Juan Carlos de Borbón, el inviolable, se salva de una investigación penal sobre unos posibles delitos de corrupción en sus negocios opacos y por el cobro de comisiones supuestamente ilegales. Un jefe de Estado corrupto yéndose de rositas, en un país serio nunca ocurriría. La Fiscalía del Supremo investigaba el supuesto cobro de comisiones por la concesión del AVE a La Meca a empresas españolas; el presunto uso por parte de Juan Carlos I y otros familiares de tarjetas de crédito opacas; y la existencia de una cuenta con 10 millones de euros a nombre de Juan Carlos de Borbón en el paraíso fiscal de la isla de Jersey. Existen negocios millonarios y corruptelas que han quedado acreditados pero no se juzgarán. No declaró al fisco ni los 65 millones de euros que la Fiscalía suiza considera probado que percibió de Arabia Saudí ni los gastos que le han ido abonando dos allegados después de la abdicación. El blanqueo de capitales, sin embargo, se queda en sospecha. La inviolabilidad primero y la prescripción, después, son los dos motivos principales que esgrime el Ministerio Público para dar carpetazo definitivo a las investigaciones. El emérito lleva huido en Abu Dabi casi dos años, viviendo en una mansión de lujo, pagado por Patrimonio Nacional. Felipe VI reconoció el origen corrupto de la fortuna de su padre justo el primer día del estado de alarma con España en estado de shock y la fiscalía archiva las investigaciones en medio de una situación de guerra en Ucrania que afecta a Europa. Buen manejo de los tiempos para asegurar impunidad y que el gran escándalo pase desapercibido. A partir del 19 de junio de 2014, fecha en la que se hizo efectiva la abdicación real, quedó sin efecto la inviolabilidad e irresponsabilidad que para el Rey de España establece el artículo 56.3 de la Constitución. La figura de la inviolabilidad plena debe revisarse, al permitir delinquir con impunidad, a un rey por muy jefe del Estado que sea. Receta para la inviolabilidad: banderas que tapan la corrupción, medios a sueldo y Gobierno y la oposición mirando para otro lado. Creen que la justicia y el Estado les pertenece. El nivel de los lacayos no tiene límites. Defienden a uno de los suyos. Es un ejemplo más del papel de la Justicia en España. Ni la Justicia es igual para todos ni todos somos iguales ante la Justicia. #vergüenzasdeEspaña

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Firma para exigir la retirada del título de rey emérito a Juan Carlos de Borbón

El empleo creció en 67.111 trabajadores en febrero con un nuevo récord del 22% de contratos indefinidos

Personas trabajadoras afiliadas en 19.694.272 de media en febrero