta
Directiva de la
Institución Libre de Enseñanza
curso 1889-1890. |
De
entre los organismos de gran relieve en esta época, cabe destacar
la Institución
Libre de Enseñanza, fundada en Madrid
en 1876 por
el catedrático y pensador malagueño Francisco
Giner de los Ríos. Con ideas filosóficas
de origen alemán, emprendió un duro trabajo de modernización cultural de España, en la enseñanza y en la investigación. Fue muy
influyente su carácter europeísta durante el siglo
XX, particularmente durante la II
República Española, que acogió y puso en
práctica sus ideales reformadores. En 1939,
la Institución desapareció, duramente reprimida por los vencedores
de la Guerra
Civil. Pese a todo, su ideario pedagógico
se difundió en ciertos sectores de la burguesía aconfesional, de la
que luego saldrían algunos de los autores más importantes del siglo
XX.

Escritores modernistas
españoles
Manuel Machado
Nació
en Sevilla en 1874 y
murió en Madrid en 1947.
Se trasladó a la capital española de pequeño, con su familia, y allí
estudió en la Institución
Libre de Enseñanza. En Madrid trabajó como
bibliotecario, se licenció en Filosofía
y Letras y fue nombrado académico de la RAE.
Siempre estuvo muy unido a su hermano Antonio,
aunque en la Guerra
Civil se separaron por diferencias
ideológicas, pues Manuel militó entre los nacionales y Antonio entre
los republicanos. Sin embargo, Manuel colaboró con su hermano en
varias obras de teatro. Haber sido partidario del franquismo le
causó una tremenda tristeza cuando su hermano y su madre mueren
exiliados y también provocó que se le diera más importancia a su
hermano que a él, que fue bastante olvidado, en los años finales de
la dictadura.
Fue
influido por Darío y también por parnasianos y simbolistas. De su
obra, que es sobre todo lírica, con formas graciosas e
intrascendentes, son muy recordados los cantares andaluces y los
poemas ligeros, aunque tiene obras más graves, cercanas al Noventayochismo.
Obras: Alma, Caprichos, La
fiesta nacional, El
mal poema, etc.
Salvador Rueda
Nació
y murió en la provincia
de Málaga (1857-1933).
Su origen humilde le hizo pasar por muchos y diferentes trabajos
hasta que consiguió un empleo en La
Gaceta de Madrid. Fue un auténtico
inconformista en cuanto a la estética literaria, halló una gran
acogida en Hispanoamérica y se convirtió en el precursor del
Modernismo en España, además de la influencia exterior de Darío.
Además de a la poesía se dedicó al periodismo.
En su obra poética, iniciada hacia 1880, destacan obras como Aires
españoles (1890)
y Piedras
preciosas (1900);
aunque escribiera también novelas, relatos costumbristas y obras
teatrales.
Manuel Reina Montilla
Político, periodista y poeta español precursor del Modernismo que
nació y falleció en Puente
Genil (Córdoba)
(1856-1905).
Su obra poética, iniciada en 1874, está influenciada por románticos
y postrománticos. Escribió en diversas revistas y ocupó varios
cargos políticos. Su posición económica siempre había sido muy
desahogada. Su primer libro fue Andantes
y allegros, de 1877.
Con el tiempo perfeccionaría mucho tanto la forma como el estilo.
Ricardo Gil
Madrileño de nacimiento y muerte (1858-1908),
es, junto a Salvador Rueda y Manuel Reina, uno de los precursores
españoles del Modernismo. Se educó en Murcia, donde viviría después
de acabar la carrera de Derecho. Sus versos aluden a Isabelle von
Pekovick, húngara, de la que estaba enamorado. Su poesía deja ver un
claro influjo de Bécquer. En Va de cuento utiliza una métrica
típicamente modernista.
Francisco Villaespesa
Nació
en la Alpujarra almeriense en 1877 y
murió en Madrid en 1936.
Su primera obra modernista es La
copa del rey de Thule, del año 1900.
También es autor de piezas teatrales y de novelas, pero ante todo es
un gran poeta con una obra amplísima de más de cincuenta libros
poéticos. Como dramaturgo destacan El alcázar de las perlas, Aben
Humeya y La leona de Castilla. Son obras de teatro en verso, con
versos musicales y sonoros.
Tomás Morales
Nació
en Moya (Gran
Canaria) en 1884 y
murió en Las
Palmas de Gran Canaria en
1921. Fue uno de los poetas más
importantes del modernismo español. Entre sus obras destaca Las
rosas de Hércules, así como su poema Oda
al Atlántico. Fue amigo de Saulo
Torón y de Alonso
Quesada, otros dos poetas modernistas
grancanarios.
Eduardo Marquina
Nació
en Barcelona en 1879 y
murió en Nueva
York en 1946.
Es un gran poeta del Modernismo catalán y un importante dramaturgo
de los años anteriores a la Primera
Guerra Mundial. Escribió una letra para el
himno español por encargo del rey Alfonso
XIII. Entre sus obras poéticas está Vendimión,
de 1909. Algunas de sus obras teatrales más notables son Las
hijas del Cid, En
Flandes se ha puesto el sol, Teresa de
Jesús y La ermita, la fuente y el río. Son obras de teatro en verso,
con versos musicales y sonoros, al igual que los dramas de Francisco
Villaespesa, aunque los de Marquina son más cuidados.
Alberto Álvarez de Cienfuegos
Fue un
periodista, poeta y dramaturgo español que nació en Martos (Jaén)
en 1885 y
murió en Puertollano (Ciudad
Real) en 1957.
Su oposición al franquismo provocó
que su literatura fuera bastante olvidada. Estudió Ciencias y
Derecho en la Universidad
de Granada. Su actividad literaria comenzó
en esa época de estudiante y, desde el principio, se inclinó hacia
el Modernismo. Está emparentado con Nicasio
Álvarez de Cienfuegos, poeta del XVIII. Su
obra más conocida es Andantes (1910)
Saulo Torón Navarro
Como
Tomás Morales y Alonso Quesada, buenos amigos suyos, Saulo Torón
nació en la isla de Gran
Canaria, donde también fallecería (1885-1974).
Tuvo una infancia difícil por la muerte de muchos de sus familiares.
Su poesía era sencilla, intimista y tenía una característica escasez
de artículos. En ella expresaba sobre todo su mundo interior, algo
pesimista y melancólico, y daba mucha importancia al mar. Su obra
poética está compilada en cuatro libros.
Alonso Quesada
Su
verdadero nombre era Rafael Romero Quesada. Comenzó y terminó su
vida en Las
Palmas de Gran Canaria (1885-1925).
Fue poeta, narrador y autor dramático. Gran amigo de Tomás Morales y
Saulo Torón, dejó sin publicar la mayor parte de su obra, la cual
marcó con su ironía y su amargura existencial.
Antonio Machado
Nació
en Sevilla en 1875 y
murió exiliado en Colliure (Francia)
con su madre en 1939.
Aunque en realidad es el gran poeta de la Generación
del 98, tuvo también relación con el
Modernismo. Como su hermano Manuel,
estudió en la Institución
Libre de Enseñanza después de su traslado
a Madrid. Ambos hermanos trabajaron juntos en obras de teatro como Las
adelfas (1928), La
Lola se va a los puertos, o Julianillo
Valcárcel (1926). Soledades,
publicada en 1903 y
ampliada en 1907,
es una obra todavía modernista de Antonio Machado. Consiguió ser
profesor de francés en Soria,
una provincia que marcaría gran parte de su obra, como en Campos
de Castilla (1912),
en la que ya se opone al Modernismo.
Ramón del Valle-Inclán
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Ramón del Valle-Inclán |
Nació
en Vilanova
de Arousa (Pontevedra)
en 1866 y
murió en Santiago
de Compostela en 1936,
afectado de cáncer.
Empezó a estudiar Derecho,
pero lo dejó porque se marchó a México,
donde volvería más tarde después de vivir en Madrid y en Santiago.
Era todo un bohemio y su aspecto era muy característico. Era
nervioso e irritable y se entregó siempre al arte y a lo bello. En
un incidente con un periodista se hizo una herida que se agravó y
provocó que le amputaran el brazo.
Es
difícil establecer a qué movimiento literario pertenece exactamente
Valle-Inclán por la amplitud de su obra, en la que destacan, por
ejemplo, las Sonatas (en prosa) y los esperpentos (teatro).
Valle-Inclán pertenece también a la Generación
del 98.
Juan Ramón Jiménez
Juan
Ramón Jiménez es más bien un escritor del Novecentismo,
pero su primera época es modernista y también se caracteriza por la
influencia de Bécquer.
Juan Ramón Jiménez escribió un poema en el que se dejan ver sus
distintas etapas poéticas hasta 1918.
Los tres primeros versos aluden al influjo becqueriano y los cinco
siguientes a la etapa modernista:
Vino, primero, pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando sin saberlo.
Llegó a ser una reina
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de hiel y sin sentido!
Mas se fue desnudando.
Y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica,
y apareció desnuda toda...
¡Oh, pasión de mi vida, poesía,
desnuda para siempre!

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